Toyota Yaris (2008) | Impresiones del interior

12/09/2007 |Redacción de km77.com

Por fuera, la carrocería del Toyota Yaris es pequeña con relación a otros utilitarios, como el Fiat Grande Punto o el Renault Clio, pero el habitáculo es relativamente amplio. Las plazas delanteras del Yaris son tan espaciosas como las de otros coches más grandes; la anchura es buena y la altura es normal, aunque se puede echar en falta algo más de espacio longitudinal.

El asiento del conductor va alto —en su posición más baja— en relación a la calzada, aunque no se tiene la sensación de ir sentado en una silla que sí tenía el anterior Yaris. Los conductores más altos apreciarán que el salpicadero queda más lejos de las rodillas y que hay un poco más de espacio para la cabeza. Los asientos delanteros son cómodos, pero no sujetan bien el cuerpo cuando conducimos por carreteras con curvas.

Detrás, Toyota mantiene el útil sistema que permite desplazar longitudinalmente 15 cm los asientos traseros, pero con alguna diferencia.

La primera es que en el Yaris anterior, para moverlos, había que levantar y tirar de una palanca colocada en la parte inferior delantera de la banqueta, lo que obligaba a hacer esta maniobra desde el interior del coche. Ahora se hace levantando unos pequeños tiradores en los extremos superiores de los respaldos; esto permite que se pueda operar sobre ellos desde el habitáculo o desde el maletero.

La segunda son unos tiradores que hay junto a los anteriores y que permiten variar la inclinación del respaldo en 10º (hay dos posiciones); esta función es nueva.

La banqueta trasera ya no es de una sola pieza, sino que esta dividida en dos partes asimétricas, como los respaldos. De este modo, la funcionalidad es mayor, ya que se puede llevar parte del asiento adelantado y la otra no.

Cuando el asiento trasero está en la posición más retrasada, en las plazas traseras hay más espacio longitudinal que en cualquier otro modelo de este tipo que hayamos medido, salvo el Ford Fusion y el Suzuki Swift (este último tiene un maletero notablemente más pequeño).

En las dos posiciones del respaldo se puede viajar cómodamente, creemos que la más erguida es mejor en un viaje largo. Los reposacabezas traseros (imagen) son de los que molestan si no se colocan en la altura adecuada, lo que es una buena medida para que los pasajeros los coloque en esa posición.

Debido al buen espacio longitudinal y al hecho de que el túnel central del Yaris prácticamente no se nota dentro del habitáculo, es muy cómodo para colocar a un niño en su silla desde dentro del coche.

La altura atrás es normal: si un coche tiene 91 cm de altura según nuestras mediciones, quiere decir es una persona de 1,75 m de altura que se sienta bien (con la cadera bien pegada al asiento) roza con la cabeza en el techo. La anchura atrás es muy escasa, no caben bien ni tres adultos ni tres sillas de niño.

En el interior del Yaris hay distintos huecos para llevar cosas guardadas y para vaciarse los bolsillos. El número y la disposición de los huecos permiten desprenderse de cosas más o menos voluminosas y de otras más pequeñas, como llaves o monedas.

En el salpicadero hay tres guanteras: dos en el lado del copiloto y otra tras el volante, en su parte superior (imagen). Además, hay otros dos huecos en los laterales de la consola, otro en la parte inferior izquierda del salpicadero y una bandeja en la parte inferior de la consola (imagen), además de un cajón bajo el asiento del acompañante. También tiene un portabotellas en cada puerta, bolsas en los respaldos de los asientos delanteros y dos posavasos en el túnel central (que también pueden usarse para colocar el cenicero portátil).

Ninguno de estos receptáculos está tapizado ni recubierto de goma, lo que produce ruidos en función de los objetos que guardemos (por ejemplo unas llaves). Además, algunos de ellos, tenían tornillos a la vista.

Los dos posavasos delanteros del salpicadero son escamoteables y están colocados junto a las salidas de la ventilación de los extremos del salpicadero (imagen). Nos parece una solución muy buena por dos motivos, uno es que no ocupan ningún lugar que pudiera servir para otro fin; el otro es que en esa posición la bebida puede permanecer caliente en invierno o fría en verano, al recibir el flujo de aire proveniente del sistema de ventilación.

Los materiales de recubrimiento interior son sencillos. No hay plástico blando en ninguna parte del coche, la cantidad de tejido en las puertas no es grande y el aislamiento del techo debe ser muy fino (cuando llueve se oye un sonido más metálico que en otros coches).

El salpicadero está hecho de un plástico duro con una cierta textura para limitar los reflejos. Las tapas de las guanteras superiores son de este mismo material, moldeado de una pieza (más bien fina). Hay algunos buenos detalles, como el tacto de los mandos del climatizador, la iluminación uniforme del salpicadero y los asideros en el techo de movimiento amortiguado.

Aunque no es un coche vistoso, sí nos da impresión de calidad por el ajuste de los distintos elementos interiores y por el tacto de los que se mueven, aunque en este aspecto tampoco nos parece que esté al nivel de los mejores.

Se echa de menos la amortiguación en la guantera inferior, que cae sobre las piernas si aloja objetos pesados. El cierre de la guantera que hay tras el volante y la unión del tapizado con el techo es mejorable. La iluminación interior no es muy intensa y los espejos de cortesía no están iluminados.

Llama la atención el sonido al cerrar las puertas, que no lo tienen tan bueno ni coches mucho más grandes.

El cuadro de instrumentos es una pantalla colocada en el centro del salpicadero y visualmente orientada hacia el conductor. Utiliza un sistema de espejo para mostrar la información. De este modo la imagen aparece en un plano más lejano del real. La información se muestra en formato digital. No hay indicador de temperatura sino dos testigos, uno que permanece encendido mientras el motor está frío y otro que advierte de un exceso de temperatura. También tiene un ordenador que informa del consumo y velocidad media, autonomía y distancia recorrida.

Los mandos nos parecen acertadamente dispuestos a excepción del botón para ver la información del ordenador de viaje. Es un botón colocado a la derecha del cuadro de instrumentos, en una posición muy lejana al puesto de conducción y que parece adecuada para coches con volante a la derecha.

El maletero tiene una plataforma que se puede colocar en dos alturas: en la base o a un cuarto de la altura total. Si se coloca en la base, queda un espacio que tiene casi medio metro de altura y algo más de medio metro de fondo (con el asiento trasero en la posición más retrasada posible).

La anchura en la parte más estrecha (entre los pasos de rueda) es casi un metro. En esas condiciones, con un espacio para los pasajeros grande, el maletero es mayor que el de casi cualquier utilitario, incluidos algunos de mayores dimensiones.

Si se coloca la plataforma en la parte más alta, la altura por encima de ella y hasta la bandeja es 35 cm. Caben un par de maletas de avión tumbadas (si se meten con cuidado). El hueco que queda bajo esa plataforma es muy apropiado para llevar cosas de tamaño mediano (un maletín o un ordenador portátil). A cada lado de ese hueco, como equipo de serie, hay dos cajas de plástico apropiadas para cosas como un botiquín, los triángulos o el juego de lámparas de recambio.

Cuando la plataforma está arriba, esas cajas se aseguran con dos fijaciones cada una. Cuando la plataforma está abajo, van bien encajadas pero sin sujeción. En una de esas cajas va el gato, que no cabe por debajo del maletero; la rueda de repuesto es de las de emergencia (al menos, lleva).

Si se quiere ampliar al máximo el espacio del maletero, hay que bajar los reposacabezas traseros, adelantar al máximo el asiento trasero y abatir su respaldo. Al abatir el respaldo, la banqueta hace un movimiento hacia delante que sirve para ganar espacio y para que todo el suelo del maletero sea plano y horizontal (imagen).

Es posible abatir el asiento trasero aunque los delanteros estén en su posición más retrasada, siempre y cuando ninguno de los respaldos delanteros esté excesivamente inclinado. De esta forma, el piso del maletero no queda tan plano.

Cuando se abaten los asientos, la bandeja del maletero se debe desplegar (sobre el respaldo del asiento trasero) para que no quede un hueco detrás de los asientos.

Para plegar los asientos hay un mando sobre el respaldo, accesible desde el maletero, desde una puerta lateral o desde el portón. No es necesario quitar los reposacabezas traseros para abatir el asiento, aunque los asientos delanteros estén en su posición más retrasada.

En general, todos los elementos móviles del maletero ajustan muy bien. Después de aprender a manejarlos, casi ninguna de las muchas operaciones que se pueden hacer para distribuir el espacio requiere mucha fuerza. La excepción es mover longitudinalmente la parte más grande del asiento trasero, para lo que hacen falta las dos manos y estar firmemente apoyado antes de darle impulso.