Opel Astra Cabrio (2002) | Cómodo, salvo a más de 120 km/h
La capota, además de ser completamente automática, tiene la ventaja de que puede accionarse a distancia.
La única precaución previa debe ser detener el coche y tirar del freno de mano.
En poco más de 30 segundos, la capota se pliega o se despliega. Todo el coche es cómodo y el maletero grande, lo que amplía esa sensación de confort ya que no hay que hacer malabarismos para encajar las cosas.
De los tres motores de gasolina que estarán disponibles de este coche, probé los dos más potentes (147 y 125 caballos).
El Astra Cabrio no es un coche para circular rápido con la capota quitada, especialmente si se ocupan las cuatro plazas. Los remolinos que se forman en el interior del coche resultan molestos por encima de los 120 km/h. Con el coche se provee de serie un cortavientos (que elimina la posibilidad de utilizar los asientos traseros) pero que resulta muy útil. Con él se ganan entre 20 y 30 km/h de comodidad, por lo que a 120 km/h el resultado es parecido al que se obtiene a 90 km/h sin cortavientos.
Los remolinos no se generan sólo a la altura de la cabeza, también a la altura de las piernas y de la palanca de cambios. Llevar las ventanillas subidas resulta casi imprescindible, excepto en ciudad o en carrera muy lenta. El cortavientos dispone de un alojamiento en el maletero, donde no resta prácticamente espacio. Y sólo resulta incómodo de meter y sacar del maletero si hay bultos en el interior.