Audi Q5 (2025) - Gana tecnología, pierde espacio y conserva un tacto de conducción de calidad. Ahora también con versiones PHEV | Impresiones del interior

12/06/2025 |Pablo David González (@PD_Gonzalez)

Para quien conozca otros modelos recientes de Audi (como el A5 o el Q6), el aspecto del salpicadero no le sorprenderá porque es básicamente igual: mismas pantallas y mandos (pocos).

Dos pantallas grandes, que pueden ser tres si se pide la opcional para el pasajero, dominan la mitad superior del salpicadero del Audi Q5, de puerta a puerta. Son pantallas de tipo OLED (excepto la del pasajero, que es LCD) de muy buena nitidez y brillo, en las que las imágenes se mueven con fluidez.

La instrumentación (imagen) tiene una zona central en la que aparece la velocidad (en formato numérico) y una representación de lo que los sensores frontales están captando en ese momento (los carriles y los vehículos que haya enfrente). A la izquierda de este núcleo central están los datos del ordenador de viaje y, a la derecha, se ven las indicaciones pictóricas del navegador, la información del sistema de audio o del teléfono.

Mi opinión es que resulta un cuadro de lectura sencilla, sin excesos de diseño. Pero ha perdido posibilidades de configuración con respecto al anterior Audi Q5 ya que no es posible ver el mapa del navegador en la instrumentación (ejemplo de cómo se veía en la anterior generación de Q5). A mí no me parece un problema porque yo no suelo mirar las indicaciones en esa pantalla, uso la central y las proyecciones en el parabrisas; quizás a otras personas sí les suponga una pérdida importante. Una vez pasada la curva de aprendizaje, que no es muy complicada, manejarse con la pantalla central es sencillo. A mí gusto, más que en un BMW. La moldura decorativa que hay justo por debajo de la pantalla del sistema multimedia sirve de apoyo para la mano. De esta manera, el manejo táctil es más cómodo y menos errático.

La tercera pantalla es vistosa de cara a los conocidos, aunque encuentro este accesorio de poca utilidad. En marcha, si el pasajero quiere manejarla, tiene que separar la espalda del respaldo. Resulta igual de cómodo/incómodo manipular la central. El tema de los juegos o los vídeos tampoco lo encuentro interesante (normalmente los que se aburren en el coche durante los viajes son los hijos, y van sentados detrás).

Debajo de las salidas de aire centrales se encuentran los únicos mandos que hay en el salpicadero y una superficie para la carga por inducción de teléfono junto a dos tomas USB-C de 100 vatios. Esa zona para el móvil está inclinada hacia delante y abajo, lo que evita distraerse con su pantalla.

Los mandos de las luces no están en el salpicadero a la izquierda del volante. Audi los ha llevado a la puerta, agrupados con los de los retrovisores, el cierre centralizado y la memoria de los asientos (imagen). Habrá a quien le parezca una mala ubicación, a mí no: en ese lugar se ven con facilidad porque no los tapa nada y se llega muy bien con la mano. Además, rara vez se usan en marcha (las luces funcionan en modo automático), básicamente sólo cuando hace mal tiempo y es necesario activar el piloto antiniebla. Los mandos del volante no tienen un botón para cada función, sino que hay que presionar en distintas zonas de una misma superficie. Estéticamente puede ser preferible, pero funcionalmente es un error porque es habitual accionar lo que no se desea.

El ambiente «premium» del habitáculo resulta laborioso de mantener: Audi sigue recurriendo al plástico negro brillante para muchas zonas del salpicadero. Es un material que cuesta mantener limpio porque coge polvo con facilidad y también son claramente visibles las marcas de tocarlo con los dedos. Lo mismo ocurre con toda la superficie ocupada por las pantallas.

La unidad que hemos probado me ha parecido que tiene un diseño interior que transmite sensación de «más coche» que el de un BMW X3. Pero en marcha, la opinión es la contraria: el X3 es un coche más sólido y no tiene el ruido que se escucha en todos los Audi recientes en los que me he subido (un plástico que parece vibrar en el interior del salpicadero, por su parte superior).

Los plásticos de las zonas superiores tienen un tacto gomoso, agradable, pero en las zonas bajas son duros y los de la consola central puede que resulten molestos a los que tengan las piernas más largas porque chocarán con su rodilla. El ajuste de las piezas, no obstante, es preciso. Quizás ya no existe la diferencia que había antes entre un Audi y otros coches de precio menor (como el Mazda CX-60 y el Peugeot 3008).

Habitabilidad y maletero

En lo relativo a espacio para los pasajeros, delante no hay ningún problema hasta casi los dos metros de estatura (por la altura, no por la distancia al volante). Y tampoco hay ningún impedimento para conseguir una postura óptima (quizás el aro del volante tape levemente la parte superior de la instrumentación a algunas personas). Además, los asientos son grandes, cómodos y pueden ofrecer multitud de regulaciones; tienen calefacción de serie y, en opción, se pueden equipar con ventilación y función de masaje. A diferencia de lo que ocurre en el BMW X3, en el Q5 es posible regular la altura de los cinturones.

En la fila posterior de asientos hay menos espacio que en el Q5 de segunda generación. De acuerdo con nuestras mediciones, ha perdido tres centímetros de espacio longitudinal para las piernas y otros tantos de anchura entre puertas. En cambio, ha ganado uno en altura. Sea como fuere, no es un coche amplio para su tamaño exterior. Cuatro personas de 1,85 metros de estatura viajarán con un confort correcto, pero en un BMW X3 hay más espacio (ficha comparativa). El voluminoso túnel que recorre el piso resulta una molestia evidente, no sólo ante la posibilidad de que viaje un tercer pasajero sino también para pasar de un lado al otro del coche. La banqueta dispone de un recorrido longitudinal de 10 centímetros y los respaldos de dos posiciones de inclinación.

El techo panorámico de cristal roba tres centímetros a la cota de altura. Esto significa que en un Audi Q5 con techo solar alguien de 1,85 no puede estirar el cuello sin antes golpear con el guarnecido superior de las plazas posteriores.

En la consola central hay dos tomas USB-C, dos salidas de aire orientables y unos mandos para regular la temperatura (solo la temperatura, no el caudal de aire). Las plazas laterales, en opción, pueden estar calefactadas. Los anclajes ISOFIX se hallan en las dos plazas laterales. También hay anclajes de este tipo en el asiento delantero (el del copiloto, imagen).

El volumen del maletero es de 520 litros, una capacidad inferior a los del BMW X3 (570 litros) y el Mercedes-Benz GLC (600 litros). El espacio de carga es diáfano, regular y fácil de aprovechar (imagen). Cuenta con argollas para colocar una red de sujeción de carga y de ganchos para bolsas. Bajo el piso (que se puede levantar, pero no cambiar de altura) hay una cavidad en la que se puede introducir una mochila y que está diseñada para dar cabida a la bandeja enrollable cuando no se necesita (imagen).

Los respaldos de los asientos traseros están divididos en tres partes (40:20:40), es decir, que se puede tumbar el de cada plaza de manera individual. Estos quedan enrasados con el suelo del maletero, si bien no totalmente horizontales.