Toyota Yaris 5p 1.0 (1999) | Bien en carretera y en ciudad
La estabilidad del Yaris es buena en todo tipo de carreteras. En las lentas es ágil y no demasiado brusco, aunque hay coches de este tamaño que son más fáciles de conducir. Éste que hemos conducido no tiene la inestabilidad en frenada de los Yaris que se vendieron inicialmente. Aún así, me parece que el antibloqueo de frenos es muy recomendable, porque hay circunstancias en las que puede sobrevirar en frenada si no tiene ABS.
Por estabilidad, en carretera rápida va mejor que algunos coches pequeños, aunque no tan bien como un Punto o un Clio. Lo que le falta es más capacidad para mantener la trayectoria, independientemente del estado del suelo. Las ruedas que lleva de serie me parecen apropiadas.
El principal inconveniente en carretera rápida es que los desarrollos de transmisión son muy largos. Su motor de 68 CV tiene un rendimiento muy bueno, pero es pequeño (998 cm³). Como la caja de cambios no aumenta mucho la fuerza que hace el motor, hay que reducir marchas en ocasiones en las que con otros coches de potencia semejante no sería necesario. En qué medida ocurre eso se puede ver en las mediciones de recuperación. La capacidad de aceleración, que depende menos de los desarrollos y más de factores como la potencia y el peso, es la normal para un utilitario de 68 CV: suficiente casi siempre y un poco escasa en ciertos casos (incorporaciones o adelantamientos).
El consumo que hemos obtenido durante la prueba ha sido bajo en términos absolutos, pero no tanto como me imaginaba a la vista del consumo homologado. Por ejemplo, con el Corsa 1.2 de 75 CV obtuve consumos más bajos. En uso mixto por carretera y ciudad, no siempre vacío, ha gastado algo más de 8 l/100 km. En carretera, con una velocidad de crucero alta para las posibilidades del coche y una media real de 140 km/h, el consumo ha sido 8,6. A una media aún más alta (150 km/h), que exigía aceleración a fondo en muchos casos, ha gastado 9,2. El consumo máximo, por carretera de montaña a tope, ha sido 11,9 l/100 km; no pensaba que pudiera llegar a tanto.
En ciudad se mueve bien porque la dirección es rápida y el coche maniobra ágilmente. El único inconveniente es la visibilidad en tres cuartos trasero, algo escasa.
Aunque la suspensión no es suave, es un coche cómodo y tiene poco balanceo en curva. Si no es aún más cómodo, se debe al ruido del motor que se oye en el interior, algo más alto de lo normal.