Tiene un motor de 1,4 l de cilindrada y 75 CV de potencia máxima. Resulta más satisfactorio en recorridos por ciudad o alrededores que para carretera, porque en estos casos es más bien lento.

En ciudad va bien porque tiene una respuesta agradable y, si se conduce con anticipación, se pueden engranar pronto marchas largas (incluso cuarta) manteniendo la agilidad necesaria para desenvolverse entre el tráfico.

En carreteras rápidas tiene el inconveniente de que da poca capacidad de aceleración, sobre todo si es necesario adelantar a partir de una velocidad relativamente elevada. Si hay rampas muy inclinadas, suele ser necesario reducir una marcha, aunque no vaya cargado.

Durante la presentación de este modelo tuve la oportunidad de probar la versión Diesel de 69 CV de potencia máxima. El Fox con este motor da una capacidad de aceleración más intensa y una reserva de potencia aparentemente mejor; por ello, el Diesel probablemente sea mejor para desplazamientos por carretera. Para ciudad o recorridos similares, el Diesel tiene el inconveniente de que resultaba muy áspero por vibraciones (tiene tres cilindros), mientras que el gasolina es muy suave y silencioso.

El consumo de esta versión de gasolina es normal. En un recorrido a una media real de 120 km/h en una distancia de 280 km repartidos en autopista y carretera de doble sentido (con algunos cambios de ritmo para realizar adelantamientos), el consumo fue 7,8 l/100 km. En un recorrido similar al anterior a una media de unos 100 km/h el consumo fue 6,8 l/100 km.