BMW Serie 5 535d (2005) | Cómodo y ágil a partes iguales
El Serie 5 de BMW es un coche que va bien en todos los terrenos. Es una opción acertada para quien quiera viajar por cualquier tipo de carretera con comodidad y con un nivel de seguridad elevado. Muchas otras berlinas que rozan los 60.000 €, también son satisfactorias en este sentido.
Nuestra unidad de pruebas tenía las ruedas opcionales más caras y grandes (unas 245/40 R18 delante y unas 275/35 R18 detrás; 2.601 €), estabilizadoras activas (Dynamic Drive; 1.485 €) y la Dirección Activa (2.538 €). No tenía la suspensión deportiva opcional.
Todas las unidades del Serie 5 que he conducido hasta ahora, estaban equipadas con Dirección Activa y estabilizadoras activas. Como no he probado un Serie 5 sin estos elementos, no puedo hablar sobre cómo va este coche absolutamente de serie.
Partiendo de que va muy bien en cualquier circunstancia, para su tamaño sorprende más cómo se desenvuelve en carreteras con curvas muy lentas que en las más rápidas.
Si la máxima preferencia no es la agilidad, para carreteras rápidas (autopistas o autovías) encuentro preferible un Mercedes Clase E con suspensión neumática opcional Airmatic DC (2.198 €), sobre todo si están bacheadas. Esta suspensión da al Mercedes una estabilidad lineal y una comodidad que no tienen el BMW Serie 5, ni el Audi A6, ni el Jaguar S-Type. Aunque está lejos de ser torpe, el Mercedes es menos sensible que el BMW a ciertos gestos que pueden descolocar el coche en curva (aunque estas posibles reacciones pasan a un segundo plano teniendo control de estabilidad).
Un Audi A6 con lo máximo en ruedas y suspensiones (con el kit S-line) tiene un tacto muy deportivo para un coche de este tipo. Si no lleva las mejores ruedas y la suspensión dura, pierde agilidad y gana en comodidad. En cualquier caso es muy fácil de llevar, tiene un tacto muy agradable y reacciona bien.
Un S-Type 2.7D está algo por debajo de sus rivales desde un punto de vista general, sobre todo sin la suspensión pilotada «CATS».
La Dirección Activa facilita la difícil tarea de que un coche así de grande se mueva con agilidad entre el tráfico urbano o por curvas cerradas. No es que el coche gire más que con la dirección que no es activa, se trata de que el conductor tiene que trabajar menos el volante para conseguir el mismo resultado (y en un coche así de grande se agradece).
Como hemos comentado en otras ocasiones, nos parece una opción que aporta una ventaja de comodidad, más que de seguridad. Es decir, la dirección activa no sirve para meter al coche en curva si el conductor llega con exceso de velocidad, en las mismas circunstancias donde el mismo coche con una dirección convencional tampoco lo haría.
La ventaja de la dirección activa desaparece a unos 100 km/h. A partir de entonces lo que queda es una dirección convencional, con un tacto normal. Probablemente, un Mercedes Clase E y un Audi A6 tienen un tacto de dirección mejor a alta velocidad.
Como es habitual en muchos BMW, el control de tracción puede dejar poco margen para seguir avanzando en conducción rápida por carreteras muy lentas cuando se acelera fuerte sobre un piso roto (dado que las ruedas pueden rebotar). En estos casos, lo mejor es desconectarlo (denominado DTC), pero manteniendo el control de estabilidad (DSC). Una pulsación corta sobre la tecla sólo desconecta el DTC y una pulsación de varios segundos desconecta el control de estabilidad. Con el DTC desconectado las ruedas pueden llegar a deslizar hasta un cierto límite y hasta una velocidad baja.