Peugeot RCZ (2010) | Impresiones del interior
El acceso al interior del RCZ es relativamente cómodo para lo habitual en un coche que tiene una carrocería muy baja y una silueta afilada porque el hueco que queda entre el techo y el umbral de la puerta no es tan pequeño como en algunos coches parecidos (por ejemplo un Audi TT).
Las puertas plantean ciertos inconvenientes debido a su tamaño. Como son tan largas abren en un ángulo muy pequeño si se estaciona en batería cerca de una pared u otro coche. Además se vuelven muy pesadas si hay que moverlas en pendiente.
El tirador para abrirlas desde dentro está muy adelantado, cerca del punto del que pivotan y para llegar ahí es necesario separar mucho la espalda de los asientos.
En el interior del RCZ caben bien dos personas de talla elevada —porque el techo queda lejos— y voluminosas —porque la distancia entre las puertas medida a la altura de los hombros es grande—.
A diferencia de lo que ocurre en algunos cupés donde el conductor lleva las piernas muy estiradas, como por ejemplo en un Mazda MX5 o en un BMW Z4 (aunque en realidad son descapotables), en el RCZ se llevan un poco más flexionadas. Por esa razón, los conductores más altos, pueden llegar a notar que los pedales quedan algo cerca aunque coloquen el volante lo más alejado posible del salpicadero (tiene doble regulación, en altura y profundidad). Por contrapartida, esta característica la agradecerán las personas de corta estatura, porque quizá no deban forzar mucho su postura para llevar los pedales a una distancia adecuada.
Teniendo en cuenta la forma de la carrocería del RCZ, el conductor tiene buena visibilidad en términos generales. El mayor problema para manejarse es que los montantes del parabrisas son gruesos y dejan ver poco la carretera en giros pronunciados, como los que se dan en carreteras con curvas de horquilla o al doblar esquinas en ciudad. Hacia detrás se ve bien, tanto al salir de una maniobra de aparcamiento en batería como cuando se mira por el retrovisor. La luna trasera, debido a su forma, deformaba ligeramente lo que se ve a través de la misma.
La primera sensación que dejan los asientos delanteros (imagen) es que son adecuados y cómodos. A varias personas que hemos pasado varias horas seguidas dentro del coche nos han parecido que no lo son tanto. Los respaldos proporcionan poco apoyo en la mitad superior de la espalda y mucho más en la parte inferior; este inconveniente se resuelve parcialmente en el caso de contar con la opción de regulación lumbar. Con la banqueta ocurre algo parecido, hay mucho apoyo cerca de los glúteos y poco en la parte de los muslos próxima a las rodillas.
Los asientos delanteros tienen los reposacabezas integrados (imagen) sin posibilidad de regulación. Me parece un fallo que no se puedan acercar a la cabeza porque quedan excesivamente lejos.
Las plazas traseras son prácticamente inservibles (imagen). Curiosamente éstas tienen fijaciones Isofix, aunque no cabe una silla infantil salvo si el asiento delantero del acompañante va muy adelantado. Actualmente Peugeot tiene en venta otro cupé, el 407 Coupé, (desde 28.500 €) con unas plazas traseras mucho más capaces.
El maletero tiene una capacidad normal para un coche de este tipo, 321 l. Es muy aprovechable porque tiene formas regulares y porque es fácil de cargar dado que el portón deja un acceso muy grande. Caben cosas voluminosas (imagen).
No lleva rueda de repuesto, en su lugar hay un kit de reparación de pinchazos (imagen) que sirve para solucionar imprevistos como un pequeño pinchazo, no otros, como un corte medianamente grande en el neumático. Para aumentar el espacio de carga del maletero es posible abatir los respaldos de los asientos posteriores desde un mando que está relativamente oculto en el maletero. Esta maniobra resulta imposible realizarla desde el interior del vehículo, debido a que no existen tiradores para ello.
Opcionalmente puede tener tapicería de cuero en la parte superior del salpicadero y de las puertas. Este material da una sensación muy buena a la vista y al tacto, propia de coches más costosos. En conjunto, la sensación de calidad que transmite el interior del RCZ es corriente, a pesar del cuero, porque hay superficies que tienen un tacto algo basto (como la mitad inferior del salpicadero). Hay mandos, como el de los intermitentes y la palanca de cambios que también los llevan muchos modelos de Peugeot, algunos mucho más económicos que el RCZ.
He probado el coche con tiempo muy caluroso. Después de dejar casi una hora el coche bajo el sol, el climatizador enfrió el habitáculo en poco tiempo hasta conseguir la temperatura deseada (22 grados).
Algunos detalles de equipamiento
Tiene un alerón en la parte trasera de la carrocería que se despliega manualmente (desde un mando, imagen) o de forma automática en función de la velocidad (más información).
El capó está fabricado de aluminio (los arcos del techo también son de este material). Tiene un sistema que, en caso de atropello, lo eleva automáticamente (unos 55 mm) para aumentar la distancia entre éste y las partes duras del motor y dar así mayor protección al peatón. En esta imagen hay un detalle de la pieza que hace esta función.
Todos los RCZ pueden ir equipados con el servicio de emergencia de Peugeot «Peugeot Connect SOS». Está disponible aunque no se instale el sistema de navegación (con navegador, viene de serie). Se puede accionar a voluntad de los ocupantes (desde un mando situado en la consola con las letras «SOS», imagen) o por defecto automáticamente cuando por accidente se activa algún airbag o los pretensores del cinturón de seguridad. El dispositivo contacta con el servicio de emergencia mediante una llamada telefónica y reconoce la posición mediante un sistema de localización por satélite instalado en el coche.