BMW Serie 5 530i (2003) | Seguro y cómodo con el control de estabilidad, la dirección variable y las estabilizadoras activas
La unidad que hemos probado tenía dos de las opciones del bastidor: la dirección activa (1.485 €) y las estabilizadoras activas «Dynamic Drive» (2.538 €). Llevaba las ruedas de serie (225/55 W en llanta de 7 x 16), con neumáticos Pirelli P7.
Con estos elementos, me ha parecido un coche seguro y cómodo, especialmente en carreteras amplias y rápidas. En circulación normal es fácil y agradable de conducir por cómo responden la dirección y los frenos. Los pasajeros van convenientemente aislados del suelo aunque la carrocería no se mueve mucho; es posible que esto se deba a las estabilizadoras activas, pero no sé cómo va el coche sin ellas (más información y comentarios sobre este sistema).
Si se circula rápido por este tipo de carreteras el Serie 5 sigue dando una gran impresión de seguridad, principalmente porque las irregularidades del suelo afectan poco a la trayectoria. No es el coche con mayor precisión en recta que he conducido, y un Clase E me parece menos sensible aún a las irregularidades del suelo.
Si se circula normalmente por carreteras lentas o medias, la dirección activa hace posible que no sea necesario soltar las manos del volante para preparar el giro. En esas condiciones también se puede ver que la relación entre estabilidad y comodidad es muy buena, el coche sigue bien al volante pero no porque la suspensión sea dura; de hecho, es más bien blanda.
En circulación rápida por carreteras lentas es muy sensible al tipo de conducción. En todo caso es seguro si está conectado el control de estabilidad (DSC). Si se conduce normalmente, es un coche algo más subvirador que otros de su tamaño. No se siente que el coche no entra en la curva, sino más bien que tarda en hacerlo. Pero es también un coche muy sensible al movimiento de la carrocería; si se conduce de manera que la parte trasera se aligera (con balanceo o desaceleración en la curva), es fácil hacer que sobrevire.
Quien conduzca rápido por estas (y no necesariamente resbaladizas) carreteras lentas verá que el control de estabilidad actúa muy a menudo, tanto a la entrada de la curva como a la salida. En condiciones normales, el control de estabilidad evita que coche se mueva, lo consigue muy bien si hay riesgo de sobreviraje y menos bien si el riesgo es de subviraje.
Con una tecla en el salpicadero se puede conectar la función «DTC», que mejora la capacidad de tracción hasta 70 km/h porque frena la rueda motriz que deslice demasiado en aceleración (equivale a un autoblocante). Cuando se conecta el DTC, el control de estabilidad deja una mayor margen para el movimiento del coche. Con la misma tecla de conexión del DTC se puede eliminar completamente el control de estabilidad, algo que no parece aconsejable.
La dirección activa me parece —sobre todo— un elemento de confort, porque facilita mucho circular por ciudad y por carreteras lentas. Salvo en giros como doblar una esquina, no es necesario soltar las manos del volante, siempre que se circule a una velocidad normal por ciudad. A medida que aumenta la velocidad, el mismo giro de las ruedas requiere más vueltas de volante; es decir, si se va despacio puede que no haga faltar soltar las manos del volante, pero si se va deprisa puede que sí (más información sobre esta reacción).
Esta dirección también puede ser valiosa para la seguridad en carreteras lentas si hay que hacer una maniobra como un esquive, porque permite al conductor hacerlo sin soltar el volante. Con un poco más de un cuarto de vuelta de volante a cada lado es posible hacer una maniobra de esquive amplia, si el coche no va muy rápido. A partir de unos 90 km/h deja de ser una dirección de desmultiplicación variable, reaciona como una dirección normal con una desmultiplicación grande (gráfico).
Próximamente publicaremos un artículo técnico sobre los dos sistemas de desmultiplicación variable que hay el mercado (el de Toyota, que fue el primero de ellos, no está disponible en España).