BMW Serie 1 Cabrio (2008) | Impresiones de conducción
Comparada con cualquier otra carrocería del Serie 1, la descapotable es la que tiene la suspensión menos firme (que no blanda). Posiblemente esto sea así para compensar la menor rigidez que tiene una carrocería de este tipo. Tras hacer más de 1.200 km con el 135i Cabrio tengo claro que, si estuviese disponible, esta sería la suspensión que pediría si tuviese que comprar cualquier Serie 1 porque el plus que da en confort no repercute en una estabilidad peor.
En carreteras con el asfalto en buen estado no hay una desventaja notable frente a la suspensión más firme que tienen el resto de las carrocerías del Serie 1. Sí se percibe un pequeño movimiento de balanceo (mínimo) que no resta precisión a la conducción; tal vez en un circuito está diferencia sea apreciable pero en carretera no me lo ha parecido.
Cuando la superficie del asfalto está deteriorada, la conducción del 135i Cabrio se resiente porque las ruedas tienden a rebotar en los baches, alterando la trayectoria y obligando al conductor a hacer correcciones constantemente.
Esto no es una característica de esta versión sino que también ocurre en el resto de las carrocerías del Serie 1 y en otros modelos de BMW.
En las carreteras en buen estado, el 135i Cabrio es un coche con el que se disfruta conduciendo a un ritmo rápido. La dirección es extremadamente precisa, informativa y aun sin la dirección opcional de desmultiplicación variable (dirección activa) suficientemente rápida. De todos modos, esta opción nos parece muy recomendable porque facilita mucho las maniobras en ciudad y se agradece si hay que conducir en carreteras lentas con muchas curvas.
A pesar de su condición de tracción trasera muy potente, conduciendo rápido y con suavidad, el sobreviraje no es frecuente salvo que se acelere con mucha brusquedad a la salida de las curvas más lentas o el firme esté deslizante. El control de estabilidad es desconectable parcial o totalmente.
El motor de 306 CV con dos turbocompresores dispuestos en paralelo (más información), tiene una elasticidad propia de un motor de gasolina atmosférico de gran cilindrada y el empuje que se puede esperar en un coche sobrealimentado. Con esto no quiere decir que sea brusco sino que sobresale por la contundencia con la que mueve el coche.
De esta manera, el 135i se puede conducir de forma sosegada, circulando en marchas largas sin que sea necesario reducir para ganar velocidad cuando es necesario, o practicar una conducción deportiva apurando el régimen del motor casi hasta el corte de inyección. En todo caso, la respuesta del motor es extraordinariamente suave, sin titubeos ni vibraciones.
Según nuestras prestaciones, el 135i Cabrio ha sido un poco más lento que el 335i Coupé automático que ya habíamos probado (más información) y que es más ligero. En cambio, en las recuperaciones en marchas largas, el 135i Cabrio es notablemente más rápido ayudado por los desarrollos más cortos que tiene en 5ª y 6ª.
Un Porsche Cayman S (295 CV) acelera más que el BMW pero en las recuperaciones resulta mucho más lento. Un Audi TT Roadster con el motor 2.0 TFSI de 200 CV es mucho menos potente pero sus prestaciones, al menos las de la unidad que tuvimos, no quedan muy distantes de las del 135i Cabrio (prestaciones).
Independientemente del resultado de las mediciones que hemos hecho, el 135i Cabrio es de esos coches rápidos en los que, además, se nota que lo es, algo que no siempre sucede. Y es que en este BMW, pisar el acelerador a fondo provoca una aceleración intensa tanto a baja velocidad como si se está circulando por encima de 200 km/h.
Sea cual sea el régimen al que gira el motor, el sonido que emite resulta delicioso, sobre todo ese tono grave que produce al acelerar con el motor a pocas revoluciones. Con la capota cerrada, el 135i Cabrio no es ruidoso.
El consumo de este versión es sorprendentemente bajo para su potencia si se conduce con normalidad. En carretera de un sólo carril por sentido, el consumo conduciendo sin superar los limites de velocidad es inferior a 9,0 l/100 km. En autovía, a una media de 135 km/h, el gasto de combustible no supera 10,0 l/100 km.
Tiene un consumo medio homologado de 9,4 l/100 km, tanto con cambio manual como con transmisión automática (ficha técnica).