Renault Laguna (2005) | Impresiones de conducción
El Laguna de 2,0 litros turbo de 205 CV es aconsejable para quien busque un coche muy rápido y cómodo, más que un deportivo. Como va más duro que el resto de los Laguna tiene unos movimientos de carrocería menos amplios y más precisos, pero no pierde comodidad de una forma clara.
Lo mejor de este motor turbo alimentado está entre 2.000 y 5.500 rpm. En este intervalo da una aceleración intensa. Por debajo de 2.000 da la suficiente aceleración para moverse con cierta agilidad y por encima de 5.500 rpm no gana velocidad de giro con brillantez, aunque su máximo régimen de giro está por encima de 6.000 rpm.
Dada la fuerza que tiene este motor, en ocasiones puede ser necesario que el conductor tenga que dosificar el acelerador y cuidar los movimientos con el volante al salir de curvas cerradas para evitar perder tracción. Conduciendo rápido por carreteras con curvas me he encontrado con el inconveniente de que las luces de emergencia se encienden con cierta frecuencia al frenar con intensidad. Tal y como está tarado es más un estorbo que un aviso para otros conductores.
El resto de las versiones del Laguna son suaves de suspensión; hay a quienes les pueden parecer excesivamente blandos. En este sentido no hay una diferencia clara con respecto a como iba la anterior gama. Ahora bien, como responden bien a las indicaciones del volante, son suaves de reacciones y tienen control de estabilidad de serie, son coches seguros.