Citroën DS3 (2010) | Impresiones del interior
El objetivo, según Citroën, es que la calidad percibida del habitáculo del DS3 sea superior al del C3 pero lo cierto es que muchos mandos y piezas que recubren el interior de ambos son iguales y yo no encuentro diferencias evidentes entre ellos. Las piezas que son distintas no me parecen mejores en el DS3.
Aunque el DS3 tiene un precio superior a la media de los coches de este tamaño, le faltan algunos detalles como una iluminación interior mejor. No lleva plafón sobre las plazas delanteras. El único que lleva está situado en el centro del techo y no es suficiente para, por ejemplo, leer bien un mapa de carreteras.
El puesto de conducción es correcto en términos generales. Algunas personas (especialmente las de piernas largas, aunque también las de estatura normal) pueden notar que —si se colocan a una distancia correcta respecto al volante— los pedales quedan algo cerca. En un Volkswagen Polo o en un SEAT Ibiza y sobre todo en un MINI, es posible viajar con las piernas menos flexionadas.
Una peculiaridad del salpicadero es que la guantera está más alejada del asiento del acompañante que en otros coches similares. Esto permite que el acompañante, si es necesario, vaya sentado algo más cerca del salpicadero liberando espacio para las piernas del ocupante trasero que va sentado tras él.
Se puede elegir con dos tipos de asientos, unos de serie y otros opcionales con mayor sujeción. Los de serie son cómodos (quizá se echa en falta que tengan mayor sujeción lateral) y pueden tener una tapicería de redecilla (imagen) que aparentemente transpira muy bien y por ello limita la condensación del sudor. La regulación del respaldo es mediante una palanca que lo enclava en varias posiciones fijas algo separadas entre sí: puede haber quien no encuentre su posición ideal porque está entre dos puntos.
La visibilidad que deja la carrocería es buena en todas las direcciones. A través de los espejos retrovisores exteriores también se ve mucho porque son de grandes dimensiones. Curiosamente, desde el punto de vista de un conductor de talla media o baja, la parte inferior del espejo retrovisor derecho queda oculta detrás de la puerta (varias personas que han conducido el coche han dicho que «están un poco bajos»).
La instrumentación parece bien ordenada y da suficiente información. Incluye un indicador de temperatura del líquido refrigerante que no vale de mucho (aunque es mejor que no tener nada, que cada vez es lo más habitual) porque no tiene escala numérica (imagen). Parece que quien ha escrito el manual no ha visto el coche porque en la sección dedicada a ese dispositivo se lee «Indica la temperatura del líquido de refrigeración del motor (º Celsius)».
Atrás no es especialmente amplio; caben bien dos ocupantes de hasta 1,75 metros de estatura y falta sitio para personas de mayor estatura. Hay modelos claramente más espaciosos como el Fiat Punto o el Volkswagen Polo.
Curiosamente tiene mucha anchura a la altura de los hombros, pero no a la altura de la cabeza. Por esa razón si los dos ocupantes de las plazas laterales se desplazan hacia los extremos para dejar más sitio al tercero, no van cómodos porque llevarán sus cabezas apoyadas en guarnecido del techo.
En las plazas traseras no tiene asideros en el techo. Hay unos colocados entre las ventanillas delanteras y traseras (imagen) que a mi juicio son mejores porque es posible ir sujeto a ellos durante mucho tiempo seguido con mayor comodidad.
Tiene un maletero de 285 litros, es decir de similar tamaño que un Opel Corsa, aunque con unas proporciones poco utilizables para ciertos casos; una silla de infantil difícilmente cabe a lo ancho, salvo que ocupe muy poco espacio al plegarla, porque el maletero sólo tiene 95 centímetros de anchura (imagen). El maletero del C3 tiene la misma carencia.