Además de una situación diferente entre el asiento, el volante y los pedales, en el tres puertas se montan también unas ruedas más anchas, de menor perfil y con llanta de mayor diámetro. Resulta curioso, porque el Stilo JTD de tres puertas lleva unas ruedas más anchas y con llanta de mayor diámetro que un Alfa Romeo 147 JTD (con motor casi idéntico). El «cuore sportivo» de Alfa se lo apropia el Stilo de tres puertas, con sus llantas de 16 x 7 pulgadas y sus neumáticos de 205 milímetros de ancho, frente a los neumáticos de 195 mm de ancho del Alfa en llanta de 15 pulgadas de diámetro.
En la práctica, al coche le deben ir mejor las ruedas estrechas y de mayor perfil del Alfa 147 JTD o las del Stilo de cinco puertas. Lo supongo porque la suspensión del Stilo es blanda y una rueda ancha y de perfil bajo normalmente se compadece mal con una suspensión blanda.
Esa suspensión blanda puede resultar incómoda en algunos tramos de autovía; por ejemplo, en curvas largas con ligeros baches, en los que el coche se mueve todo. A muy elevadas velocidades eso podría dar poca confianza al conductor. A velocidades normales esta suspensión blanda no compromete a la estabilidad, pero no resulta cómoda por el excesivo cabeceo de la carrocería.
En carreteras bacheadas o con firme irregular y rizado, la suspensión blanda es un buen aliado. Pero, al igual que nos pasó con el Alfa 147 JTD, en las zonas bacheadas se notan unos fuertes impactos en el volante. Son impactos que pueden resultar muy molestos en las muñecas (si se va rápido) y que probablemente se acentúen en el Stilo de tres puertas por los neumáticos anchos y de perfil bajo.
Los frenos aguantan bien el trato duro y mantienen una razonable capacidad de frenada después de un rato de uso intensivo. La diferencia de ruedas no influye apreciablemente en la distancia de frenado. Esta afirmación se comprueba si comparamos con los datos de frenada del Alfa Romeo 147 JTD, prácticamente iguales a los del Stilo JTD tres puertas, a pesar de la diferencia de ruedas.