Chevrolet Captiva (2008) | Impresiones del interior

El Chevrolet Captiva puede tener cinco o siete asientos. Hay muchas configuraciones para los asientos, desde siete plazas a una sola. Todos los asientos, incluido el del acompañante, se pueden abatir, quedando una superficie de carga prácticamente plana.

Los asientos tienen un relleno duro y resultan cómodos; los delanteros presentan un inconveniente: no tienen apenas sujeción lateral (al menos con la tapicería de cuero que tenían todos los que hemos conducido). Es un todo terreno espacioso teniendo en cuenta su tamaño. Delante hay sitio suficiente para conductores de cualquier talla. La anchura disponible (entre hombros) es menor que en otros todoterrenos de su clase, ya que los hombros quedan a la altura del montante central de la carrocería.

En la segunda fila se ha sacrificado algo de espacio para las piernas a favor de los ocupantes de la tercera fila. No obstante, permite viajar con suficiente comodidad a tres ocupantes adultos, aunque sean altos, siempre que no sean muy voluminosos.

Las dos plazas de la tercera fila pueden ser ocupadas por adultos de hasta casi 1,80 m de altura, con una comodidad aceptable en trayectos cortos. La anchura disponible para los ocupantes de esta fila está limitada por el paso de rueda (imagen).


Foto de - chevrolet captiva 2006

Para acceder a estas plazas hay que abatir hacia delante la parte derecha del asiento de la segunda fila. El espacio para llegar hasta la tercera fila no es muy grande, por lo que resulta incómodo acceder a ella; por ello, los mejores ocupantes para estos dos asientos son los niños.

Hay detalles funcionales interesantes: los asientos de la segunda fila tienen un muelle neumático que hace muy fácil tanto plegar el respaldo como abatir todo el conjunto (para acceder a los asientos de la tercera fila). Además, los reposacabezas de la tercera fila se abaten automáticamente para no estorbar, cuando plegamos los asientos de esta fila.

Un inconveniente de ir sentado en esta fila es que no hay ninguna salida de ventilación (tampoco en la segunda), ni ventanillas que poder abrir. Esto, unido a que se va sentado en una posición muy baja y con las piernas algo arqueadas, puede provocar que algunos ocupantes puedan tener sensación de agobio en viajes largos. Además, la tercera fila inutiliza el maletero (imagen). Ni los asientos de la segunda fila ni los de la tercera tienen regulación longitudinal.

El interior tiene buen aspecto. El Captiva mejora la calidad de los materiales y, sobre todo, de los ajustes de las diferentes piezas, respecto a otros modelos Chevrolet anteriores (incluido el Chevrolet Epica). En nuestra unidad se escuchaban algunos grillos al pasar por zonas con baches. El Captiva no tiene ningún elemento de equipamiento novedoso y sí tiene los que podemos considerar normales en un coche de su precio: faros antiniebla, climatizador, retrovisores plegables eléctricamente, radio con ocho altavoces o un ordenador. Éste incluye una brújula digital.

En el día a día es un coche funcional porque hay muchos huecos para depositar objetos, entre ellos: bolsas en las puertas, bolsas en los respaldos de los asientos delanteros, portagafas en el techo, varios posavasos, apoyabrazos central delantero y trasero con compartimento en su interior, dos cajones con tapa en la consola central y un cajón pequeño bajo el mando de las luces. Según versiones, puede llevar un cajón bajo el asiento del acompañante. Todos estos huecos, excepto los de las puertas, están recubiertos de un material textil para evitar ruidos.


Foto de - chevrolet captiva 2006El maletero tiene 85 l de capacidad en la versión de siete plazas, a los que hay que añadir los que ofrece el pequeño doble fondo con espacio para el gato, los triángulos y algún objeto más. Hay un posavasos (para que lo usen los ocupantes de la tercera fila), una toma de 12 V en el lateral izquierdo y un cajón estrecho y profundo en el derecho. Está iluminado mediante un plafón que hay en el techo. En la parte más próxima al portón hay un par de ganchos para colgar bolsas y cuatro argollas metálicas en el piso.

Las versiones con cinco plazas tienen un compartimento más grande (de 140 litros) bajo el suelo del maletero y una cortinilla extensible para ocultar el equipaje. Si se deja algo sobre esa cortinilla se puede acceder fácilmente a ello a través de la luneta trasera. Ésta tiene apertura independiente desde el mando a distancia o un interruptor en la puerta del conductor.

Es un elemento muy práctico si aparcamos el coche con su parte trasera próxima a una pared. En esta situación el portón no puede abrirse, pero sí el cristal.

Chevrolet Captiva (2008) | Impresiones de conducción

El motor Diesel de 150 CV mueve con suficiente soltura al Captiva, siempre que se mantenga el régimen de giro por encima de 2.000 rpm. Por debajo de esa cifra no tiene apenas fuerza. Como nosotros lo hemos probado con cambio automático, ese defecto -aunque evidente- queda algo atenuado por el resbalamiento del convertidor de par a la hora de iniciar la marcha desde parado.

En general, el ruido del motor está bien aislado, relativamente mejor durante un viaje que por ciudad, donde los cambios de velocidad son más frecuentes. Es más suave y silencioso que el que tiene el Suzuki Grand Vitara pero no llega al nivel del que tienen el Honda CR-V o el Toyota RAV4.

Un SsangYong Rexton II, con el motor Diesel de 186 CV y cambio automático, es más agradable de conducir por silencio y suavidad. En cambio, un Kyron con el motor de 141 CV no me parece mejor que este Chevrolet.

El Captiva VCDI pesa 1.790 kg (con cambio automático). No es un coche rápido, por lo que es aconsejable anticipar algunas las maniobras, como la de adelantar. Por lo demás, resulta suficiente para viajar sin superar las velocidades legales.


Foto de - chevrolet captiva 2006

El consumo es normal para un coche de su tamaño, peso y potencia. En autovía, a 120 km/h y siendo suaves con el pedal del acelerador, se puede conseguir gastar algo menos de 9 l/100 km. En ciudad y alrededores, con tráfico variado, el consumo se mueve entorno a los 12 l/100 km.

A pesar de que tiene un selector secuencial, no permite elegir la marcha en la que se circula, sino la relación superior que puede engranar (como en algunos cambios de Mercedes-Benz). El cambio manual lo pudimos probar durante la presentación del Captiva y nos pareció impreciso.

Con el motor 3,2 l V6 de 230 CV se mueve con agilidad, aunque sus prestaciones no resultan sorprendentes. Este motor resulta suficiente en casi cualquier circunstancia. Es suave, silencioso y tiene buena respuesta desde 2.500 rpm. El consumo del Captiva con este motor es elevado: una media homologada de 11,5 l cada 100 km; según el ordenador de viaje en el recorrido que hicimos.

Este todo terreno ligero va bien sobre asfalto, tanto en carreteras abiertas como en zonas viradas. En estas últimas se defiende mejor que modelos como el Suzuki Grand Vitara, que tiene menor adherencia lateral, o el SsangYong Rexton II, que se balancea más y es más torpe.

El Captiva es un coche seguro por su estabilidad y las reacciones que tiene. Tiene una suspensión blanda -que puede ser seca en algunos baches- y un balanceo de carrocería similar al de otros vehículos de este tipo.

Tiene un confort de suspensión aceptable, pero no está a la altura de otros todo terrenos más sofisticados con suspensión neumática, como un Volkswagen Touareg, ni es tan cómosdo como otros que no la tienen, como el Hyundai Santa Fe o el nuevo Honda CR-V.


Foto de - chevrolet captiva 2006Los frenos son suficientes y aguantan bien el esfuerzo. Si se les exige mucho, y antes de que sea evidente algún síntoma de fatiga, se encienden los testigos de desconexión de los dispositivos que utilizan el sistema de freno.

Si se produce un excesivo calentamiento de los frenos, los controles de descenso y estabilidad se desconectan hasta que los frenos recuperan una temperatura adecuada.

El tacto de la dirección me ha parecido mejor que la del Opel Antara (aunque este último lo hemos conducido poco) porque transmite algo más de información. Para nuestro gusto, el volante tiene un aro con un diámetro algo grande y demasiadas vueltas de volante (3,2 entre topes)

Los faros son de lámpara halógena y su iluminación es normal, tanto las cortas como las largas. Nuestra versión equipaba un sistema de lavado de la superficie del faro con liquido a presión, algo que se agradece en un coche que puede circular por zonas en las que es fácil que se ensucie y disminuya la capacidad de iluminación. Es poco frecuente que un coche sin lámparas de xenón lleve lavafaros de serie.

La visibilidad trasera a través del retrovisor interior no es muy buena, aunque queda compensada parcialmente gracias a unos grandes retrovisores exteriores. Las versiones mas equipadas tienen sensores traseros de ayuda al aparcamiento que resultan muy útiles al maniobrar marcha atrás.

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