Audi A8 4.0 TDI quattro (2003) | Buen funcionamiento de la dirección, el cambio y los frenos
Junto con el motor y las suspensiones, el resto de los elementos mecánicos de este A8 tienen en común un buen funcionamiento.
La dirección varía el grado de asistencia en función de la velocidad y tiene un buen tacto en todo momento. Con 2,8 vueltas de volante entre topes, se muestra además suficientemente rápida y precisa. La maniobrabilidad es buena con relación al tamaño del coche.
La frenada resulta fácil de dosificar y su capacidad de parada es buena. Nuestra unidad de pruebas ha sido capaz de detenerse en 56 m desde 120 km/h, a pesar de que las pastillas de freno acusaban ya un pronunciado desgaste. Los frenos han aguantado el trato duro mejor de lo esperado en un coche de casi dos toneladas de peso, pero se han calentado.
Otro elemento fundamental en lo agradable que resulta de conducir es su caja de cambios automática de seis marchas con mando secuencial.
Dicho cambio Tiptronic ofrece tres opciones de uso. Una de ellas es la modalidad completamente automática y de confort (palanca en posición D), en la cual la caja selecciona la marcha apropiada para ofrecer la máxima comodidad de conducción, aunque también ofrece las máximas prestaciones si se acelera a fondo.
La segunda, es la modalidad completamente automática para un uso de estilo «deportivo» (palanca en la posición S). El cambio automático apura más el régimen antes de cambiar a una marcha superior, puede retener durante unos instantes el cambio si «entiende» que estamos realizando una conducción de tipo deportivo en carreteras con curvas (a través de la información que envían a la centralita electrónica los sensores del movimiento del acelerador y el volante) y reduce de marcha con mayor frecuencia y eficacia (en función del estilo de conducción, la velocidad y la intensidad de frenada).
La tercera opción de uso es de tipo manual secuencial (M), la seleccionamos desplazando la palanca de cambios hacia la derecha y es la más indicada para una conducción decididamente deportiva.
Como en otras berlinas de este tipo, dicho cambio secuencial se puede accionar de dos maneras, bien con la palanca de cambios (desplazándola hacia delante sube de marcha y hacia atrás reduce) o bien con los mandos situados detrás del volante (el derecho para subir de marcha y el izquierdo para reducir). En el A8, dichos mandos están solidarios al volante, en posición «nueve y cuarto», lo que hace difícil accionarlos cuando el volante está girado.
Estos mandos se quedan un poco bajos para aquellos que suelen llevar las manos en el volante en la posición «diez y diez»; hay que mover ligeramente la mano para accionarlos. Con un poco de práctica llegamos a pulsarlos con los meñiques de cada mano.
La instrumentación muestra qué programa del cambio está funcionando: D, S y, si está en manual, la marcha que lleva engranada en cada momento. En las posiciones D o S se pueden seleccionar marchas al pulsar los mandos de cambio en el volante. Si al cabo de unos instantes no seguimos utilizando dichos mandos, la caja vuelve a pasar automáticamente a la posición de uso que estaba seleccionada anteriormente.
En cualquiera de las modalidades de funcionamiento, el cambio sube de marcha automáticamente al llegar a 4.200 rpm y también da automáticamente un golpe de acelerador en las reducciones para evitar la eventual retención.
En la modalidad manual secuencial, sólo sube de marcha si accionamos el mando correspondiente o llegamos a máximo régimen. También reduce automáticamente si el régimen del motor cae por debajo de un cierto nivel. Los desarrollos del cambio están muy bien adaptados a las características del motor.