Peugeot 3008 (2024) - Prueba | Impresiones del interior

16/05/2024 |Fernando Ríos (@RiversChains)

Este 3008 de tercera generación es el primer modelo de la marca en llevar el llamado «i-Cockpit panorámico» (galería de imágenes). Conserva las mismas características generales vistas hasta la fecha en versiones previas del i-Cockpit de Peugeot (volante pequeño e instrumentación que se ve por encima del mismo), pero con algunos cambios más o menos importantes que le dan al salpicadero un aspecto moderno y llamativo y, más importante aún, también una facilidad de uso y ergonomía claramente mejores

Tradicionalmente, este tipo de configuración podía suponer un inconveniente a la hora de encontrar una posición de conducción idónea para algunos conductores, especialmente los más altos. Ahora es mucho más sencillo sentirse a gusto porque tanto instrumentación como la pantalla del sistema multimedia están en un plano ligeramente superior y, por tanto, dejan más libertad para mover el volante a voluntad (en versiones previas «obligaba» a colocarlo más bajo de lo normal para poder ver toda la instrumentación). Ahora, incluso aquellas personas con una estatura superior a la media, no tendrán demasiados problemas al respecto.

Las versiones con el nivel de equipamiento más alto, llamado GT, incluyen de serie una pantalla curva de alta definición y 21 pulgadas dividida en dos zonas diferenciadas: parte izquierda (para la instrumentación) y parte derecha (para manejar el sistema multimedia; imagen). Es una pantalla con una resolución muy buena, que se ve bien incluso cuando la luz incide directamente sobre ella y, en el caso de la parte correspondiente a la instrumentación (izquierda), con varias opciones de visualización y de personalización de la información (potenciómetro, multimedia, energía y mapas). El sistema multimedia es, con toda probabilidad, el mejor que ha fabricado Peugeot hasta la fecha: responde muy rápido y de manera precisa al toque con los dedos y tiene unos menús que, si bien recuerdan a los de otros modelos de la marca, están mejor ordenados. Además, el navegador incluye un planificador de rutas muy avanzado que sugiere puntos de parada e indica la ocupación de los mismos, la potencia y el tiempo necesario de recarga en cada uno de ellos. También permite elegir el nivel de carga con el que deseamos llegar al destino y hace cálculos en tiempo real.

En la parte central del salpicadero, justo por debajo de las salidas de aire hay otra superficie táctil con una serie de accesos directos personalizables a los que Peugeot llama «i-Toggles» (imagen). Es muy parecida a la que lleva el Peugeot 308 y resulta muy útil para acceder a las funciones más utilizadas sin tener que buscar en los menús del sistema multimedia. Se pueden programar hasta diez funciones distintas (una dirección del navegador, una emisora de radio o incluso una configuración concreta para los asistentes a la conducción).

El propio volante también tiene un nuevo diseño. Sigue teniendo un diámetro muy pequeño y está achatado tanto por arriba como por abajo, pero los botones y mandos de sus brazos han sido sustituidos por superficies táctiles con función háptica (es decir, que se produce una pequeña vibración para confirmar su activación/desactivación). Su uso no presenta demasiados problemas, pero como en otras ocasiones, preferimos botones mecánicos porque requieren menos atención. También son distintas las dos palancas que hay tras el volante y que sirven, entre otras cosas, para activar o desactivar luces, intermitentes y limpiaparabrisas.

La consola que hay entre los dos asientos delanteros tiene un aspecto mucho más despejado y sencillo que el del 3008 anterior y también más espacio para depositar objetos, aunque no todos tienen buen acceso desde el puesto de conducción. El que hay justo por debajo de la consola, por ejemplo, está cubierto por una tapa que abre hacia la izquierda, dificultando en cierta medida la colocación de objetos o enseres personales (parece pensada para ser utilizada desde el puesto del pasajero, desde donde no hay problema alguno para ello).

El selector del cambio tiene una nueva ubicación que, bajo nuestro punto de vista, ha sido todo un acierto. Ha pasado de estar en la propia consola, entre los dos asientos, a estar en el salpicadero, en la parte derecha del volante y junto al botón de arranque; muy cómodo de manejar (imagen). Peugeot afirma que ha utilizado materiales de recubrimiento de mayor calidad que en el modelo anterior y lo cierto es que, en efecto, se percibe como un modelo más refinado a este respecto. No es un coche lujoso, pero hay amplias zonas tapizadas en el salpicadero, en las puertas (las cuatro) y en la consola central y molduras de metal retroiluminadas que causan una buena impresión. Además, la mayoría de los huecos portaobjetos están forrados de goma (los de la consola central) o tapizados (puertas y guanteras). En la parte trasera, en cambio, no es así.

Espacio para los pasajeros y maletero

Según nuestras mediciones, el espacio para los pasajeros es muy parecido al del modelo anterior. Por, tanto, sigue siendo un coche menos amplio y práctico que otros de características similares. En las plazas posteriores hay 69 centímetros de espacio para las piernas, que son menos de los que ofrece un Ford Kuga (76 cm), un Hyundai Kona (73 cm) o un Opel Grandland (71 cm). La anchura entre puertas es buena (142 cm), aunque insuficiente para llevar a tres adultos de manera confortable, y la altura libre al techo (con el techo panorámico de cristal instalado, que es como lo hemos medido), la suficiente para que aquellas personas de casi 190 cm de altura se puedan acomodar sin que la cabeza les roce contra el tapizado. Además, los asientos no tienen ningún tipo de ajuste (ni en inclinación de respaldo no movimiento longitudinal de la banqueta), algo con lo que sí cuentan el Hyundai Kona, el Ford Kuga o el Škoda Karoq. Tampoco el acceso a estas plazas es especialmente bueno porque las puertas abren en un ángulo más bien escaso.

La capacidad del maletero del 3008 varía en función de la versión elegida: 470 litros para la variante eléctrica de dos motores (aún no está a la venta) y de 520 litros para el resto. Si tomamos como referencia este último dato, nos encontramos con que se trata de un valor intermedio frente a sus alternativas: queda lejos de los 652 l del Volkswagen Tiguan o los 620 l de algunas versiones del Hyundai Tucson, pero es superior a los 510 l que ofrece un SEAT Ateca, los 504 l de un Nissan Qashqai o los 490 l del BMW X1. Listado de SUV de entre 4,3 y 4,6 metros de longitud, ordenados por volumen del maletero

Cifras aparte, de lo que no hay duda es de que se trata de un maletero aprovechable porque tiene unas formas muy regulares (las paredes laterales son totalmente planas) y además incluye un piso que se puede colocar a dos alturas y doble fondo muy amplio donde se pueden dejar, por ejemplo, los cables de recarga (en las versiones eléctricas; imagen). El borde de carga, en cambio, está más bien alto (a 78 cm, según nuestras mediciones, 7 más que en el modelo anterior), lo cual puede dificultar la colocación de objetos pesados o voluminosos.