A los mandos del Dacia Jogger el conductor tiene la misma sensación que en un Dacia Sandero Stepway. Ni la postura ni la altura a la que está respecto al suelo tienen que ver con una furgoneta, un SUV o un crossover.
El aspecto y la distribución del salpicadero son similares al Sandero , pero los asientos delanteros nos han gustado más ya que los soportes laterales están más próximos entre sí y el cuerpo va mejor sujeto. Los reposacabezas se pueden regular en altura, pero no se pueden acercar más o menos a la cabeza, algo que realmente no hace falta porque están ligeramente curvados hacia delante (imagen). Son unos asientos normales, que permiten pasar varias horas sentados en ellos sin que parezcan molestos.
El del conductor puede tener regulación en altura; el del pasajero no, y va unos centímetros más alto que el del conductor cuando va en la posición más baja. Aun con todo, hay sitio suficiente para no darse con la cabeza si se es alto. De todos modos, yo no he acabado de sentirme cómodo al volante cuando he pasado varias horas seguidas conduciéndo: mido casi metro noventa y cinco y la pierna derecha me queda en una posición que no es cómoda, con la rodilla demasiado flexionada y apoyada en la consola central en una posición molesta. Quizás, a quien tenga una estatura inferior no le ocurrirá.
Las puertas traseras liberan un hueco especialmente largo y alto (son 4 cm más altas que las delanteras) y se abren unos 80 grados, lo que facilita el acceso al interior, tanto para sentarse como para colocar a un niño en su sillita.
Los asientos de esta segunda fila van situados 55 mm más arriba que los de la primera (imagen), lo que permite tener a sus ocupantes una mejor visibilidad y también les da la sensación de ir sentados en un vehículo más alto, a diferencia de lo que ocurre en las filas delanteras. Esa colocación más elevada no supone que la altura sea escasa en estos asientos, hay espacio suficiente para que la ocupen pasajeros de dos metros de estatura (siempre que los asientos delanteros no vayan muy retrasados).
Las tres plazas de la segunda fila tienen la misma anchura y hay fijaciones Isofix en las dos laterales (son las únicas que lleva el Jogger). Tres ocupantes no irán cómodos porque la distancia entre puertas no es grande. Si alguien ocupa la plaza central, los ocupantes de los extremos tienen que pegarse a las puertas. En la zona central del piso hay un escalón de unos 5 cm de altura y 30 de anchura que no llega a impedir que el ocupante pueda llevar los pies en una posición más o menos cómoda. El cinturón de la plaza central sale del techo, de una posición muy retrasada (entre las cabezas de los pasajeros de la tercera fila; imagen).
La banqueta de la segunda fila está dividida en dos partes de proporciones ⅔ y ⅓ (imagen). El respaldo de cada pieza se puede plegar sobre la banqueta y, una vez hecho esto, todo el conjunto se puede bascular hacia delante (imagen). El proceso es sencillo y no requiere mucho esfuerzo; con un poco de práctica ambas operaciones se pueden hacer con una sola mano.
Cuando los asientos de la segunda fila se abaten, el hueco que queda para pasar a la tercera (si la hay; imagen) es suficientemente grande para un niño o un adulto con una agilidad normal. Los últimos dos asientos son individuales y van 25 mm más elevados que los de la segunda fila. Son los únicos que se pueden sacar del interior, algo que se puede hacer sin ayuda porque solo pesan 10 kg cada uno.
En la tercera fila caben bien dos adultos de unos 1,80 m. Las banquetas van próximas al piso y eso obliga a los ocupantes a llevar sus rodillas algo elevadas respecto al tronco, pero no tanto como en la mayor parte de vehículos de siete plazas de tamaño más o menos parecido al Jogger. La altura libre al techo es buena y, la anchura para los hombros, suficiente. Estas dos plazas tienen ventanillas con apertura de tipo compás (imagen). También hay reposabrazos laterales y unos pequeños cajones para guardar objetos.
El Dacia Jogger de 5 plazas tiene un maletero de 607 litros de capacidad hasta la cortinilla (imagen), que es mucho (un Škoda Kodiaq, que mide 4,7 metros, tiene 650 l). Esta configuración tiene una base mínima de 110 cm de profundidad y 101 de anchura, y con 64 centímetros de altura hasta la cortinilla que lo cubre
En el siete plazas, si se llevan los dos asientos de la tercera fila, el maletero o es pequeño (160 litros; imagen) o irregular si colocan en vertical (tiene 506 litros con esta configuración hasta la cortinilla; imagen). La cortinilla cubreequipaje se puede usar siempre que no haya nadie sentado en las dos plazas traseras, independientemente de cómo estén colocados los asientos. Es una cortinilla simple a la que he echado en falta un asidero; para desplazarla hay que hacer presa con los dedos en una zona con una forma ligeramente moldeada que se resbala.
El maletero está equipado con una toma de corriente de 12 V (imagen), una cinta elástica en un lateral elásticos y argollas en el piso para fijar la carga. Es fácil de cargar porque el portón (siempre manual) es amplio y el borde de carga no está lejos del suelo (imagen). Tanto la moqueta como los plásticos y cómo van anclados estos son los de un coche barato.
Equipamiento y acabados
Los plásticos del salpicadero y de las puertas son duros al tacto. Aunque a simple vista se nota que son los de un coche de precio bajo, Dacia ha conseguido darle cierto estilo al interior tapizando una franja que recorre horizontalmente el salpicadero (excepto con el equipamiento Essential); ese mismo material se encuentra en los reposabrazos de las puertas (sólo en las delanteras).
Hay otros elementos que delatan que se trata de un coche asequible: la calidad de la moqueta y del imperial del techo; el tapizado y los plásticos del maletero (se mueven al presionarlos y, al menos en nuestra unidad, ya estaban con unas cuantas marcas por roces); o los anclajes superiores de los cinturones, que son vistos (imagen) en vez de ir tras el plástico que cubre el montante. Entre toda esa sencillez se encuentra algún detalle inesperado, como que las tomas USB tienen el marco iluminado (hay coches en los que es imposible atinar con ellas de noche) o el freno de estacionamiento eléctrico (imagen).
Este elemento y otros cambian en función del nivel de equipamiento elegido. Por ejemplo, el freno de mano puede ser automático o de palanca, puede haber regulaciones manuales para el aire acondicionado (imagen) o climatizador (imagen) y puede haber una pantalla de 8 pulgadas para controlar el sistema multimedia (imagen) o, en su lugar, un cajón y un soporte para el móvil.
Puede tener los cuatro elevalunas eléctricos (excepto con el equipamiento Essential), pero solo el del conductor es de un toque. En el resto hay que tener el dedo pulsando el interruptor hasta que se completa la apertura y cierre. Tampoco tiene una función para subir y bajar todas las ventanillas desde el mando a distancia. En cambio, el mando manos libres (de serie en el Extreme y opcional en el Comfort) tiene una función (desconectable) que bloquea o desbloquea el cierre automáticamente al alejarse o acercarse del coche, sin necesidad siquiera de tocar el tirador de la puerta, algo que solo tienen algunos coches de precio elevado como BMW o Tesla, además de Dacia y Renault.
En cualquiera de los Jogger la guantera va iluminada, no así los parasoles, que únicamente llevan un espejo (imagen). En el techo hay tres puntos de luz, uno por fila, mediante una única bombilla de filamento en cada uno.
Delante de la palanca del cambio de marchas hay una toma de corriente de 12 V y una USB. Hay otra toma de este tipo en el brazo extraíble para sujetar el teléfono móvil que hay entre el volante y la pantalla del sistema multimedia. En la prolongación de la consola central no hay salidas de ventilación, pero sí otra toma de corriente de 12 V. Detrás de los respaldos de los asientos delanteros puede haber unas bandejas extensibles con un lugar específico para poner envases de bebida. En las versiones básicas hay, en su lugar, unas bolsas de tela.
Como en el Sandero Stepway, las barras del techo se pueden colocar en sentido transversal a la marcha (imagen; no con el equipamiento básico) y utilizar para transportar bultos o anclar diversos elementos (como unos portabicicletas).