El texto que sigue a continuación está referido a un BMW Serie 4 Grand Coupé con el motor Diesel de 190 caballos y cambio de marchas automático. Esta unidad tenía montado el paquete M Sport, pero con dos modificaciones: por una parte, los neumáticos delanteros eran de medidas 225/40 R19 89Y y los traseros 255/35 R19 92Y (las ruedas que tiene de serie el paquete M Sport son de 18 pulgadas). En segundo lugar, la suspensión es de dureza variable (la que viene de serie con el paquete M Sport es deportiva de dureza fija).
Aunque en la actualidad hay muchas berlinas cómodas para viajar, creo que este BMW está entre los mejores. En vías rápidas va muy bien guiado y requiere hacer muy pocas correcciones con el volante para ir por donde se desea. Sus principales cualidades son que gasta poco carburante (especialmente a velocidad sostenida), es silencioso, tiene una suspensión que absorbe bien las irregularidades y su suavidad de rodadura es muy grande, aunque llega un ligero ruido procedente del contacto de los neumáticos con el suelo (quizá no ocurra con otras ruedas más estrechas). Como se va tan cómodo y transmite seguridad, es fácil conseguir un elevado ritmo de viaje sin que el conductor se tenga que emplear en ello.
En vías de segundo orden nos ha gustado menos, pues le falta precisión. La carrocería no se apoya inmediatamente en las curvas y, aun cuando ya lo está, la dirección transmite cierta sensación de flotabilidad. Si se selecciona el ajuste más duro de la suspensión (eligiendo el modo de conducción Sport) esa falta de precisión se atenúa un poco y la dirección gana en firmeza, pero no todo lo necesario para que las sensaciones sean impecables.
Quien vaya a conducir deprisa por curvas lentas, quizá se encuentre más cómodo con un Volkswagen Arteon, por ejemplo. Dos miembros de km77.com probamos ambos modelos en las mismas carreteras y el mismo día (el Arteon era la versión 2.0 TDI 240 CV 4Motion DGS 7 vel.). Llegamos a la conclusión de que con el Volkswagen, los apoyos son más inmediatos, precisos y resultaba más fácil al conductor dirigirlo por donde se deseaba. El BMW también tenía más tendencia al subviraje (si es que todas las ayudas electrónicas van conectadas) que en parte se puede deber a que el eje trasero va muy sujeto, debido a las grandes ruedas que tiene. Por lo tanto, el Serie 4 Gran Coupé no me parece una versión deportiva del Serie 3 Berlina, por mucho que su aspecto pueda sugerir más dinamismo. De hecho, a igualdad de motor y caja de cambio, el Serie 4 es mucho más pesado (con el motor Diesel de 190 CV la diferencia se va a 90 kg).
Aunque al BMW le falta un poco de precisión, no significa que no permita ir deprisa, ni que sus reacciones sean inseguras. Al contrario. Si todas las ayudas electrónicas van conectadas, no se descoloca bruscamente aunque el conductor lo provoque bruscamente. Eso lo contemplamos en nuestra maniobra de esquiva. Por el contrario, el Volkswagen Arteon, que en carreteras de curvas tenía unas reacciones impecables, no era tan seguro en dicha maniobra en circuito. En el vídeo que acompaña a esta información hay más detalles e incluso mostramos cómo reacciona el BMW Serie 4 Gran Turismo.
La capacidad de frenada ha sido mala. Según nuestras mediciones, ha necesitado 55,5 metros para detenerse desde 120 km/h. Al frenar a tope desde esa velocidad, el conductor tiene la impresión de que al coche le cuesta detenerse. Normalmente, no obtenemos buenos datos de frenada máxima con los BMW, pero en este caso, los valores han sido algo peores de los corrientes. No puedo decir si se debe al equipo de frenos o a los neumáticos, pero lo cierto es que ninguno de los Serie 4 y Serie 3 que hemos probado con los Bridgestone Potenza S001 (en las mismas medidas que llevaba el Serie 4 Gran Coupé de esta prueba) han frenado bien. Así, un Serie 3 335 xDrive necesitó 55,7 metros y un Serie 420d Cabrio aut., 55,2 metros. Sin embargo, el BMW Serie 3 Gran Turismo empleó 53,8 metros con unos Continental ContiSportContact 5 de las mismas medidas.
El motor es muy silencioso a las velocidades normales en carretera, hasta el punto que no parece si es Diesel o de gasolina (incluso a veces parece que no existe), pero no lo es en ciudad, porque suena y vibra. Lo más incómodo es la sacudida que produce cuando actúa el Stop & Start; es uno de los pocos coches en los que he desconectado dicho dispositivo.
El equilibrio entre capacidad de aceleración y consumo que ofrece este BMW es extraordinario. Naturalmente, este BMW puede tener motores mucho más potentes, pero también es posible que se le saque poco partido a esa potencia extra. Según nuestras mediciones, este coche necesita 5,7 segundos para pasar de 80 a 120 km/h, que es un dato que permite viajar con soltura en todo tipo de vías.
El BMW Serie 4 Gran Turismo Diesel de 190 CV gasta poco en casi cualquier circunstancia, pero especialmente a velocidad sostenida. En nuestro recorrido de autovía de 143 km a 120 km/h de velocidad media, consumió sólo 5,5 l/100 km, que es muy poco para un coche de su potencia, aunque igualado por el Alfa Romeo Giulia 2.2 Diesel 180 CV (con cambio manual) y mejorado por el Jaguar XE 2.0d de 180 CV o el Mercedes-Benz C 220 BlueTEC 7G-TRONIC PLUS, ambos con 5,4 l/100 km. El consumo en vías que impliquen cambios de ritmo suele ser más elevado, pero no es normal que el consumo entre depósitos sea superior a 7 l/100 km, salvo que se conduzca de forma muy despreocupada con respecto a la velocidad.
No hemos probado un Serie 3 Berlina con el mismo motor y caja de cambios que el Serie 4 Gran Coupé, pero sí un Serie 3 Gran Turismo, que consumió 6,1 l/100 en nuestro recorrido de autovía. Es perfectamente lógico que ese Serie 3 Gran Turismo consumiera más dado que tiene peor coeficiente de resistencia aerodinámica y es más pesado que el Serie 4 Gran Turismo. Por su parte, el Serie 3 Berlina debería gastar algo menos dado que es más ligero y aerodinámico que los dos anteriores (ficha técnica comparativa de los tres anteriores).