Toyota GR86 (2022) | Impresiones del interior

27/09/2023 |Enrique Calle

El interior del GR86 no es lujoso ni nada parecido. No tiene molduras decorativas, superficies cromadas ni iluminación ambiente de colores. Su sencillez es la propia de un utilitario ya que ni los espejos de cortesía están iluminados (imagen).

El GR86 es más bien estrecho por fuera y eso se traduce en un interior que también lo es: los ocupantes van cerca entre sí y respecto de las puertas. En comparación, hay más espacio a lo largo ya que los asientos tienen una regulación longitudinal generosa. La distancia libre al techo es suficiente para personas hasta 1,9 metros de estatura, aproximadamente. En general, los ocupantes de las plazas delanteras tienen la impresión de que el sitio es justo, aunque hay más espacio que en un Mazda MX-5 (es más estrecho y tiene menor altura libre al techo). Un Alpine A110 es más estrecho entre puertas que el GR86, pero tiene tres centímetros más de altura libre al techo. Los asientos son envolventes y sujetan muy bien (imagen), pero algunos conductores pueden echar en falta regulación lumbar.

Las dos plazas traseras son muy pequeñas y por lo tanto difícilmente son aprovechables (imagen). Cuando una persona de 1,80 metros se sienta al volante, la parte posterior de su respaldo queda pegada al extremo de la banqueta trasera y, por lo tanto, sin sitio para las piernas de un hipotético ocupante. La única posibilidad para llevar a pasajeros atrás es que los delanteros sean de poca estatura y, además, se coloquen muy cerca del volante. En los asientos posteriores no hay reposacabezas, pero sí fijaciones Isofix y Top Tether para sillas infantiles.

El interior tiene un aspecto parecido al del GT86. Sigue conservando las ruletas para el manejo del sistema de climatización bizona (imagen) y un par de botones en la zona que queda entre los asientos, uno para desconectar el control de estabilidad y tracción y otro para activar el modo de conducción Track (imagen) . El freno de estacionamiento es de palanca (imagen).

La instrumentación se ve ahora en una pantalla configurable de 7 pulgadas. Tiene dos modos de presentar la información: normal y track (imagen). Además de los datos habituales, da información sobre la temperatura del aceite y el voltaje de batería. También hay un medidor de tiempos por vuelta que puede ser útil para quien entre en circuito, así como unos gráficos que señalan las aceleraciones longitudinales y transversales (imagen).

El sistema multimedia se maneja desde una pantalla de 8 pulgadas (imagen), frente a la de 6,1 del GT86, y tiene un software renovado. Aunque es una pantalla más moderna que la anterior, sigue parecido desactualizada por su aspecto y presentación si la comparamos con la de otros coches modernos. Los iconos del menú de inicio se pueden configurar para tener un acceso más rápido a determinadas funciones y tiene conectividad con Android Auto y Apple CarPlay.

Alrededor de las plazas delanteras hay varios huecos para depositar objetos, pero ninguno de ellos es especialmente grande. En las puertas hay un receptáculo suficiente para sujetar una botella de litro y medio (imagen). Bajo el reposabrazos que hay entre los asientos delanteros hay sitio para dos envases de bebida pequeños y otros objetos menudos; ahí también están las tomas USB y de tipo «jack» (imagen). La guantera tiene un tamaño normal y cabe perfectamente la documentación, el manual de usuario y alguna cosa más (imagen).

El maletero tiene 226 litros de capacidad (imagen), más que un Alpine A110 (196 l). A él se accede a través de una tapa, con lo que no es más difícil introducir determinados objetos que en los competidores que tienen un portón posterior. Su iluminación es pobre. Para ampliar el espacio de carga se puede abatir el respaldo de las plazas posteriores, con lo que se consigue una superficie completamente plana de 1,35 metros de longitud (imagen).