Mazda 2 CRTD 1.4l 68 CV (2003) | Su peso y su alta carrocería afectan a las prestaciones

13/07/2003 |Enrique Calle

Es el quinto coche que pruebo con este motor. En el Mazda2 me parece que el motor se escucha a baja velocidad o al ralentí como un Ford Fiesta y un poco más que en el Citroën C3 o en el Peugeot 206.

También es más ruidoso que los modelos franceses escuchándolo desde el exterior, es como si tuviera menos material aislante. Me sigue pareciendo un motor suave por las pocas vibraciones que llegan al conductor a través de los pedales, pomo de la palanca de cambios y el volante. Como es habitual en muchos coches Diesel, el ruido del motor queda oculto por el aerodinámico a medida que aumenta la velocidad (se puede viajar a fondo sin escuchar casi nada el motor).

El aspecto que me parece más flojo de este motor es que no tiene mucha fuerza (o capacidad de aceleración) por debajo de 1.800 ó 2.000 rpm, sobre todo si el aire acondicionado está conectado. Por esta circunstancia puede llegar a no ser del todo agradable circular por ciudad, por ejemplo, al arrancar en pendientes o al comenzar la marcha con el coche cargado. En este sentido prefiero el 1.5 dCi de Renault (que también hace poco ruido).

Según nuestras mediciones el Mazda2 es más lento en aceleración y recuperaciones que un C3 1.4 Hdi, que un 206 Hdi, que un Micra 1.5 dCi y que un Clio 1.5 dCi.

El Mazda2 es un coche pesado y de carrocería grande y por esto no es muy rápido. Pesa 1.160 kg frente a los 980 de un Clio equivalente, los 990 kg de un 206, o los 1.097 kg de un C3. También es más lento que un Ford Fiesta con idéntico motor (1.143 kg).

En cualquier caso las diferencias no son grandes y la sensación que transmiten en carretera son idénticas; en cualquiera de ellos es posible circular en autopista claramente por encima de los límites legales de manera continuada (si no hay cuestas), pero en carreteras de doble sentido es necesaria mucha anticipación y espacio para adelantar.

El consumo medio circulando por autovía al 90 por ciento de la velocidad máxima (y a veces a fondo), por carretera de doble sentido (entre 120 y 140 km/h, pero acelerando a fondo para adelantar) y algo de ciudad ha sido 7,5 litros. Estas mediciones están tomadas viajando tres en el coche y con el aire acondicionado puesto.

A una media real de 120 km/h por autovía (que supone una velocidad constante de 140 km/h y otras veces más lento por el tráfico y obras en la carretera) el consumo de combustible fue 6,5 l/100 km.

En un recorrido por ciudad y carreteras de circunvalación a un ritmo suave (350 km) y 115 km por carreteras de montaña conduciendo rápido, gastó 6,8 litros de media.