Ford Streetka (2003) | Impresiones de conducción
El Ford Streetka transmite buenas sensaciones y responde satisfactoriamente a condición de que el asfalto no esté muy deteriorado. Cuando la carretera es irregular y provoca movimientos bruscos en las ruedas, se sienten vibraciones fuertes e incómodas en el marco del parabrisas, en la carrocería e incluso en el pedal del freno (al frenar en curvas).
Estas vibraciones no se aprecian en los Ka con carrocería convenional ni en el deportivo Sportka; parece ser que la estructura del Streetka no es lo suficientemente rígida para no vibrar en una conducción exigente en carreteras malas, a pesar de que ha sido un tema tenido en cuenta por los responsables del proyecto Sportka; «La estructura de la carrocería debe ser muy resistente a la torsión para que los sistemas de suspensión y dirección operen con plena efectividad».
Para quien quiera un Streetka para circular despacio o incluso a buen ritmo por buenas carreteras con curvas, este descapotable es adecuado. Entra en las curvas bien, su agarre lateral es bueno y balancea poco, pero no es tan ágil como un Sportka. La suspensión tiene una excelente relación para ofrecer buena estabilidad y comodidad al mismo tiempo.
Para circular fuera de la ciudad es necesaria una gorra para la cabeza; el parabrisas no protege completamente a los ocupantes de todo el aire que pasa por encimal de él. No he probado el deflector que opcionalmente puede tener el Streetka, pero creo que es un elemento muy importante en cualquier descapotable.
El motor de 1,6 litros y 95 CV es perfecto para quien quiera fuerza y aceleración desde bajo régimen y para quienes no lleguen habitualmente a la zona alta del cuenta revoluciones. No es muy rápido subiendo de vueltas y el corte de inyección se produce relativamente pronto (a 6.250 rpm). El sonido que emite el escape es grave y deportivo, y se escucha sobre todo a baja velocidad.
La palanca de cambios tiene un pomo metálico y su accionamiento es durito, pero preciso y de recorridos cortos al mismo tiempo.