BMW Serie 5 525d (2000) | Espacio, equipamiento y calidad
El Serie 5 tiene un espacio interior en consonancia con su tamaño; las plazas traseras son muy decuadas para que dos personas viajen cómodamente. Para tres existe la limitación de la anchura y el estorbo del llamado «túnel de transmisión», el abombamiento central que obliga al pasajero del centro a separar las piernas y ocupar más espacio.
En las plazas delanteras no hay ningún problema de espacio, pero sí el inconveniente de este tipo de coches con el motor longitudinal y muy retrasado: quien descanse la pierna derecha contra la consola o se apoye en ella en las curvas a derecha, notará el calor del motor y la caja de cambios.
El equipamiento de serie es bueno en general, aunque BMW sigue cobrando por algunos elementos que son equipo de serie en coches de muy inferior categoría: el respaldo trasero abatible es una opción que cuesta 100.685 ptas, el apoyabrazos delantero 36.266, el ajuste lumbar en los asientos delanteros (eléctrico) 77.335 y el ordenador 71.374, entre otros.El maletero tiene 460 l de capacidad; no es mucho para un coche de su tamaño, principalmente a causa de la altura, aunque sí mucho fondo. No es maletero ideal para cargar objetos aparatosos (como una bicicleta, por ejemplo) pero normalmente no planteará problemas a quien sólo lleve maletas, aunque sean grandes.
Una razón poderosa para recomendar el 525d y no el 530d es que quien compre el primero se «ahorra» medio millón de pesetas, con el que se puede sacar mucho del extenso y muy interesante catálogo de opciones del Serie 5. Además del control de estabilidad DSC, es interesante el control de presión de los neumáticos (84.339) y —para quien valore especialmente el silencio— el doble acristalamiento (157.982). Ese medio millón no da para el sistema de navegación, que incluye un monitor y un sintonizador de televisión, y cuesta 788.255 pesetas.