Ford Ka (2009) | Impresiones de conducción
El Ford Ka es un utilitario cómodo y más estable que otros modelos de similares características. En este sentido, da la impresión de ser un coche de mayor tamaño de lo que realmente es. Aunque su carrocería balancea apreciablemente cuando se circula rápido en carreteras de curvas, su trayectoria es muy fiel a la que marca el volante. Además tiene un tacto muy bueno que ayuda a que el conductor sepa en todo momento qué sucede en el contacto de las ruedas con el asfalto.
Su respuesta es mejor que la de, por ejemplo, un Hyundai i10, un Fiat 500 o un Subaru Justy, aunque no llega a la del MINI. Un Renault Twingo responde en carretera de forma similar.
Con el Ka es muy fácil callejear y aparcar en plazas de reducido tamaño porque necesita poco espacio para maniobrar: sólo 9,25 m para dar una vueta completa. Tiene detalles quedan comodidad en tráfico urbano, si bien son poco usuales en utilitarios de su tamaño, como el sistema de ayuda al arranque en pendiente.
Está bien insonorizado. El ruido que llega al interior sólo es algo molesto por encima de 120 km/h. Es un ruido de rodadura, no del motor. La visibilidad es buena en todas direcciones, aunque no vendría mal que si los retrovisores exteriores fueran algo más grandes.
1.30 TDCi de 75 CV
Esta versión del Ka es muy agradable de conducir tanto por respuesta como por su bajo nivel de ruido. Sólo es algo ruidoso y produce ciertas vibraciones perceptibles en el habitáculo a baja velocidad, especialmente cuando está frío. Tiene reserva de aceleración suficiente para ciudad y alrededores. También se puede viajar con poca carga sin necesidad de pisar mucho el acelerador o recurrir con mucha frecuencia al cambio de marchas.
Con este motor, el Ka sale bien desde parado, algo muy importante en circulación urbana. Además, tiene fuerza suficiente como para realizar adelantamientos de forma segura en carreteras de doble sentido, siempre que no se viaje con el coche cargado y se haga bien la maniobra (es decir, comenzando a acelerar antes de cambiarse de carril).
Según nuestras mediciones, esta versión da unas prestaciones normales para su potencia, aunque mejores que las de un Fiat 500 con el mismo motor Diesel de 75 CV (más información).
Esta unidad del Ka ha frenado muy bien, mucho mejor que modelos de mayor tamaño y precio (más información).
El Ka 1.30 TDCi de 75 CV tiene un consumo medio homologado de 4,1 l/100 km desde abril de 2011 gracias a un sistema de parada y arranque automático del motor («Start/Stop») en las detenciones —anteriormente era de 4,2 l/100 km—. En nuestro habitual recorrido de consumo, de 143,3 km por autovía, gastó 6,5 l/100 km, a una media de 122 km/h. Es una cifra inferior a la de la versión de gasolina 1.20 Duratec de 69 CV —7,2 l/100 km, aunque a una media inferior (118 km/h)—, pero no es un consumo bajo. Así, modelos como el Audi A1 o el SEAT Ibiza, con motores más potentes (105 CV), gastaron claramente menos en el mismo trayecto —5,8 l/100 km y 5,3 l/100 km respectivamente—. La ventaja de consumo de el Ka y otros coches pequeños se da más en ciudad y alrededores que en carretera despejada, donde frecuentemente consumen más que otros más grandes y potentes.
1.20 Duratec de 69 CV
Es agradable de conducir en un uso cotidiano porque tiene una respuesta rápida al acelerador, lo que facilita ciertas maniobras que se dan por ciudad. En carretera se aprecia que no acelera mucho. En cualquier caso, es más lento que el Diesel de 75 CV.
Para que acelere mucho —dentro, claro está, de sus limitaciones—, hay que utilizar con frecuencia el cambio de marchas para mantener el motor alto de revoluciones. El motor no tiene mucha fuerza a bajo régimen y los desarrollos de transmisión son excesivamente largos. La quinta marcha es prácticamente de desahogo, para carreteras llanas; es poco útil para afrontar cuestas en carretera. Lo normal es coronar las largas pendientes de autopista en cuarta velocidad.
El Diesel de 75 CV tiene más fuerza a un régimen bajo y responde mejor en marchas largas, pero es más ruidoso. Un efecto positivo de los largos desarrollos de transmisión que tiene el Ka 1.2 69 CV es que llega poco ruido al interior —para lo normal de un coche de este tipo—. Según nuestras mediciones, el Ka 1.20 Duratec de 69 CV es más lento que un 500 con el mismo motor (más información).
Sin embargo, su consumo no es especialmente bajo. Para hacer una media de 118 km/h en nuestro recorrido de consumo necesitó 7,2 l/100 km. El gasto de carburante que cabe esperar haciendo ciudad y alrededores también está sobre los 7,0 l/100 km, aunque desde abril de 2011 está disponible con un sistema de parada y arranque automático del motor («Start/Stop») en las detenciones que puede reducir ligeramente esta cifra. Si sólo se conduce por carreteras de circunvalación, a velocidades moderadas, puede gastar unos 6,0 l/100 km. Como el consumo no es alto, los 35 litros que tiene el depósito de combustible garantizan una autonomía normal.
Los dos motores van asociados a una caja de cambios manual de cinco velocidades y funcionamiento muy suave y agradable. El tacto es muy bueno y todas las marchas entran con facilidad. Ambas versiones llevaban el mismo tipo de neumático —Continental ContiPremiumContact 2— que daban una alta adherencia. Los de la versión Diesel eran de mayor tamaño: 195/45 R16 frente a 195/50 R15.