BMW Z4 Roadster (2019) | Impresiones del interior
En el habitáculo del Z4 los pasajeros viajan cercanos entre sí pero, salvo que sean de constitución gruesa, sin rozarse al compartir el reposabrazos. Esta pieza que separa los dos asientos tiene una guantera con dos tapas que se abren en proporción de un tercio y dos tercios, de manera que es posible dejar abierta la zona del posavasos y seguir apoyando el brazo (imagen). La altura hasta la capota es suficiente para que personas de hasta 1,90 metros de estatura aproximadamante quepan sin que la cabeza roce con la tela del techo. Pese a que el Z4 ha crecido en anchura y es más grande que sus alternativas, no es más espacioso a nivel de hombros que estos. Un Porsche 718 Boxster tiene seis centímetros más en esta cota, y sólo en el Audi TT Roadster caben pasajeros más altos (tabla comparativa de mediciones de interior).
La visibilidad es limitada hacia todas partes porque se viaja muy bajo respecto al resto del tráfico y el capó del coche es muy largo. Cogerle la medida a la carrocería requiere un tiempo de adaptación para maniobrar. La instrumentación opcional, que está formada por una pantalla similar a la de otros BMW de reciente lanzamiento (imagen), no representa un avance claro en ergonomía, sino más bien lo contrario. Los gráficos, los diales y la información del ordenador de viaje tienen una buena resolución, pero no se leen al primer vistazo, como era habitual en las instrumentaciones de muchos BMW antiguos (como por ejemplo, esta). La que viene de serie, con indicadores de agujas, es mucho más recomendable porque ofrece prácticamente la misma información, pero además lo hace de manera más clara y sencilla.
Como en la mayoría de vehículos de este tipo, uno de los aspectos a los que más cuesta acostumbrarse el acceso y salida al habitáculo. Como los asientos están muy próximos al suelo (a 47 centímetros, según nuestras mediciones), obligan a doblar mucho el cuerpo y a realizar más fuerza de lo normal con las piernas para completar la maniobra. Lógicamente, el nivel de dificultad depende mucho de la estatura y del nivel de agilidad de cada persona pero, en general, no es un coche en el cual resulte sencillo entrar o salir.
La capota de lona del Z4 se quita o se pone de manera automática en diez segundos, un proceso que se puede realizar en marcha, a velocidades de hasta 50 km/h. En km77 tenemos división de opiniones en cuanto al aislamiento acústico que proporciona la misma: a mi compañero Mario Garcés no le pareció en absoluto bueno, pero a mí no me ha parecido insuficiente ni peor que, por ejemplo, el de un Audi TT Roadster o un Porsche 718 Boxster (si acaso, hasta un poco mejor). Sea como fuere, lo que sí es evidente es que el ruido del exterior llega al habitáculo con mucha más claridad que en un vehículo cerrado convencional, especialmente desde la zona que hay tras los asientos.
Descapotado, la situación lógicamente no mejora, pero tanto el ruido como las corrientes de aire no resultan demasiado molestas hasta unos 100 – 110 km/h (por lo menos a mí, que mido 183 cm de altura y conduzco con el asiento en su posición más baja). De serie, todos los Z4 tienen un deflector de aire entre los dos arcos de seguridad (imagen) que cumple muy bien con su cometido, pero carecen de otro tipo de elementos útiles en vehículos de este tipo, como por ejemplo unos asientos con salidas de aire caliente a la altura de la nuca o con ventilación para muslos y espalda (aunque sí es posible pedirlos con calefacción).
La calidad de construcción de la capota nos ha parecido muy buena, ya que no produce ruidos al circular por superficies irregulares y no permite que el agua se filtre al habitáculo, incluso cuando esta cae de manera torrencial. También el ajuste del revestimiento interior causa una muy buena impresión, pues tiene un tacto agradable y además cubre todos los mecanismos que pliegan y despliegan el techo (esto último no ocurre, por ejemplo, en un Audi TT Roadster).
El volumen del maletero del Z4 no se ve afectado por la posición del techo y es de 281 litros. Resulta suficiente para llevar un par de maletas, una mochila y algún bulto menudo adicional, pero tiene una capacidad inferior a un Mercedes-Benz SLC (335 litros cuando el techo está sobre la carrocería). Tanto el Audi TT Roadster como el Porsche 718 Boxster tienen maleteros con capacidades similares.
Las formas del espacio de carga son bastante homogéneas y permiten aprovechar bien el espacio disponible, pero cuesta cargar objetos pesados o voluminosos porque el hueco que libera la tapa es muy irregular (imagen). En el piso hay cuatro ganchos metálicos, en la pared derecha una cinta elástica y en la izquierda una pequeña red. Además, en el fondo del mismo hay una trampilla que comunica con el habitáculo y que resulta de mucha utilidad para transportar objetos largos (una alfombra, por ejemplo; imagen).
Los asientos de los Z4 que hemos probado hasta la fecha han sido los «deportivos M», que son opcionales e incluyen más ajustes que los de serie (anchura del respaldo y extensión de la banqueta, por ejemplo; imagen). Nos han parecido sencillamente excelentes por comodidad y sujeción, aunque desconocemos hasta qué punto merece la pena pagar por ellos porque no hemos probado los de serie. Incluso en su posición más baja van situados muy cerca del suelo y permiten al conductor llevar las piernas estiradas casi por completo.
La calidad de acabados y los ajustes de las diversas piezas que conforman el habitáculo causan una muy buena impresión, tanto a la vista como al tacto. A ello contribuyen los materiales elegidos, pero también el tacto que ofrecen los elementos que más se utilizan (los del climatizador, volante o sistema multimedia) y el funcionamiento del sistema multimedia (rápido, bien estructurado y con una pantalla de mucha calidad) o del sistema de climatización (con buena capacidad para enfriar, sin crear corrientes molestas).