BMW Serie 2 Active Tourer (2022) | Impresiones del interior

22/02/2022 |Fernando Ríos (@RiversChains)

El aumento del tamaño de la carrocería del Serie 2 Active Tourer 2022 con respecto al modelo anterior ha tenido un impacto positivo en el espacio para los pasajeros. Tabla comparativa de mediciones del interior.

En los asientos posteriores hay 73 cm de espacio para las piernas, dos más que antes, lo mismo que un Mercedes-Benz Clase B y un poco menos que un Volkswagen Touran (75 cm). Con esa distancia y gracias a las hendiduras que tiene la pieza de plástico de los respaldos, un pasajero de metro noventa cabe detrás de otro de la misma estatura. La altura tampoco es un problema en ninguna de las dos filas para quienes estén por debajo del metro noventa y cinco.

Aunque también ha aumentado la anchura entre puertas, esta sigue siendo insuficiente para llevar a tres adultos cómodamente. Si se colocan tres, quien vaya en medio tendrá más problemas con el respaldo (duro y estrecho) que con la banqueta, que es prácticamente plana. Además, el Serie 2 Active Tourer tiene un túnel de transmisión que entorpece pasar de un lado al otro del coche.

Las puertas traseras abren unos 70 grados, que no es mucho comparado con modelos como un Honda CR-V o un Mazda CX-5, en los que llegan a hacerlo casi 90. Se pueden echar en falta esos grados a la hora de colocar a un niño en su sillita, pero no al entrar y salir del coche. Los niños pueden ir sentados en sillas con anclajes Isofix en tres plazas: las dos laterales traseras y en la del copiloto (recordad que esta solo se puede usar cuando las traseras ya están ocupadas por otras sillitas y no hay alternativa). Los anclajes van enmarcados por una guía de plástico que hace muy sencillo colocar la silla y ocultos por una tapita (imagen).

Los asientos de las plazas traseras se pueden mover a través de un carril (hay 13 cm de recorrido; se desplazan accionando esta palanca) y sus respaldos, varias posiciones de inclinación, dos funcionalidades que también están presentes en los modelos de Mercedes-Benz y Volkswagen comentados anteriormente. Además, en la prolongación de la consola central hay dos salidas del sistema de climatización (sin posibilidad de ajuste de la temperatura o velocidad del caudal), dos tomas USB de tipo C y un espacio para dejar algo que en las curvas difícilmente no saldrá despedido por sus laterales (imagen). En los respaldos delanteros hay revisteros (imagen) y en las puertas dos huecos, uno de ellos pensado para dejar una botella (imagen).

El maletero tiene, en función de la versión, una capacidad de entre 415 y 470 litros (el menor dato corresponde a la versión 220i, que lleva la batería del sistema de hibridación ligera bajo el piso del mismo; imagen del doble fondo). Son cifras parejas a las del Mercedes-Benz Clase B (445 o 455 litros, en función de la versión), pero muy inferiores a las del Volkswagen Touran, que tiene una carrocería 14 centímetros más larga (tiene 743 litros en su versión de 5 plazas y 633 en la de siete). 

Es un maletero aprovechable y fácil de cargar porque el borde de no está muy lejos del suelo (a 67 centímetros; imagen) y porque las formas son muy regulares (imagen). Hay un pequeño hueco en cada una de las paredes laterales (imagen), varios ganchos de metal para fijar redes de sujeción, una toma de 12V y un portón con apertura y cierre automatizados que se puede accionar por un gesto del pie (algo que resulta muy cómodo si en las manos le lleva las bolsas de la compra). Lo único que me parece mejorable es el alumbrado: BMW ha colocado un único punto de luz, que está en el lado derecho (imagen); en cuanto se deja algo en ese lado, la luz queda tapada y no se ve nada en el maletero.

Pantallas y equipamiento

El salpicadero del Serie 2 Active Tourer tiene un diseño completamente distinto al del modelo al que reemplaza. BMW ha reducido al máximo el número de mandos físicos en el interior para darle al mismo un aspecto «más limpio» y minimalista. Bajo nuestro punto de vista, ergonómicamente, el Serie 2 Active Tourer de primera generación era mejor.

Ahora hay dos pantallas como las que lleva el BMW iX: una para la instrumentación, de 10,25 pulgadas, y otra para el sistema multimedia, de 10,7 pulgadas, ambas controladas por un nuevo sistema operativo llamado BMW ID8 (imagen) y situadas en una misma pieza que las enmarca (solución llamada BMW Curved Display). Tienen una resolución elevada, una calidad de imagen muy buena y las imágenes que muestran tienen un diseño muy cuidado.

Es necesario interactuar con la pantalla del sistema multimedia para realizar prácticamente cualquier ajuste, incluido el climatizador. Es una pantalla rápida y precisa al tacto, pero son tantísimas las funciones que aglutina que puede llegar a abrumar porque BMW ha cambiado el diseño de los menús (que básicamente ha sido el mismo desde hace muchos años, con actualizaciones) por un nuevo esquema compuesto por una pantalla principal y otras con muchos iconos (ejemplos). Con el paso del tiempo y en función de la habilidad que tenga cada uno con este tipo de dispositivos, la situación mejora notablemente, pero seguro que hay quien echa de menos la simplicidad de los mandos que tenía el modelo anterior (y casi cualquier BMW de hace unos años). 

Para tratar de mitigar los inconvenientes de un sistema táctil, hay un sistema de control por voz muy avanzado. Funciona muy bien, excepto cuando no lo hace. Cuando sí lo hace, entiende comandos naturales, además de que es capaz de realizar más acciones de lo normal (por ejemplo, subir o bajar ventanillas, conectar la calefacción de los asientos o las luces del interior). 

El sistema de navegación tiene la cartografía alojada en la nube (BMW Maps), puede recibir actualizaciones de manera remota (OTA; Over The Air) y además cuenta con función de realidad aumentada: en la pantalla principal muestra las imágenes que capta la cámara delantera y superpone indicaciones virtuales (a veces con cierto retraso para mi gusto). También hay un sistema de proyección de información que muestra datos sobre una lámina de policarbonato, no en el propio parabrisas. La información que proyecta se ve bien y resulta útil (imágenes).

Entre los dos asientos delanteros hay una consola con diseño flotante (imagen). Ahí están el selector del cambio de marchas (es un mando pequeño, nada que ver con una palanca tradicional) y varios botones (imagen). Un inconveniente es que varios de ellos —los que sirven para modificar los modos de conducción, acceder al menú de los asistentes de conducción y activar la función AutoHold— forman parte de una única superficie y es imposible reconocerlos al tacto, por lo que hay que desviar la mirada cada vez que se quieren hacer una modificación. Esto es algo que no ocurría en generaciones anteriores de BMW.

Bajo esta consola hay un espacio grande para depositar objetos (cubierto de goma antideslizante; imagen) y justo por delante, otro para colocar el móvil u otros enseres similares (es tan grande que cabe una tableta mediana; imagen). Los únicos lugares para dejar cosas que no queden expuestas a la vista de los ladrones son la guantera (imagen) y un espacio que hay bajo el apoyabrazos central (imagen).

Dice BMW que los asientos son más cómodos que antes, pero no tenemos un recuerdo reciente de los del modelo anterior para comparar. Si me lo han parecido menos que los que tiene el X3. Los delanteros pueden ser de dos tipos, los de serie o unos opcionales que dan más sujeción lateral, tienen pétalos en la parte superior de los hombros (imagen), calefacción, regulaciones eléctricas y varios programas de masaje (mediante la activación del cojín lumbar).

La calidad de los materiales que BMW ha utilizado para los componentes del habitáculo causa una muy buena impresión, tanto a la vista como al tacto. Los (pocos) mandos que hay en la consola y en las puertas tienen un tacto preciso y firme, bastante más agradable que el de un Mercedes-Benz Clase B. También los ajustes entre las distintas piezas parecen sólidos.