Con el Clase C 2021, Mercedes-Benz reemplaza al modelo introducido al mercado en 2014 y actualizado en 2018. Está disponible con carrocería berlina desde 45 400 euros con un motor de gasolina de 170 CV (todos los precios del Clase C Berlina 2021) y desde 48 520 con la familiar (todos los precios del Clase C Estate 2021). Hasta el año que viene no llegarán las versiones AMG; la primera en hacerlo será la 43 AMG.

El Clase C 2021 es una buena berlina para desplazarse de forma tranquila y cómoda en un margen amplio de velocidad. Con todo, no me parece un vehículo superlativo en vías rápidas como sí lo es un Clase E. Bajo mi punto de vista, no creo que en este Mercedes-Benz Clase C se viaje mejor que en un Audi A4 o en un BMW Serie 3 (algo que sí ocurría en algunas generaciones pasadas del Clase C frente a su compentencia de entonces). Hay incluso modelos mucho más baratos que sorprenden, como el Ford Mondeo. 

Lo que sí ha conseguido Mercedes-Benz sin reservas es un coche muy avanzado tecnológicamente, con un equipamiento opcional abundante y con un diseño interior atrevido, que hace unos años hubiera sido impensable en esta marca. 

Un ejemplo del esfuezo que Mercedes-Benz ha hecho en el Clase C 2021 se nota en cosas como el sistema multimedia MBUX de segunda generación (parecido al del Clase S). Muchas de sus funciones se controlan desde una pantalla central táctil dispuesta en vertical (imagen). Tiene una estructura de menús muy coherente, iconos que siempre aparecen en la misma posición (como los de la climatización) o accesos directos útiles. En conjunto, es un dispositivo que permite manejar muchas cosas con un periodo de adaptación que normalmente no será largo. Funciona de forma certera y adecuada. Lo mejor que se puede decir de una pantalla táctil es que haga olvidar la presencia de determinados botones físicos. Y yo creo que esta lo consigue.

Ni el Audi A4, ni el BMW Serie 3 tienen un sistema multimedia similar en cuanto a modernidad, aunque eso no tiene por qué ser negativo. Recurren a un diseño no tan a la última y donde hay más mandos tradicionales, soluciones que también son satisfactorias —especialmente en el caso del BMW— pero de otra forma. Hay que tener en cuenta que tanto el Audi como el BMW ya llevan un tiempo en el mercado y este Mercedes-Benz acaba de salir.

Otro ejemplo de la tecnología del Clase C 2021 se aprecia en algunos equipamientos opcionales, como los faros Digital Light que, sin ser imprescindibles, sí son muy adecuados para quien viaje mucho por la noche ya que hacen más cómoda la conducción. Este Clase C tiene dirección a las ruedas traseras (que no es novedad en este segmento puesto también la tuvo el Renault Laguna 4 Control), cuya presencia se nota especialmente en la circulación urbana.

El equipamiento de confort y de asistencia a la conducción del Mercedes-Benz Clase C es igualmente avanzado y no falta prácticamente nada importante si se recurre a la lista de opciones. Hay elementos muy llamativos, como las cámaras de visión de 360 grados que permiten cambiar la perspectiva a voluntad (imagen con algunos ejemplos), aunque su utilidad real no es tanta como uno puede esperar antes de conocer el sistema. También hay otros que realmente me parecen prescindibles, como el sistema de navegación con realidad aumentada en la pantalla central. El Clase C está disponible con una línea básica y opcionalmente hay dos más: Avantgarde (que busca un equilibrio entre aspecto elegante y deportivo) y AMG Line (de aspecto deportivo y con modificaciones en el chasis para conseguir un mejor resultado en carreteras lentas, así como unos frenos más potentes). Aquí hay más información sobre algunos elementos de equipamiento del Mercedes-Benz Clase C.

Todos los Clase C tienen un sistema de hibridación ligera, salvo las versiones híbridas enchufables, que tienen una autonomía WLTP de unos 100 kilómetros (de las que damos información más detallada en este artículo). El motor Diesel de 200 caballos (versión 220 d) es muy buena elección si se necesita una capacidad de aceleración más que suficiente para circular con agilidad y que el consumo sea especialmente bajo a velocidad sostenida. Nos ha gustado claramente más que el C 200 de gasolina, que casi siempre es más ruidoso y su consumo es mayor. El cambio de marchas es siempre automático de nueve relaciones. Hay más información de las cualidades dinámicas del Clase C en el apartado Impresiones de conducción.

*Disponible más adelante

La primera impresión que uno tiene al sentarse en el Clase C es que parece menor de lo que realmente es por fuera. A diferencia del Mercedes-Benz Clase C, el BMW Serie 3 y el Audi A4 tienen una silueta más tradicional y sus interiores dan mayor sensación de desahogo. Sin embargo, esa primera impresión del Clase C puede ser engañosa, pues en su interior caben bien cuatro ocupantes (cinco van muy mal) y, además, hay mucho espacio para las piernas de los pasajeros de las plazas posteriores. Falla porque la altura libre al techo en las plazas posteriores es justa.

El volumen del maletero del Clase C Berlina es de 455 litros (igual que antes) y el del familiar es de 490 l (30 más que antes). En el caso de la versión híbrida enchufable, el volumen del maletero aumenta respecto al de la generación anterior (de 300 a 315 en el berlina y de 315 a 360 litros en el familiar) debido a que la batería de alta tensión ha sido reubicada. Hay más detalles del interior en el apartado Impresiones del interior). 

Tanto el Clase C de cuatro puertas como el familiar comparten longitud (4,75 m). Es casi tan largo como el Audi A4 (4,76 m) y ligeramente menor que el BMW Serie 3 (4,71 m). De los tres, el Mercedes-Benz es el que tiene mayor entre ejes. 

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