Audi A6 3.2 FSI quattro (2004) | Prestaciones dentro de lo normal para su precio y potencia
Este motor con inyección directa de gasolina y seis cilindros (información del sistema FSI en los cuatro cilindros) tiene una cualidad buena, que también se da en los otros FSI: la respuesta al acelerador es muy rápida para lo que resulta normal actualmente (los coches anteriores al catalizador, con carburador o inyección, solían tener una respuesta más rápida que los de ahora). Esto hace que el coche sea agradable de conducir en las condiciones en las que se debe cambiar de velocidad frecuentemente y hay poco margen para anticiparlo (por ejemplo en ciudad).
Esa rapidez de respuesta no se ve en las mediciones porque en todas ellas al acelerador está a fondo desde unos momentos antes de comenzar la medición.
Aunque tiene esa respuesta tan buena, he notado algunas veces que, si se acelera desde muy poca velocidad en marchas largas, hay un pequeño perceptible retraso en la aceleración.
Las prestaciones son adecuadas a la potencia y el peso de este coche. Acelera lo mismo que un BMW 530i, lo que concuerda con el hecho de que la relación entre peso y potencia también es semejante.
El Audi es más potente y también pesa más: 6,7 kg/CV el A6 3.2 FSI quattro, 6,8 el 530i (ambos con cambio manual). Si se mide la aceleración en marcha (saber la aceleración desde parado sólo le sirve a los que quieran hacer carreras), la diferencia de motricidad es irrelevante.
He medido la aceleración de 80 a 120 km/h de dos formas: bien saliendo en segunda a 5.370 rpm (con las ruedas de 19”) y cambiado a tercera a 105 km/h (7.000 rpm), o bien haciendo toda la aceleración desde tercera (desde 3.720 rpm). Es más rápido de la primera forma.
Para obtener la máxima aceleración en este coche es necesario llevar al motor hasta unas 7.000 rpm (es régimen de potencia máxima es 6.500 rpm). La aceleración que es capaz de dar en marchas largas no es poca en términos absolutos, pero sí con relación a la que puede dar si se usan marchas cortas.
En nuestras mediciones sí se puede apreciar una ventaja grande en recuperaciones de este A6 sobre el BMW 530i. Eso se debe en buena parte a que el motor del Audi es más elástico, pero también a que sus desarrollos son menos largos que los del BMW.
Los coches con la velocidad limitada a 250 km/h y seis velocidades, normalmente pueden alcanzar esa velocidad en quinta a un régimen igual o inferior al de potencia máxima (tabla comparativa). Teóricamente, todos ellos van largos de desarrollo porque no llegan al régimen de potencia máxima en la marcha más larga (la sexta). A efectos prácticos, una quinta larga y una sexta de desahogo resulta muy conveniente para viajar por carreteras rápidas (rápido o no), porque beneficia el consumo y reduce el ruido del motor.
A diferencia de los FSI de cuatro cilindros atmosféricos (no el turbo), éste seis cilindros no está hecho para funcionar con mezcla pobre por debajo de ciertas condiciones de régimen y carga.
El consumo que nos ha salido en recorridos variados, con carretera y con ciudad y después de un repostaje grande (76,7 l) ha sido 12,4 l/100 km. El consumo máximo, medido en una carretera de montaña a ritmo rápido, aunque no al máximo de las posibilidades del coche (estaba lloviendo), ha sido 20,8 l/100 km.
Las indicaciones del ordenador acerca del consumo son muy fiables, y el cuentakilómetros es prácticamente exacto (tiene un error por defecto inferior al uno por ciento).
A diferencia de los FSI de cuatro cilindros que hemos probado, en este seis cilindros Audi no especifica que la gasolina más recomendable es la de octano 98, sino la de 95.
El cambio manual me ha parecido satisfactorio por tacto y rapidez. Es también preciso, salvo por el hecho de que hace falta marcar bien el recorrido desde segunda a tercera; si simplemente se empuja la palanca hacia adelante, puede que no entre a la primera (es algo que también observñe en una A4 con esta misma caja).