Toyota Prius (2006) | Un puesto de conducción entre berlina y monovolumen, con algunas peculiaridades
En el puesto de conducción hay algunas características que asemejan al Prius a un monovolumen. La altura del asiento con relación al suelo es algo mayor que en un turismo y algo menor que en un monovolumen grande.
La altura a la que queda el asiento del Prius facilita mucho la entrada y salida del coche. Incluso en la posición más baja, es un asiento que gustará más a las personas que prefieran ir altas y ganar algo de visión, aunque no es lo bastante alto para ver bien por encima de cualquier coche. También es de monovolumen lo lejos que queda la base del parabrisas, y lo mucho que estorban los montantes delanteros en curvas muy cerradas o en cruces.
Aunque todos los que hemos conducido el Prius nos hemos acabado sintiendo cómodos, a algunos nos habría gustado que el asiento estuviera más cerca del nivel de los pedales y más lejos del nivel del volante. Otro inconveniente, especialmente para los conductores más altos, es que el volante no tiene ajuste longitudinal y puede quedar para ellos demasiado cerca del volante.
Con la tapicería de cuero que tiene nuestra unidad del Prius, el apoyo lateral en la parte lumbar es adecuado, pero en la parte dorsal resulta algo escaso. La tapicería de tejido da más sujeción.
Las luces nos han decepcionado un poco; el área iluminada no es pequeña pero sí irregular, y la intensidad de las cortas es mediana. No puede llevar xenón ni opcionalmente, pero ése no es el problema; hay coches que alumbran muy bien con faros halógenos.
Es de esos coches en los que hay que conectar los faros de niebla para poder encender el piloto, lo cual me parece un error. Cuando el coche circula sobre mojado y levanta mucha agua tras de sí, es conveniente encender el piloto, pero los faros no son necesarios y pueden ser doblemente molestos para los conductores que circulan de frente, porque se reflejan en el suelo.
El Prius está pensado para casi todas las funciones normales se manejen desde el volante y sin mirar, porque es posible distinguirlos por su posición y su forma oblonga (38 cm de ancho y 36 de alto). Es algo que requiere aprendizaje, pero que finalmente me parece un sistema mejor que buscar mandos en la consola. Toyota ha eliminado de la consola y ha puesto en el volante mandos como los de la ventilación, o el botón para desempañar el parabrisas y la luneta.
Todo lo que se puede hacer con los mandos del volante se puede hacer con la pantalla táctil, pero distrae más porque hay que seleccionar primero la función y, después, los mandos que se quieren manipular. Por ejemplo, para poner o quitar el aire acondicionado hay una tecla en el volante que, después de un cierto tiempo, ya no hay que mirar. Eso mismo requiere seleccionar la función del climatizador con un botón junto a la consola y, después, buscar el botón correspondiente en la pantalla táctil.
Hay muchos huecos alrededor del conductor para dejar cosas, con tamaños y formas que resultan adecuados para objetos muy distintos.
En el «compartimento de gran capacidad» y en la guantera superior hay una repisita extraíble y un hueco para cosas pequeñas (que no se ve en la imagen); también hay una repisa extraíble en la guantera superior. En la guantera principal hay espacio bastante para la documentación, el juego de bombillas, los manuales y un chaleco plegado. Lo que no tiene es una guantera refrigerada ni un buen lugar para dejar las cajas de los CD que se metan en el cargador.
La palanca de cambios de tipo secuencial es muy sencilla de manejar. Además de que está muy cerca del volante, los cuatro movimientos que tiene me parecen muy fáciles de aprender; no obstante, a varios de nosotros nos parece que el movimiento más intuitivo para seleccionar la marcha adelante o atrás es el contrario del que tiene: abajo para la marcha hacia adelante y arriba para la marcha atrás.
De las cuatro posiciones de la palanca, la N no se utiliza prácticamente porque sólo sirve para que el coche pueda ser remolcado. A la posición «B» de máxima retención sólo se puede pasar desde la posición «D», que es lo normal.
La instrumentación no se ve mal para ser digital y estar desplazada hacia la derecha, pero hubiera preferido algo más normal. La principal ventaja es que, como está lejos, hay que enfocar menos para verla. Tampoco es una instrumentación que tenga mucho que mirar, salvo el nivel del combustible. Creo que habría sido una buena idea poner el nivel de carga de la batería en la instrumentación, para echar una ojeada rápida o para poder hacerlo cuando en la pantalla central esté seleccionada otra información.
No tiene termómetro de agua (lo que me parece un fallo) ni cuentavueltas, que en este coche daría una información irrelevante. Hay un triángulo junto al indicador de nivel de combustible que señala hacia la izquierda, indica que es en ese lado donde está la boca del depósito de combustible.
Mucho más interesante y necesaria que la instrumentación principal es el diagrama de flujo de energía que se puede ver en el monitor central.
Al margen de que sea curioso o no observar lo que va pasando, sirve para aprender a conducir el coche de la manera más eficiente y —sobre todo— para asegurarse de que el nivel de carga de la batería es el adecuado antes de hacer un adelantamiento. Ya puestos, creo que hubiera sido interesante tener una referencia sobre el rendimiento del motor, de cara a saber buscar el máximo. Hay que tener en cuenta que la información sobre el flujo de energía se actualiza cada dos segundos, es decir, puede que no indique exactamente lo que está pasando.
Le veo menos utilidad a los diagramas que indican cuánta energía se ha recuperado; yo me lo he pasado muy bien mirándolos, pero creo que sólo tiene valor como curiosidad. No tiene un ordenador normal, pero sí un indicador de consumo medio y distancia recorrida; le falta el dato de velocidad media (no muy importante) y el de autonomía.