Audi A3 Sportback PHEV (2020) | Prueba | Impresiones de conducción
Para sacar provecho a un vehículo híbrido enchufable, sea este Audi A3 Sportback u otro, es vital cumplir con dos requisitos: primero, disponer de un punto de recarga en el domicilio y, segundo, tener una rutina de desplazamientos que no supere la autonomía eléctrica. Solo así se disfrutarán las ventajas que proporciona la parte eléctrica del sistema de propulsión.
Con el A3 Sportback 40 TFSIe no hay que esforzarse demasiado para recorrer de 45 a 50 kilómetros antes de que la batería se agote. Esta es la autonomía que nosotros hemos logrado haciendo circuitos mixtos de ciudad y autovía, yendo a las velocidades máxima de cada vía, con una o dos personas a bordo y con los sistemas de confort activados, como el climatizador, la radio y la conexión por USB con el móvil. Por supuesto, se pueden recorrer distancias mayores reduciendo la velocidad y desconectando el climatizador, así como distancias más cortas transportando más carga y conduciendo de manera más brusca.
El A3 Sportback híbrido enchufable se carga con corriente alterna a un máximo de 2,9 kW. Teóricamente son suficientes cuatro horas para pasar del 0 al 100 %, considerando las pérdidas de energía que se producen en el proceso de recarga y que la capacidad útil de la batería es de 9,8 kWh. Nosotros, tras conectar un A3 Sportback 40 TFSIe a un puesto de Iberdrola, necesitamos cinco horas para una carga completa, en las que la estación suministró 11,70 kWh. El precio de la operación fue de 3,51 euros, IVA incluido. En un hogar, asumiendo un coste de la electricidad de 0,10 €/kWh, esta recarga hubiera salido a 1,17 €, lo que traducido a consumo de gasolina es alrededor de 1,7 l/100 km (precio de la gasolina 1,4 €/l y autonomía eléctrica de 50 km).
Su principal alternativa, el Mercedes-Benz Clase A 250 e, además de tener una autonomía «real» ligeramente mayor (unos 5 kilómetros más) tiene un cargador integrado mucho más potente (7,4 kW) y una toma para corriente continua que admite hasta 22 kW. Estas prestaciones le dan al Mercedes-Benz un extra de practicidad que, para algunas personas y en ciertas ocasiones, puede ser fundamental.
El A3 Sportback híbrido enchufable inicia la marcha por defecto con el motor eléctrico (modo EV), excepto si no hay carga suficiente en la batería o la temperatura exterior es inferior a -28 ºC. Con este motor de 109 CV sale desde parado con rapidez (las ruedas patinan si se pisa a fondo), se mueve con agilidad en ciudad (de 0 a 50 km/h en 3,5 s) y con razonable soltura fuera de ella (de 80 a 120 km/h en 9,3 s, lo mismo que un Dacia Sandero de 101 CV). La aceleración de 0 a 100 km/h la hace en 11,3 s y la velocidad máxima es de 140 km/h.
La fuerza que genera el motor eléctrico pasa por la caja de cambios automática de seis velocidades antes de llegar a las ruedas delanteras. Eso tiene dos consecuencias. La primera, que aunque se vaya con el modo EV activado, el A3 Sportback híbrido enchufable no responde al acelerador con la instantaneidad de un vehículo eléctrico puro. Si, por ejemplo, se va tranquilo y de repente se aplasta el acelerador, la caja de cambios reducirá las marchas que crea conveniente y, una vez engranda la elegida, comenzará a sentirse el empuje del motor eléctrico. La demora es pequeña, pero no se da esa sensación de inmediatez de respuesta que se experimenta en los vehículos 100 % eléctricos (excepto que ya se circule en la marcha óptima y el cambio no tenga que reducir).
La segunda consecuencia es que, en maniobras a poca velocidad, cuando el conductor hace varios cambios rápidos entre acelerador y freno (puede ocurrir por ejemplo, al acercarse a una rotonda con mucho tráfico, buscando el momento justo para incorporarse sin molestar a los demás), la caja da pequeños tirones al tratar de escoger la relación de cambio idónea. Esto ocurre sin importar el modo de conducción seleccionado.
Cuando la carga en la batería es insuficiente para mantener el modo EV, el motor de combustión arranca y el modo de conducción cambia automáticamente a Auto Hybrid. A partir de ese momento, el coche utiliza un motor u otro, de forma individual o conjunta, según las circunstancias. En modo Auto Hybrid el A3 Sportback 40 TFSIe es mucho más rápido que en modo EV. Sale más raudo desde parado (0 a 50 km/h en 2,7 s) y, sobre todo, es mucho más veloz a alta velocidad (80 a 120 km/h en 4,5 s). También es más rápido que un Mercedes-Benz A 250 Sedán, que necesitó 4,9 s para acelerar de 80 a 120 km/h.
Es posible quedarse momentáneamente sin el apoyo del motor eléctrico si se hace una conducción exigente y no se da un respiro al sistema para recargar la batería, ya sea recuperando energía durante las frenadas o utilizando el motor de combustión como generador. La pérdida de prestaciones es sensible, pero no preocupante. En estas condiciones hemos conseguido realizar el 80 a 120 km/h en 5,9 segundos, que es un poco menos de lo que tarda un Audi A3 Sportback 35 TFSI de 150 CV (6,2 s).
Hemos hecho dos veces el recorrido de autopista que utilizamos como referencia para comparar consumos, un trayecto de 143 km que completamos a una velocidad media real de 120 km/h con el compresor del aire acondicionado apagado: la primera comenzando con la batería llena y, la segunda, con ella vacía (siempre en modo Auto Hybrid). En el primer caso gastó 5,5 l/100 km y 5,5 kWh/100 km (la batería no se agotó, si no que se quedó en torno a un 37 %). En el segundo caso, el consumo fue de 6,0 l/100 km y 2,5 kWh/100 km (no hubo variaciones en el estado de carga de la batería).
Con el Mercedes-Benz A 250 e Sedán el resultado fue de 4,6 l/100 km cuando comenzamos con la batería llena y de 6,7 l/100 km cuando lo hicimos con ella vacía.
Hay dos modos adicionales a EV y Auto Hybrid: Battery Hold y Battery Charge. Estos aparecen en el menú de selección de la pantalla central separados de los otros dos bajo el epígrafe «Más opciones». De alguna manera, esta diferenciación ayuda a intuir que son unos modos poco aconsejables desde el punto de vista de la eficiencia. Con Battery Hold el motor de combustión trabaja para evitar que la carga de la batería descienda del nivel al que está en ese momento. Con Battery Charge se le pide al motor no solo mantener la carga, sino incrementarla todo lo que pueda. Aunque estas dos modalidades no deberían seleccionarse si lo que se desea es gastar poco carburante (la forma más eficiente de cargar la batería es conectándola a la red eléctrica), disponer de ellas puede ser de utilidad en alguna circunstancia.
Fuera de todo lo relacionado con el sistema propulsor, la conducción del Audi A3 Sportback 40 TFSIe es muy satisfactoria, no defrauda. Al menos si lo que se busca es un vehículo de rodar suave, con un habitáculo bien aislado del ruido exterior, una suspensión confortable y unos sistemas de confort y ayuda a la conducción que hagan correctamente su trabajo. Este Audi reacciona con seguridad ante acciones evasivas, como la maniobra de esquiva (vídeo), y frena en distancias cortas (de 120 a 0 km/h en 51,5 metros). Su dinámica en curva no entusiasma, pero en una carretera de montaña se mueve con suficiente agilidad como para resultar un coche mínimamente entretenido de conducir.