Audi A8 4.0 TDI quattro (2003) | Gran calidad y mucho equipamiento opcional
Por grado de equipamiento y de terminación, el Audi A8 4.0 TDI me ha parecido al mejor nivel. Absolutamente todos los plásticos del interior están realizados en material mullido y todos los mandos están rematados con un plástico pintado de suave tacto y cuentan con iluminación para su perfecta localización en conducción nocturna.
Lleva inserciones de madera en las puertas, el salpicadero y la consola central, junto con detalles decorativos cromados en el volante, tiradores de apertura de las puertas, marcos de la instrumentación, salidas de aire, consola central y palanca de cambios.
Por sensación de calidad percibida, es el que más me gusta junto con el Mercedes Clase S, me parece claramente mejor que el BMW Serie 7 y muy similar al Volkswagen Phaeton.
Aunque su equipamiento está también al mejor nivel, tampoco destaca especialmente respecto a sus principales rivales (BMW 740d, Mercedes S 400 CDI o Volkswagen Phaeton V10 TDI), que llevan los mismos elementos que tiene el Audi o pueden llevarlos.
El equipamiento de serie es abundante en elementos de seguridad y de confort, aunque también se echan en falta detalles que llevan de serie algunos de sus rivales o modelos de inferior precio: como la conexión automática de las luces (125 €) y de los limpiaparabrisas (no disponible), la tapicería de cuero (desde 2.860 €), asientos delanteros con memoria (745 €), los mandos de cambio secuencial Tiptronic en el volante (135 €), la cortinilla eléctrica en la luneta posterior (495 €) o el saco portaesquíes integrado en los asientos traseros (385 €).
El equipamiento de serie se puede completar con numerosos elementos opcionales (opciones más destacables) y con sistemas que rozan el sibaritismo (ejemplos).
Una de las opciones que me parecen más útiles es el control de distancia de aparcamiento mediante señales acústicas, dadas las dimensiones de la carrocería. También puede resultar cómodo el control de velocidad de crucero con sensor radar, que mantiene la velocidad marcada y la distancia respecto al coche que nos precede de forma automática, acelerando o frenando el propio sistema si es necesario.
El manejo del navegador del A8 me ha parecido más sencillo y rápido para seleccionar direcciones que en otros modelos de Audi. Tiene memorizados un impresionante número de destinos: aeropuertos, aparcamientos, áreas de servicio, campos de golf, centros comerciales, cines, estaciones de esquí, estaciones de tren y autobús, hoteles, hospitales, museos y restaurantes, entre otros muchos.
De todas las posibles opciones, quizá la que más me ha gustado por su comodidad es el sistema de apertura, arranque y cierre del vehículo sin necesidad de sacar la llave del bolsillo («advanced key»).
Las opciones de iluminación interior y exterior no aportan nada especial, pero sí pueden resultar cómodas y agradables en determinadas situaciones. La de iluminación exterior permite iluminar el contorno del coche (con unas luces situadas bajo los retrovisores y en las manetas de apertura de las puertas) pulsando el mando a distancia cuando estamos en un lugar oscuro o encender los faros exteriores durante el tiempo que hayamos programado al abandonar el coche.
La iluminación ambiental del interior permite regular la intensidad de los distintos puntos de luz en conducción nocturna, situados en el techo, la zona de los pies, los tiradores de apertura de las puertas o los paneles de las puertas.