Fiat Grande Panda (2025) - ¿Pandastic? Bueno, no es para tanto | Grande Panda Eléctrico
El Fiat Grande Panda Eléctrico parte de 23 967 euros (todos los precios). Es un coche muy seguro de reacciones y uno de los eléctricos con más de 80 CV más baratos del mercado; sólo está superado por el Citroën ë-C3, que es esencialmente el mismo producto, y el BYD Dolphin Surf (listado, ordenado por precio, de turismo y SUV eléctricos de entre 80 y 140 caballos).
También es uno de los eléctricos que más autonomía homologada ofrecen (320 kilómetros) por una cantidad de dinero parecida. El BYD Dolphin Surf de 88 CV lo aventaja en tan sólo dos kilómetros y el Renault 5 E-Tech de 95 CV, dispone de 10 kilómetros menos. A pesar de los datos oficiales, no hay que hacer mucho caso a la autonomía homologada del Grande Panda Eléctrico, ya que en un uso real esta se reduce de forma importante, pues el consumo suele ser elevado.
Su interior tiene una cantidad de espacio normal para cuatro ocupantes y el maletero tiene 361 l de capacidad; esto significa que es 51 l más pequeño que el del Grande Panda híbrido, pero mayor que el de cualquier otro eléctrico de su tamaño (listado, ordenado por capacidad de maletero, de turismos eléctricos entre 3,8 y 4,1 m de longitud). Más información del interior en el apartado Impresiones del interior.
Consumo y recarga
La batería LFP (litio-ferrofosfato; vídeo con información detallada sobre este tipo de batería) es de 44 kWh útiles. La autonomía real en un uso mixto, conduciendo con suavidad, está sobre los 230-250 kilómetros. En autovía, a ritmos legales, puede hacer unos 200 aproximadamente, por lo que normalmente será insuficiente para viajar.
No dispone de ordenador de consumo. Para hacerse una idea de gasto energético hay que tomar como referencia el porcentaje de batería consumido. Hemos hecho varios recorridos con este Fiat acompañado de un Hyundai Inster Cross de 115 CV y un BYD Dolphin Surf de 156 CV. De los tres, el Fiat ha sido el que más ha gastado en cualquier circunstancia (son datos aproximados, por la mencionada falta de medidor de consumo), mientras que el BYD es, con diferencia, el más eficiente (prueba completa de estos tres modelos).
Para cargar la batería con corriente alterna se puede emplear el cable que se esconde tras la parrilla delantera (mide 4,5 metros, tiene forma de espiral y soporta un máximo de 7 kW; imagen); esto no lo tiene el Citroën ë-C3. También es posible utilizar un cable externo, un Mennekes convencional, y conectarlo a la toma que hay justo encima de la rueda posterior del lado del conductor. De esa manera, la potencia máxima con alterna es de 11 kW, pero para ello es necesario pagar por la opción correspondiente (400 €).
Con corriente continua, el pico de potencia es de 100 kW (del 20 al 80 % en 27 minutos, según Fiat). En las diversas pruebas de carga que hemos realizado, la potencia nunca ha sido superior a 80 kW, dato que se queda lejos de lo prometido. No obstante, este dato es mucho mejor que los 37 kW a los que recargó como máximo el Citroën ë-C3 que probamos en invierno (el Fiat lo hemos probado en verano). La batería no se puede acondicionar antes de ser recargada y por ello las temperaturas bajas pueden afectar mucho a su rendimiento durante la recarga.
Otro punto mejorable es que el tiempo para cargar la última parte de la batería es excesivamente largo. Para pasar del 80 al 100 % han sido necesarios unos 45 minutos. Por lo tanto, normalmente no compensará esperar tanto, salvo que posteriormente vayamos a necesitar disponer de la máxima autonomía.
Desde el sistema multimedia no es posible programar la recarga o establecer un límite, pero sí desde la aplicación de Fiat, que no hemos probado. Durante el proceso de recarga, la instrumentación informa del nivel de la batería y del tiempo restante para llegar al 100 %.
Impresiones de conducción
El Fiat Grande Panda Eléctrico es, en general, un producto satisfactorio en lo que se refiere a sus cualidades dinámicas. A sus mandos se siente un vehículo grande, bien asentado. En las maniobras de esquiva y de eslalon que realizamos en circuito, sus reacciones fueron buenas y pusieron de relieve que se trata de un coche seguro y que pone las cosas fáciles a su conductor. Por lo tanto, aunque no es ideal para viajar por su limitada autonomía y lenta recarga, su comportamiento en circunstancias difíciles es el propio —y el deseable— en un buen coche para circular por vías rápidas. La suspensión tiene un buen equilibrio entre dureza y comodidad.
En ciudad se maneja bien, aunque no tanto como otros eléctricos de menor tamaño. Por ejemplo, un Hyundai Inster es claramente más estrecho (y más corto) y eso suele ser muy ventajoso en entornos urbanos. Además, necesita un poco menos de espacio para dar la vuelta que el Fiat (10,6 metros frente a 10,9). Un BYD Dolphin Surf es el más maniobrable de los tres porque sólo necesita 9,9 metros para dar una vuelta completa.
Los 113 CV de su motor son suficientes para circular con soltura en entornos urbanos e, incluso, fuera de ellos, salvo por un detalle: el Fiat Grande Panda Eléctrico comienza la marcha de forma algo lenta incluso cuando se pisa mucho el acelerador. Por ello, puede ocurrir que se note falto de fuerza en esos momentos iniciales.
El conductor apenas tiene posibilidades de cambiar el comportamiento del sistema de impulsión: no hay modos de conducción, ni levas en el volante para elegir entre distintos niveles de frenada regenerativa. No obstante, hay un modo llamado C que limita la aceleración y reduce la intensidad de la frenada regenerativa (aunque no se nota mucho su actuación frente al modo normal). Se activa pulsando un botón que hay en la consola central y, por ello, no se accede a él con comodidad mientras se conduce.
Según nuestras mediciones, el Fiat Grande Panda puede pasar de 80 a 120 km/h en 8,1 segundos. Es un dato peor que el que conseguimos con el Hyundai Inster Cross de 115 caballos (7,3 s), algo que tiene que ver con que este es 197 kg más ligero (ficha comparativa). Desconocemos por qué el Citroën ë-C3 aceleró un poco más (7,8 s) que el Fiat.
La velocidad está limitada a 135 km/h, un valor que debería ser suficiente para la mayor parte de las circunstancias, siempre que se use el coche con normalidad.