Nissan Qashqai (2021) - Prueba | Impresiones del interior
Frente al modelo anterior, el Nissan Qashqai 2021 ha ganado en calidad percibida, espacio para los pasajeros y capacidad de maletero. Sigue sin ser el mejor en ningún apartado concreto, pero ahora está en la media o un poco por encima en la mayoría de ellos y, en global, es un producto mucho más recomendable.
El diseño del salpicadero no es revolucionario ni tiene ninguna singularidad que llame la atención, pero su aspecto es moderno, está bien ordenado y transmite mayor sensación de calidad que antes. Además, en contra de la corriente actual de integrar en la pantalla central el manejo del climatizador, el Qashqai 2021 sigue teniendo mandos mecánicos para su regulación, que es todo un acierto. También nos parece acertado que haya tomas USB de tipo 2.0 y de tipo C (últimamente, lo habitual es que solo haya de las últimas).
En función del nivel de equipamiento, la instrumentación puede ser una de estilo «tradicional» (con dos indicadores grandes de aguja y una pantalla central multifunción de 7 pulgadas) u otra que está formada por una pantalla de 12,3 pulgadas donde se muestra toda la información (imagen). Esta última es la que tenían todas las unidades que hemos probado hasta la fecha y nos ha parecido muy buena tanto por calidad de imagen (es excepcional en este sentido), como por claridad a la hora de mostrar los datos. No admite tanta personalización como la que tienen algunos modelos del Grupo Volkswagen —SEAT Ateca o Volkswagen Tiguan, por ejemplo—, pero en este sentido es claramente mejor que la del Ford Kuga, el Mazda CX-5 o el Peugeot 3008.
También hay dos tipos de pantalla para el sistema multimedia, una de ocho pulgadas para las versiones con el acabado Acenta y otra de 12,3 para el resto (antes de mediados de 2022 era de 9,0 pulgadas como máximo). La primera tiene un sistema operativo muy parecido al que estrenó el Juke en 2019 y como en éste, nos ha resultado satisfactorio por rapidez de procesamiento (está a años luz del que tenía el anterior Qashqai, que era directamente malo), pero poco intuitivo y con unos menús de aspecto ligeramente desfasado. El sistema con pantalla de 12,3 pulgadas funciona con mayor rapidez y tiene unos gráficos más modernos. Es, en todos los aspectos, mejor.
Afortunadamente, Nissan ofrece muchas opciones de conectividad que mejoran de manera notable la experiencia de uso: compatibilidad con Android Auto y Apple CarPlay (con este último, además, sin cables en caso de pedir el multimedia avanzado), un punto de acceso wifi para hasta siete dispositivos y un sistema de reconocimiento de órdenes vocales compatible con el asistente de Google y con Amazon Alexa. Además, el sistema que incluye la pantalla de mayor tamaño, también tiene un navegador con la cartografía de TomTom y el servicio NissanConnect, que permite realizar varias acciones en remoto desde un dispositivo móvil (localizar el vehículo, comprobar su estado o abrir o cerrar sus puertas, entre otras).
Las versiones con los acabados Tekna y Tekna+ incluyen de serie un sistema de información proyectada en el parabrisas que cumple con su cometido de manera ejemplar. Muestra los datos de manera clara y ordenada, se ve muy bien tanto de día como de noche y tiene una superficie de proyección más amplia de lo normal, de nada menos que 10,8 pulgadas (imagen). En él, es posible consultar la velocidad a la que circula el vehículo, las indicaciones del sistema de navegación, el funcionamiento de las ayudas a la conducción o la fuente de sonido seleccionada.
El puesto de conducción nos ha parecido bueno, con una distribución de mandos lógica e intuitiva que permite familiarizarse con el vehículo rápidamente. La regulación de la columna de la dirección ahora posibilita colocar el volante en una posición más vertical —algo que algunos redactores de km77 echábamos en falta en el anterior Qashqai— y los asientos delanteros, al menos los de las versiones con más equipamiento, son confortables e incluyen numerosas funciones más o menos prácticas: regulaciones eléctricas, memorias de posición, calefacción e incluso masaje (para este último hay varios programas e intensidades; funciona bien, sin ser excepcional).
Las puertas que dan acceso a la fila posterior abren en un ángulo muy amplio, de 85 grados exactamente (imagen), lo cual resulta muy útil para aquellas personas que tengan que meter una sillita de bebé y a su respectivo ocupante. Además, el espacio en esta fila ha crecido. Hay casi dos centímetros más para las piernas, casi cinco más para la cabeza y uno más de anchura entre puertas. Ahora, una persona de 1,85 metros de estatura se puede sentar con la espalda bien pegada al respaldo y el cuello estirado; antes, era más complicado. Hay alternativas que son incluso mejores en este sentido (por ejemplo, el Hyundai Tucson o el Honda CR-V), pero, en general, el Qashqai queda posicionado en un buen lugar de nuestro listado comparativo de mediciones del interior.
La banqueta posterior no se puede deslizar en sentido longitudinal (en un Škoda Karoq, pagando la opción correspondiente, sí se puede) y los respaldos no se pueden reclinar (en el Karoq esto también es posible, además de en el Hyundai Tucson y el Mazda CX-5). Lo que sí tienen a su disposición los pasajeros de estas plazas son dos salidas de aire entre los dos asientos delanteros (aunque sin posibilidad de ajustar temperatura o velocidad del ventilador), dos tomas USB (una de tipo de C y otra 2.0) y los huecos portaobjetos que suelen ser habituales en vehículos de este tipo: uno en cada una de las puertas, dos portabebidas bajo el reposabrazos central y unos revisteros tras el respaldo de los asientos delanteros.
El volumen del maletero depende del sistema de tracción y de si se lleva el equipo de sonido más costoso (de la marca Bose). En el caso más desfavorable (tracción total y equipo Bose) tiene 450 litros y, en el más favorable (tracción delantera y equipo de sonido de serie), 504 litros. Estos son unos datos de maletero que le dejan a la par de un Mazda CX-5 (477 l), pero por debajo de un Hyundai Tucson (546-620 litros) y del Kia Sportage (591 litros). Un Peugeot 3008, un Škoda Karoq y un SEAT Ateca también tienen un maletero ligeramente mayor (520 l).
Para poder organizar la carga de una manera más cómoda, Nissan ha instalado un piso dividido en dos piezas independientes que se pueden colocar a dos alturas distintas e incluso fijar en posición vertical (solo una de ellas a la vez; imagen). Además, justo por debajo de estas dos piezas, hay un lugar especialmente diseñado para colocar la bandeja cubreequipaje cuando no se está utilizando (imagen).
También es novedad la instalación de un portón con apertura automatizada y función manos libres (solo en algunas versiones), un sistema de iluminación más potente con dos plafones (que en la práctica no son ninguna maravilla), una toma de 12 V y una alfombrilla reversible para el piso que por un lado es de goma y por el otro de moqueta.