Dodge Caliber (2006) | Un interior con un aspecto pobre
La posición al volante es buena a pesar de que éste sólo se puede regular en altura. El ir sentado más alto que en un turismo favorece la visión de la carretera por encima del coche que llevamos delante. A algún compañero la rodilla izquierda le golpeaba en el plástico que hay por debajo del volante; a mí, que mido algo más de 1,90 m me golpeaba la derecha en un ángulo que hace la consola. La palanca del cambio está situada en esa consola y queda algo retrasada.
La sujeción que ofrecen los asientos delanteros es normal. Los de cuero que tienen las versiones «SXT Limited» me han gustado menos que los de tela, porque resbalaban mucho y son calurosos. Las «SXT Sport » tienen parte de la consola y del tapizado de los asientos de un color que combina con el de la carrocería (imagen).
Detrás, tanto la banqueta como los respaldos tienen forma plana por lo que no sujetan el cuerpo. Aunque por la anchura disponible podrían caber tres personas, el abultado tamaño del túnel de transmisión (en otros país hay versiones del Caliber con tracción total) impide que el pasajero central pueda colocar los pies con comodidad. La consola que va sobre el túnel también dificulta pasar de un lado al otro del asiento porque no hay casi sitio para que quepa el pie.
A partir de la versión «SE», el respaldo del asiento delantero derecho se puede abatir hacia adelante y los asientos traseros están divididos en dos partes según la proporción 60:40; además, el ángulo de inclinación del respaldo puede modificarse en 12º.
El maletero tiene un volumen de 524 l; esta medida no es conforme al método VDA. Sus formas son irregulares porque la suspensión ocupa parte de él. No está recubierto con moqueta; el piso tampoco (imagen).
La cubierta para cubrir el equipaje no lo oculta en su totalidad y es posible ver desde las ventanillas traseras parte de lo que llevamos guardado en el maletero (la versión más barata no la tiene). La altura máxima de un objeto para que quepa por debajo de ella es 37 cm. La altura de carga respecto al suelo está a 69 cm. Bajo el piso del maletero está la rueda de repuesto, que es de distinta medida al resto.
Hay tres plafones de luz en el techo. El que está sobre el maletero tiene también una linterna recargable de diodos luminosos (imagen).
El aspecto del interior de la unidad que probé en la presentación era peor que el de la mayoría de turismos de su tamaño que se venden en nuestro país. Los plásticos son duros, de apariencia pobre y en algunas zonas no están bien rematados (hay filos que pueden cortar); además, el ajuste entre piezas no es bueno y es fácil soltar varias de ellas sin hacer mucha fuerza.
Otros detalles que no es normal encontrar en otros coches de su precio son cables cubiertos con cinta aislante a la vista (altavoces traseros) o con una malla (retrovisor interior electrocromático). El sonido de las puertas al cerrar tampoco era bueno.
Los huecos que hay repartidos por el habitáculo no tienen ningún recubrimiento para evitar que lo que dejemos en ellos haga ruido. En el salpicadero hay dos guanteras colocadas una encima de la otra. La inferior tiene dos espacios diferenciados; uno de ellos sirve para almacenar hasta cuatro botellas de 0,5 l de capacidad y, en las versiones «SXT», está refrigerado (imagen). El apoyacodos central se puede desplazar longitudinalmente 76 mm. Bajo el hay un hueco en el que caben varios discos en sus cajas. En la tapa del apoyabrazos hay un espacio para colocar un teléfono móvil o un reproductor de «MP3» portátil (imagen). Los dos posavasos delanteros tienen un aro que a oscuras queda iluminado. En las plazas traseras no hay ningún lugar para guardar cosas, salvo un par de posavasos. Sólo he encontrado una toma de 12 V en el habitáculo y está situada en la parte inferior del salpicadero, debajo de la palanca del cambio.