La diferencia de peso entre la berlina y el Break está entre 33 y 53 kg, según las versiones. Con un factor de resistencia de 0,69, el Break tiene sólo un seis por ciento más que la berlina.
Por tanto, tampoco hay grandes diferencias de consumo y prestaciones entre ambas carrocerías (0,1 l/100 km más el Break en ciclo mixto). Normalmente un familiar tiene menosrigidez torsional que una berlina y, en ciertos casos, es mássobrevirador en retención. En esta primera toma de contacto, yo no he notado que el Break reaccione peor que la berlina en ninguna circunstancia.
He conducido los dos Diesel, el HDi de 2,0 litros (109 CV reales) y el 2,2 (133 CV reales). Me parece que el 2.2 es más recomendable a pesar de la diferencia de precio entre ambos: 657.000 pesetas.
El HDi 2.0 va bien en carreteras fáciles y puede ser satisfactorio para quienes la aceleración no sea una prioridad. Quien piense en usar este coche cargado y por carreteras de doble sentido, debe tener en cuenta que le costaría mucho adelantar en ciertos casos. El motor de 109 CV eselástico y no gasta mucho, pero no da más potencia de la que anuncia Citroën y se queda un poco corto en un coche como el C5.
La suspensión cambia según la versión. Ambas tienen el sistema automático que varía la altura de la carrocería en función de la velocidad. Pero el 2.2 tiene, además, el que varía la flexibilidad de la suspensión. Cuando es posible, es más flexible que la del HDi 2.0 y, cuando es necesario, se vuelve menos flexible que la del 2.0.
A efectos prácticos, hay una cierta diferencia de confort y una mayor en estabilidad; el 2.2 responde más fielmente al volante y se balancea menos. Hay otras diferencias que afectan a la seguridad activa, como los frenos delanteros más grandes en el 2.2 (prueba del 2.2 HDi berlina)
El 2.2 tiene ahora control de estabilidad de serie y el 2.0 no lo puede tener ni como opción, de momento. Citroën no ha dicho cuándo podrán tener control de estabilidad otras versiones, además del HDi 2.2 y el V6. El control de estabilidad aumenta la seguridad en un coche que es estable, aunque sus reacciones no sean como las de otros coches.