Ford Mondeo Wagon 2.0i 16V 145 CV Ghia (2001) | Estable y cómodo
El Mondeo es un coche de una gran estabilidad. Tiene al menos tanta agilidad como un Renault Laguna, tolera las irregularidades del suelo en un fuerte apoyo tan bien como un Citroën C5 Break y, además, tiene mejor tacto de dirección que los dos. Es algo más subvirador que un Alfa Romeo 156 Sportwagon (al menos con las ruedas que llevaba, Continental Premium Contact), pero su dirección es más rápida (2,8 vueltas entre topes y mucho giro). No reacciona violentamente si se desacelera en plena curva, como hace el Toyota Avensis Wagon. Al contrario de lo que ocurre con el Peugeot 406, en el Mondeo apenas hay diferencias de reacciones entre la berlina y el familiar. Los movimientos de carrocería están mejor amortiguados que en coches como el Audi A4 o el Volkswagen Passat.
Como todos los Mondeo de gasolina (los Diesel no), tiene de serie control de estabilidad. Funciona bien, aunque creo que el control de tracción a veces exagera un poco; me queda la duda de si con otras ruedas sería distinto. Sólo se nota, eso sí, si se da gas a fondo a la salida de una curva lenta.
Frena bien, pero por el diámetro de disco que tiene, esperaba más resistencia al calentamiento. En una conducción muy rápida por sitios con frenadas frecuentes se nota que pierde eficacia. En conducción normal, sólo se notaría con el coche muy cargado y en cuesta abajo.
Es también un coche muy cómodo de suspensión por dos razones: primero, los movimientos de las ruedas afectan poco a la carrocería; segundo, no tiene demasiado cabeceo o balanceo. No hace mucho ruido; lo que más suena es el aire, y sólo a una velocidad muy alta.