Ford EcoSport (2014) | Impresiones de conducción
El EcoSport es un coche especialmente agradable de conducir en ciudad porque tiene una suspensión que resulta confortable a los ocupantes y porque al ir sentado más alto que en un turismo la visibilidad es mejor. En carreteras de curvas no invita a circular con rapidez porque la carrocería tiene movimientos amplios de balanceo y cabeceo, aunque sus reacciones son siempre seguras y previsibles. En este tipo de circunstancias responden con mayor precisión a las indicaciones del volante y son más ágiles el Peugeot 2008 o el Jeep Renegade. En vías rápidas o autopistas la sensación de seguridad persiste y aunque no destaca por tener un aislamiento acústico muy conseguido, permite mantener una conversación sin tener que elevar demasiado el tono de voz.
He probado en profundidad en Ecosport con el motor Diesel TDCi de 90 CV (ficha técnica) y brevemente con el de gasolina «EcoBoost» de 125 CV (ficha técnica). Ambos tienen en común una suavidad de funcionamiento muy elevada. La versión de gasolina, con 35 CV más, se siente claramente más ágil y rápida en cualquier circunstancia pero no hemos medido sus prestaciones. Ninguna de las dos tiene, ni de manera opcional, un sistema de encendido y apagado automático del motor en las detenciones (Start&Stop).
La versión Diesel tiene el mismo motor de 1,5 litros de cilindrada que estrenó el B-MAX y que ya utilizan otros modelos de Ford, como el Fiesta o el Focus (con distintos niveles de potencia). Tiene inyección directa, está sobrealimentado mediante un turbocompresor y da 90 CV de potencia máxima.
En frio, el sonido que emite es el típico de los motores de ciclo Diesel y es claramente perceptible en el habitáculo. En cambio, cuando alcanza su temperatura óptima de funcionamiento, pasa mucho más desapercibido y llega a ser incluso más silencioso que el 1.5 dCi del Renault Captur o el 1.8 DI-D de 116 CV del Mitsubishi ASX.
Con él, el EcoSport es un coche agradable de conducir porque el nivel de vibraciones que llega al habitáculo es muy bajo, sale bien desde parado y tiene fuerza suficiente para circular con normalidad por carreteras poco exigentes desde unas 1300 rpm y hasta pasadas las 4000 rpm. En cambio, si se circula habitualmente por vías de doble sentido o con pendientes pronunciadas, puede resultar escaso, obligando a anticipar las maniobras más de lo habitual.
Las prestaciones que hemos medido confirman que no es un coche rápido en relación a su potencia; necesita un mínimo de 11,1 segundos para acelerar desde 80 hasta 120 km/h, un tiempo que lo sitúa en las últimas posiciones de nuestra tabla comparativa, por detrás de modelos como el Renault Captur dCi 90 CV «EDC» (10,2 s) o el Peugeot 2008 1.6 e-HDi 92 CV (9,5 s). Con las mediciones de recuperación en cuarta y quinta ocurre algo similar, se sitúa entre los modelos más lentos de entre los de su tamaño y potencia.
En la prueba de consumo que habitualmente realizamos en km77.com, que transcurre por una autovía con contínuos desniveles durante 144 km, conduciendo con suavidad y a una media real de 120 km/h, ha necesitado 6,7 l/100 km, una cifra idéntica a la que en su día obtuvo el Mitsubishi ASX 180 DI-D de 116 CV y similar a la de un Nissan Juke 1.5 dCi de 110 CV (6,6 l/100 km). El Renault Captur 1.5 dCi 90 CV EDC y el Peugeot 2008 1.6 e-HDi 92 CV consumieron claramente menos (5,7 l/100 km y 5,6 l/100 km respectivamente).
Uno de los posibles motivos por los que el consumo no ha sido especialmente bajo podría ser por el desarrollo de transmisión de la quinta velocidad que, con 42,7 km/h por cada 1000 rpm, supone que el motor tenga que girar a unas 2800 rpm para circular a 120 km/h, más revoluciones que las que necesitan los modelos citados en el párrafo anterior. Conduciendo con suavidad por vías de circunvalación, en cambio, el consumo es mucho más reducido, pudiendo lograr cifras cercanas a los 5 l/100 km con facilidad, según el ordenador de viaje.
La dirección, con asistencia eléctrica, me ha parecido uno de los aspectos más conseguidos del vehículo. Tiene un tacto más blando que duro, pero siempre mantiene un buen nivel de información de lo que ocurre entre las ruedas y el asfato. La caja de cambios de ambas versiones es manual de cinco velocidades y no se puede optar por una automática. Su funcionamiento también es muy bueno: los recorridos están bien marcados, el tacto es correcto y las marchas entran con facilidad.
El sistema de frenos del EcoSport está compuesto por discos ventilados de 278 mm en el eje delantero y tambores de 227 mm en el trasero. Tienen un tacto bueno, hacen que el Ecosport mantenga la trayectoria en frenadas intensas y su resistencia ante el uso intenso es buena. En la medición que habitualmente hacemos, que simula una frenada de emergencia desde 120 km/h hasta detenerse por completo ha necesitado 55,1 metros, una distancia normal que lo sitúa en una posición intermedia en nuestra tabla comparativa.