Fiat Punto 5p 1.3 Multijet (2003) | Interior cuidado y espacioso para su tamaño
Fiat sigue haciendo coches grandes por dentro, y el Punto es un ejemplo, pero algunos rivales han mejorado mucho en este aspecto y ahora el Punto ya no es claramente el mejor de la categoría. El Opel Corsa 5p es 5 cm más corto que el Fiat Punto 5p y tiene el mismo espacio para las piernas.
Con todo, el ganador indiscutible en espacio longitudinal para las piernas es el Toyota Yaris, que con una carrocería unos 20 cm más corta que la del Punto, tiene más espacio para las piernas, si bien gracias a su asiento corredizo posterior y a dejar prácticamente sin espacio el maletero.
En la cota de anchura de las plazas posteriores el Punto sí mantiene la primacía. Con relación al Corsa, por mantener el ejemplo, la diferencia de anchura exterior no llega a dos centímetros y en la medida interior de las plazas posteriores el Punto supera en tres centímetros al Corsa. Con respecto al Yaris la diferencia es de 10 cm a favor del Punto, exactamente con la misma anchura exterior. La línea abombada de los laterales del Yaris resta amplitud a los pasajeros. Aún así el Yaris se vende como coche para 5 plazas, con tres cinturones posteriores de tres puntos.
En función de la versión, el salpicadero del Punto Multijet es diferente, todo en negro o en dos colores. Nuestra unidad llevaba un salpicadero en dos colores. Negro brillante en la parte superior y color crema muy claro en toda la zona inferior del salpicadero. Los plásticos, todos duros, presentan buen aspecto y resultan agradables al tacto. No resulta común que un plástico de un color tan claro, en coches de esta categoría, ofrezca buen aspecto y en el Punto sí se consigue.
En esta ocasión, el plástico que falla es el negro que recubre la parte superior del salpicadero. Es un plástico muy brillante, y provoca unos reflejos muy intensos en el parabrisas. Al atardecer, si el sol incide lateralmente, el reflejo del plástico claro de la parte inferior del salpicadero sobre el cristal lateral es muy visible y resta claridad al retrovisor exterior.
En la parte superior del salpicadero hay muchos huecos para dejar cosas, un lugar nada recomendable porque se incrementan los reflejos en el parabrisas. También hay huecos en la parte del salpicadero que no provoca reflejos y en la consola central que separa los dos asientos. Las bolsas de las puertas son bajas y estrechas y por debajo del altavoz hay un hueco pequeño que podría resultar más útil si no quedara tan bajo y lejos del alcance de la mano del conductor.
Los asientos delanteros recogen bien a sus cocupantes, con una banqueta larga que se agradece mucho. La tapicería de esta versión es de un tacto muy «sintético» que para el verano no resulta agradable. Es una pena porque los asientos sí resultan muy confortables. En el nuevo Lancia Ypsilon, realizado sobre una estructura similar a la del Fiat Punto el volante se regula en profundidad, pero en el Punto todavía no está disponible esta posibilidad que a mí me parece tan útil para adaptar el puesto de conducción a todos los gustos. Según me aseguraron en la presentación del Lancia Ypsilon, en el futuro Punto sí estará disponible. Con el asiento en posición más baja la posición resulta ligeramente elevada para mi gusto particular.
La unidad que he probado lleva climatizador dual y ordenador. El climatizador, en funcionamiento manual, no permite dirigir simultáneamente el aire hacia el parabrisas y hacia los sutidores frontales que dirigen el aire hacia la cara. Los días en los que he probado el cohe no ha hecho mucho calor por lo que no he podido probarlo en situación de calor extremo.
Al igual que pasa con el ordenador del Stilo, al pasar de una medición a otra del ordenador no aparece directamente el resultado con un símbolo, sino que primero aparece un rótulo, que se mantiene entre dos y tres segundos y posteriormente la medición. Me parece un paso inútil, porque obliga a mantener más tiempo la atención sobre la instrumentación (con el riesgo que conlleva) y no facilita la interpretación del resultado. El símbolo que aparece en el resto de marcas o el rótulo abreviado en una esquina de la pequeña pantalla es suficiente para saber de qué medición se trata.