Porsche 911 Carrera S (2004) | Estabilidad sobresaliente con reacciones peculiares
El elemento más novedoso del chasis del Carrera S es la amortiguación activa de dureza regulable, denominada «PASM» (más información). Gracias a dicha suspensión se ha conseguido mejorar todavía más su compromiso entre estabilidad y confort.
Con el reglaje «normal», la amortiguación sigue siendo dura, pero quizá no tanto como en el anterior 911 Carrera (996); con ese ajuste, el Carrera S es más cómodo que el anterior Carrera.
Al ser algo más suave, tengo la sensación de que se acusa más el movimiento de la carrocería que en el anterior Carrera. Llegados a un cierto límite, se pueden apreciar ciertos rebotes en el eje trasero a los que hay que adaptarse; inicialmente resultan algo desconcertantes, sobre todo cuando rodamos a elevada velocidad.
A pesar de dichos movimientos de la suspensión en el eje trasero, el coche no pierde la trayectoria en ningún momento, aunque no cabe duda de que restan seguridad al volante si no estamos acostumbrados. Estas reacciones también se daban en el anterior Carrera, aunque quizá no tan acusadas.
La cosa cambia por completo si seleccionamos el reglaje de suspensión «Sport», pulsando el mando correspondiente situado en la consola central. La amortiguación pasa a tener un reglaje realmente duro que contiene con eficacia el mínimo movimiento de balanceo y cabeceo. Se aprecia en mayor medida cuando rodamos por vías rápidas a elevada velocidad, o sometemos al coche a fuertes apoyos.
Por lo demás, sigue siendo muy parecido al anterior 911, un coche de los que se conducen con el acelerador para obtener los movimientos de la carrocería apropiados a la trazada que se busque. Entra en las curvas con agilidad, permitiendo un guiado preciso de la dirección por donde queremos. Al límite, se agradece que sea ligeramente subvirador y dicha reacción es algo más apreciable cuando vamos descargados de gasolina. Como el depósito de combustible está encima del eje anterior, su mayor peso cuando está lleno aporta también un mayor agarre a los neumáticos delanteros.
Un detalle que he observado en las dos unidades que he probado es que se desgastan con excesiva facilidad los flancos de los neumáticos delanteros cuando realizamos una conducción muy deportiva.
En la nueva serie 997, Porsche afirma que ha incrementado un ocho por ciento la rigidez torsional. También se ha modificado las dimensiones del vehículo para favorecer su estabilidad; con relación al anterior, es 38 mm más ancho y 5 mm más bajo. Se han ensanchado las vías, 21 mm delante y 11 mm detrás, aunque la batalla no ha cambiado (2.350 mm).
Los neumáticos han crecido en anchura de forma espectacular y el Carrera S lleva de serie Michelin Pilot Sport con el código Porsche N1 en medida 235/35 ZR19 87Y delante y 295/30 ZR19 100Y XL detrás. Además, la circunferencia de las ruedas se ha incrementado un 2,5 por ciento delante y un 5 por ciento detrás.
Tanto el 911 Carrera como el Carrera S pueden llevar opcionalmente un nuevo elemento que la marca ha denominado «Sports Chrono Package Plus» (819 €). Mediante un botón en la consola (junto al de la suspensión activa), este dispositivo modifica la velocidad de apertura de la mariposa de admisión, el umbral de intervención del control de estabilidad («PSM»), los mapas de control de la suspensión «PASM» y la rapidez de funcionamiento del cambio«Tiptronic» S, si lo lleva.
Con el programa «Sport» seleccionado, se nota algo más de inmediatez al acelerar, aunque tampoco me ha parecido tan acusado o contundente como en algunos coches que llevan algo similar (BMW M3, M5 y Z8).
Al igual que ocurre en los modelos de BMW, el Porsche 911 no corre más porque lleve el paquete «SCPP» cuando aceleramos a fondo. Lo que sí conseguimos es una respuesta más inmediata al acelerar, que lo hace algo más rápido si rodamos, por ejemplo, en un circuito o por una carretera de montaña.
Al seleccionar el programa «Sport» también se ajusta automáticamente el reglaje más duro de la suspensión «PASM». En cualquier caso, podemos volver a seleccionar manualmente la suspensión normal, independientemente de que hayamos activado el modo «Sport» del «SCPP». Esto puede ser recomendable en una carretera muy bacheada.
Si ya el control de tracción y estabilidad («PSM») de Porsche nos deja realizar una conducción muy deportiva sin problemas, con el programa deportivo del «SCPP» va más allá todavía. Permite un mayor deslizamiento transversal de los neumáticos e incluso un sobreviraje al acelerar a la salida de las curvas. La sensación que tenemos es de no llevar ningún control electrónico, pero cuando el deslizamiento llega a ser comprometido, el «PSM» ayuda a recuperar la trayectoria.
En las versiones que llevan la caja automática «Tiptronic», el «SCPP» hace que los cambios sean algo más rápidos, aunque dentro de las limitaciones que tiene dicho cambio automático con relación a la caja manual.
No es una opción costosa, pero desde mi punto de vista, las ventajas que aporta el «Sports Chrono Package Plus» sólo son apreciables para conductores dispuestos a llevar el coche hasta sus límites, en las pocas ocasiones en las que se puede hacer algo así con este coche en una carretera y que —además— sepan cómo hacerlo con seguridad.