Al entrar el el habitáculo del Focus 2022, la mirada se dirige instintivamente hacia la nueva pantalla que preside el salpicadero, la del sistema multimedia. Es de serie en todas las versiones y tiene un tamaño enorme, de nada menos que 12,3 pulgadas (imagen). He escuchado opiniones de todo tipo sobre la misma, desde grandes halagos por la vistosidad y el «aspecto tecnológico» que le aporta al salpicadero hasta quejas recalcitrantes por su tamaño y, sobre todo, por la necesidad de manejar la mayor parte de las funciones del vehículo desde la misma.
Porque su instalación también ha supuesto la eliminación de una gran parte de botones, mandos y ruletas del salpicadero y la parte baja de la consola central, incluidos los del sistema de climatización (ahora están en la pantalla). Inicialmente me costó tener controladas las funciones más habituales, como las del sistema de sonido, las ayudas a la conducción y el citado climatizador, pero también he de reconocer que, con el paso de los días, la situación mejoró de manera clara y me encontré más o menos cómodo con esta nueva disposición. No obstante, y al menos bajo mi punto de vista, este Focus ha salido perdiendo en unos de los aspectos en los que el modelo anterior era toda una referencia: la ergonomía.
Ahora el salpicadero tiene un diseño más limpio y moderno, de eso no hay duda, pero la experiencia de uso es peor. Y eso en mi caso, que estoy habituado al manejo de este tipo de sistemas multimedia y también al de móviles y tabletas; aquellas personas que no sean hábiles con este tipo de dispositivos les costará mucho el manejo de algunas funciones. Durante toda la prueba se me pasó una frase por la cabeza que resume muy bien mi postura ante esta nueva disposición de mandos en el salpicadero: «menos pulgadas y más botones». Es solo una opinión personal, por supuesto, que además no tiene por qué coincidir con la de todo el mundo, pero como se trata de un asunto de cierta importancia, recomiendo probar detenidamente el coche (y especialmente el sistema multimedia, a ser posible en marcha) antes de tomar una decisión de compra.
Consideraciones sobre la ergonomía aparte, el sistema multimedia tiene un funcionamiento correcto. Su sistema operativo es el más moderno que ofrece Ford en la actualidad (SYNC4), con una organización de sus menús bastante lógica, superficies amplias donde pulsar (en la mayoría de funciones, no todas) y una muy buena resolución de la pantalla (además se ve perfectamente incluso cuando la luz incide directamente sobre ella). La velocidad de procesamiento, en cambio, no es de las mejores. No es que sea especialmente lenta, pero dado que es una pantalla que se ha de utilizar para el ajuste de casi todas las funciones del coche, no le vendría mal un poco más de presteza para así no tener que apartar la vista de la carretera más tiempo del deseado.
Con el sistema de reconocimiento de comandos vocales se pueden llevar a cabo algunas acciones, las más habituales, pero su puesta a punto y su comprensión no son especialmente buenas. Muchas acciones se demoran en el tiempo por la necesidad de repetir palabras y frases varias veces. En este sentido, los sistemas de este tipo de modelos como el BMW Serie 1, el Mercedes-Benz Clase A o incluso el Renault Megane E-TECH, son claramente mejores.
La instrumentación no tiene cambios con respecto a la que tenía el modelo anterior. Hay dos tipos, una con dos indicadores de agujas separados por una pantalla de 4,2 pulgadas (versiones ST-Line y Active) y otra compuesta por una pantalla de 12,3 pulgadas (versiones ST-Line X Active X y ST). Esta última, de nuevo, es más vistosa, pero no aporta más información que la más sencilla y sus posibilidades de personalización son muy escasas (básicamente se puede cambiar el color del fondo al alternar entre los distintos modos de conducción, poco más; imagen). Lo que no admite tacha es tanto su resolución, que es muy alta, como su visibilidad ante condiciones de luz adversas (no me he encontrado con ninguna situación en la que haya dejado de vez los datos con claridad, incluso en días soleados y con el techo panorámico abierto).
Tampoco recibe cambios el Head-up Display, que a pesar de que es de los que proyectan la información en una lámina de plástico (no en el mismo parabrisas), cumple muy bien con su cometido: la información es clara (se ve incluso con gafas de sol polarizadas), abundante y se visualiza bien. Es opcional en casi todas las versiones (solo lo lleva de serie la ST), pero su coste de adquisición no es alto, de 450 €. Un elemento recomendable.
Los asientos delanteros de las versiones ST-Line y ST-Line X son distintos a los de las Active y Active X. Tienen unos laterales más prominentes (son los que Ford denomina «deportivos») y sujetan mejor el cuerpo en las curvas, aunque por confort son muy parecidos (correcto en ambos casos). Además, opcionalmente se puede pedir un asiento para el conductor con más ajustes y con la certificación AGR (una sociedad alemana que investiga sobre los aspectos relacionados con la disminución de los dolores de espalda) que resulta muy recomendable por confort y por las amplísimas posibilidades de ajuste (imagen). Su coste tampoco es excesivamente alto, al menos en términos porcentuales: 779 €.
Habitabilidad, maletero y otros detalles
El espacio para los pasajeros del Focus de cinco puertas es idéntico al del modelo anterior, algo lógico teniendo en cuenta que se trata de una puesta al día, no un modelo nuevo. En general se trata de un coche amplio, especialmente por anchura entre puertas (aunque es insuficiente para llevar confortablemente a tres adultos detrás) y por espacio para las piernas (detrás, de nuevo, se encuentra más cerca de los mejores que de los peores en esta cota). La cota menos favorable es la altura libre al techo, que se encuentra en la zona media-baja de nuestro listado comparativo, tanto delante como detrás. Mediciones del interior.
Con carrocería familiar, el espacio destinado a los pasajeros es prácticamente idéntico al de cinco puertas. La única diferencia se halla en la altura libre hasta el techo en las plazas traseras, que es cuatro centímetros mayor. En ambas carrocerías, la instalación de techo solar panorámico supone una reducción del espacio que hay entre la banqueta de los asientos y el techo de unos cuatro centímetros. Este dato no es baladí, pues hemos comprobado que los pasajeros que miden más de 1,85 m de estatura pueden rozar con la cabeza en el techo si van sentados detrás en un Focus 5p con el techo panorámico instalado.
El maletero de la versión de cinco puertas tiene 392 litros en todas las versiones excepto en la ST, que se queda en 358 l. Es un dato bueno en términos generales, pero que queda por debajo de modelos como el Škoda Scala, el Fiat Tipo, el DS 4 o el Opel Astra (listado de turismos de cinco puertas de entre 4,2 y 4,5 metros de longitud, ordenados por volumen de maletero). Se trata de un espacio de carga diáfano y fácil de aprovechar; entre los accesorios y funcionalidades que incluye los hay muy habituales —perchas, ganchos y un par de cintas elásticas— y otros que no lo son tanto —hay una trampilla abatible en el respaldo del asiento central posterior que conecta con el habitáculo y facilita mucho el transporte de objetos largos y estrechos; imagen—.
El maletero de la variante familiar (Sportbreak) ha sido mejorado con una nueva bandeja para el piso, más sencilla de limpiar, y que se puede utilizar como divisor de carga gracias a un sistema de bisagras. También hay una zona con un enmoquetado distinto ideado para transportar objetos mojados (imagen) y dos puntos de luz en lugar de uno. Además, hay una red adicional para fijar objetos en el lateral del maletero.
Ford también ha incluido en el propio maletero de esta versión un diagrama sencillo en el que se explican las posibilidades de uso del maletero, ya que, según dice, los clientes del modelo anterior no conocían todas las funciones disponibles. Ninguno de estos cambios implican un cambio de capacidad, pero Ford dice que ahora es de 635 litros, 27 más que en el modelo al que reemplaza; es un dato que lo sitúa al nivel de sus mejores alternativas (listado de turismos familiares de entre 4,50 y 4,70 metros de longitud, ordenados por el volumen de su maletero).
Como en el modelo al que sustituye, la calidad de materiales y acabados del Focus 2022 es solo correcta. Hay zonas que están bien cuidadas en las que se emplean plásticos blandos o tapizados con costuras (parte superior del salpicadero o la consola central delantera), pero también hay otras en las que el plástico duro y de aspecto más bien basto son la tónica general (los guarnecidos de las puertas, por ejemplo, en los que apenas hay tapizado y las costuras no son son reales). En este sentido, el Focus se ve superado por modelos mucho más caros como el Audi A3 Sportback o el BMW Serie 1, pero también por otros que no lo son o que incluso cuestan menos, como el Hyundai i30 o el Kia Ceed.