Audi TT Roadster (2006) | Impresiones de conducción
El Audi TT Roadster es un coche con el que se puede disfrutar conduciendo, bien a ritmo tranquilo o bien rápidamente. No tiene el tacto deportivo que sí se puede encontrar en un BMW Z4 Roadster, en un Mazda MX-5 o en un Porsche Boxsteraunque, a cambio, es más cómodo de suspensión y, posiblemente, más fácil de llevar rápidamente que cualquiera de esos tres, para la mayoría de conductores.
Si un Porsche Boxster tiene un tacto y eficacia en curva que lo distingue de un Audi TT Roadster, esa misma diferencia es la hay entre el TT Roadster y un Alfa Romeo Spider: el Audi entra con mayor facilidad en las curvas, tiene una dirección más precisa y responde con mucha mayor rapidez a las instrucciones que se le dan con el volante y los pedales. Además, el cambio de marchas es más rápido y los frenos aguantan mejor el esfuerzo.
El TT Roadster destaca por la rigidez de su carrocería cuando está descapotado. En muchos descapotables es normal escuchar algun ruido del parabrisas o que el marco del mismo vibre, con mayor o menor intensidad, cuando se circula sobre terreno muy irregular. Nosotros hemos conducido el Audi por una carretera muy bacheada y apenas se notaban vibraciones que no se den también en la versión cupé. En este aspecto, el TT Roadster es mejor que el Alfa Romeo Spider o el Porsche Boxster.
El TT Roadster está a la venta con los mismos motores que la versión cupé, los dos de gasolina: uno es un 2,0 l sobrealimentado de 200 CV (2.0 TFSI) y el otro es un atmosférico de seis cilindros, 3,2 l de cilindrada y 250 CV.
El TT descapotable sólo lo hemos podido conducir con el motor menos potente. De los dos, es el que nos parece más interesante visto el resultado que dan ambos en la versión cupé (prestaciones). Yo sólo aconsejaría el de 250 CV a quien quiera el sistema de tracción total , que sólo está disponible con este motor; el coupé con el motor de seis cilindros no es más rápido que con el de cuatro (al menos en las unidades que hemos probado) y consume más.
El motor de 200 CV es totalmente recomendable por su respuesta, enérgica en todo momento. Sale bien desde pocas vueltas y empuja con mucha fuerza hasta el límite de giro que está a 7.000 rpm. Todo ello con un consumo de combustible que podemos considerar moderado para un motor de su potencia.
Durante la prueba, realizamos un recorrido similar con el Audi TT Roadster TFSI de 200 CV y el Alfa Romeo Spider 3.2 4x4 de 260 CV. Durante este trayecto aprovechamos en muchas ocasiones la máxima capacidad de aceleración que podían dar ambos motores; el consumo final fue muy superior en el Alfa Romeo (casi un 50 por ciento mayor) a pesar de que las prestaciones de este modelo son, según se puede comprobar en nuestras mediciones, claramente peores (entre otros motivos porque el Spider pesa casi 400 kg más).
En el TT Roadster capotado o, en mayor medida, cuando lleva recogida la capota, el sonido del motor se oye más que en el cupé. A quien le guste oír un sonido grave de escape en retención, incluso algún petardeo, el silbido del turbocompresor o la válvula de descarga disfrutará conduciendo este coche. El sonido al acelerar tampoco defrauda pero, por ejemplo, no nos ha parecido tan bonito como el del Alfa Romeo Spider 3.2 (que es un seis cilindros).
El cambio de marchas manual de seis velocidades no tiene el tacto preciso del que tiene el MX-5, ni permite meter las marchas con la rápidez del de un Porsche Boxster (que me parecen dos referencias en estos aspectos) pero, en cualquier caso, resulta suficientemente rápido y preciso. En el día a día resulta muy agradable de utilizar por la suavidad con que se maneja y el tacto del pedal del embrague.
La visibilidad en tres cuartos trasera con la capota puesta es muy mala, hasta tal punto que en algunas intersecciones es necesario colocar el coche perpendicular, o lo más paralelo posible a la vía a la que se quiere acceder, para tener visibilidad suficiente.