El Audi TT, con carrocería cupé o descapotable, es estable y tiene un buen equilibrio entre comodidad y agilidad. Es fácil de conducir porque no es tan exigente en circunstancias adversas como algunos deportivos, aunque permite realizar también una conducción deportiva.
Se puede circular a ritmo rápido con mucha seguridad gracias a que tiene una suspensión y un tacto de dirección muy buenos y unos motores que responden a la perfección en casi cualquier circunstancia, especialmente los de gasolina.
No tiene el tacto deportivo de modelos como Mazda MX-5, un Porsche Cayman o un Peugeot RC-Z aunque éstos son más incómodos —tienen una suspensión más dura y son más ruidosos —.
Durante la presentación del TT, pude probar brevemente todas las versiones salvo la más potente (TT RS de 340 CV) y la menos potente (1.8 TFSI de 160 CV). El motor 2.0 TFSI de 211 CV, nuevo en la gama desde mediados de 2010, cuando este modelo fue ligeramente actualizaco, es muy bueno tanto por su buena respuesta a cualquier régimen de funcionamiento como por su gran capacidad de aceleración. Sustituye al 2.0 TFSI de 200 CV y al 3.2 de 250 CV. Gasta 6,6 l/100 km en el recorrido homologado, menos que los dos motores a los que reemplaza.
A pesar de ser 61 CV menos potente que el motor del TTS (272 CV), el TFSI de 211 CV parece que acelera casi igual de rápido —o al menos esa es la sensación que he tenido—. Con cualquiera de ellos se puede circular a buen ritmo y con gran reserva de aceleración por cualquier tipo de carretera. Ambos tienen un sonido atractivo, algo más grave el del TTS.
La mayor diferencia que he encontrado entre el TTS Coupé y el TTS Roadster es el primero está mejor insonorizado porque su techo es fijo, lo que puede contribuir a que sea más cómodo para circular a altas velocidades. El otro lleva una capota de lona.
Audi ha modificado ligeramente el motor Diesel 2.0 TDI de 170 CV. Ahora tiene unas prestaciones ligeramente mejores y un consumo inferior. También es muy satisfactorio tanto por su respuesta como por la gran aceleración que da, aunque no tanto como el 2.0 TFSI de 211 CV. Además es más ruidoso.
En el modelo anterior, prácticamente igual salvo por los ligeros cambios de diseño, también probamos el motor 1.8 TFSI de 160 CV. Mi compañero Alfonso Herrero sacó estas impresiones: «Este motor satisfará a todo aquel que no busque las máximas prestaciones pero le sea suficiente con un coche razonablemente rápido. Me ha dado la misma sensación, grata, que en otros modelos que también lo llevan: tiene buena respuesta, suena bien y su consumo es contenido».
Pude probar tanto la caja de cambios manual de seis velocidades como la transmisión automática de doble embrague «S tronic». Me pareció mucho más cómoda esta última, no sólo por el hecho de prescindir del pedal de embrague y, si se desea, de tener que pasar de una marcha a otra manualmente, sino porque la manual tiene un funcionamiento algo duro. Otros modelos de Audi tienen una caja manual cuya palanca tiene un accionamiento más suave.
La transmisión automática «S tronic» tiene dos programas de funcionamiento: «Sport» y «Normal». El primero se caracteriza porque mantiene una marcha muy corta, lo que puede venir bien para descender un puerto de montaña sin utilizar mucho los frenos o para preparar un adelantamiento. En cualquiera de los dos modos el conductor puede seleccionar manualmente las marchas, bien con la palanca del cambio —hay un carril a la derecha del principal para ello (imagen)— o bien desde las levas que hay tras el volante.
Opcionalmente, el TT puede llevar una amortiguación de dureza variable («Audi magnetic ride»), que funciona mediante fluido electroviscoso. Tiene dos programas: «Normal» y «Sport». Audi ha realizado ligeros cambios para que las diferencias entre uno y otro sean mayores.
En el modelo anterior, el primero de ellos hacía que la suspensión fuese igual de dura que la de serie, mientras que el segundo hacía que el TT tuviese una suspensión demasiado dura y que sólo fuese aprovechable en carreteras con el asfalto perfecto o en circuito.
La suspensión «Audi magnetic ride» puede ir asociada al botón «Sport» —ubicado junto a la palanca de cambios (imagen)—, que permite variar el funcionamiento del pedal del acelerador en las versiones con cambio manual, la respuesta de la dirección y el sonido del motor, entre otros elementos.