Ford Fiesta (2008) | Impresiones de conducción

Hemos conducido el Fiesta con el motor Diesel 1.6 TDCi de 90 CV —sustituido por un 1.6 TDCi de 95 CV en marzo de 2010— y los de gasolina 1.4 de 97 CV y 1.6 de 120 CV.

En carretera, el Fiesta transmite la sensación de ser un coche de mayor tamaño que el modelo anterior, cuando apenas lo es. Esta sensación puede venir dada porque el puesto de conducción es mejor, porque los materiales están bien unidos entre sí y porque el ajuste general es el de un coche bien realizado. Por ejemplo, no se aprecian ruidos incómodos al rodar sobre carreteras en mal estado.

La versión de 120 CV puede tener el nivel de equipamiento «Sport», que incluye una suspensión más dura y unas ruedas más grandes (195/45 R16). Con esta configuración, el Fiesta, que ya es un coche ágil tal y como viene de serie, puede ser apropiado para quien busque ciertas reacciones vivas y un cierto tacto deportivo. Además de una suspensión algo dura para algunos gustos y usos, no llega a la incomodidad de un MINI, hay que asumir una cierta cantidad de ruido proveniente del motor.


Foto de - ford fiesta 2008

Para obtener una aceleración notable hay que llevar el motor alto de régimen, siempre por encima de 4.000 rpm. La aceleración que da es peor que la de otros utilitarios de su potencia (prestaciones). Tener que conducirlo así penaliza el consumo y el confort acústico. Por debajo de ese régimen, es un motor agradable pero falto de fuerza. Este motor, en su variante de 114 CV, nos gustó más en el Focus (más información).

El consumo por autovía, a un media de 130 km/h, fue de 8,4 l/100 km. En ciudad, callejeando y con abundante tráfico, no es difícil que gaste cerca de 10 l/100 km.

El Fiesta 1.4 de 97 CV lo hemos probado con tres personas en su interior. Nos ha dado la sensación de que es un vehículo con un motor de respuesta pobre. Su mejor cualidad puede ser el consumo —el dato oficial es bajo—, pero de momento no hemos tenido oportunidad de comprobarlo.

Sin tener un motor particularmente brillante, el Fiesta 1.6 TDCi de 90 CV (Diesel) nos ha parecido una opción más equilibrada que los de gasolina de 97 y 120 CV. La suspensión que tiene de serie es más cómoda que la del 1.6 120 CV (gasolina), pero no blanda porque contiene perfectamente los movimientos de la carrocería. El ruido que hace el motor es notable en recorridos urbanos, pero en carretera mengua mucho y es más silencioso que el Fiesta anterior. También me ha parecido que el ruido de rodadura es claramente inferior en el Fiesta 1.6 TDCi de 90 CV y ruedas 195/50 R15 que con las 195/45 R16 del nivel de equipamiento «Sport» asociado al motor de gasolina.

Con cualquiera de las dos configuraciones, el nivel de estabilidad me ha dado la sensación de ser notable. La suspensión está muy bien ajustada y amortigua bien las irregularidades.


Foto de - ford fiesta 2008Lo que menos nos ha gustado es que tiene un tacto de dirección al que hay acostumbrarse. Transmite poca información al conductor. El Fiesta lleva una dirección eléctrica, en lugar de la hidráulica del anterior modelo, que tenía un tacto extraordinario. No obstante, hay que decir que la pérdida de calidad de funcionamiento (respecto a la del modelo anterior) no es muy diferente que la que la que han sufrido otros modelos recientes en relación a las generaciones anteriores, como por ejemplo el Renault Clio.

Hemos conducido también una versión de tres puertas del Fiesta Diesel de 90 CV, con ruedas 195/45 R16 (Continental Premium Contact). Con los neumáticos de esta medida, da la sensación de una suspensión ligeramente más dura. No llega a ser seca, pero casi. La estabilidad y el agarre con estos neumáticos son elevados, pero cuesta cogerle confianza al coche y sacar partido de su estabilidad por carretera de curvas, probablemente debido al tacto de la dirección. Da como reparo intentar buscar el límite del coche, porque no da confianza. En cada giro de volante se nota que se podía haber apurado un poco más sin riesgo. Tras muchas pruebas, resulta que puede pasar con mucha rapidez por las curvas, sin comprometer la estabilidad. Sólo que cuesta encontrarle el punto.

Aun así, la dirección con el motor Diesel me ha gustado más que la dirección con el motor de gasolina. Probablemente, el mayor peso del motor ayude a esa sensación de mejoría.

El sistema de control de estabilidad (ESP) permite ligeros movimientos transversales de la carrocería. En frenada en apoyo, por ejemplo, el coche puede cruzarse notablemente. Cuando se producen pérdidas de tracción en el eje delantero, el sistema no corta en exceso la potencia del motor y permite acelerar moderadamente con pequeño subviraje, a la vez que ayuda a girar en la curva. Un ESP satisfactorio, en línea con la mayoría de coches del mercado.


Foto de - ford fiesta 2008El consumo con este motor es reducido. En la A-3 (autovía de Valencia), con origen en Madrid, en recorrido 200 km de ida y vuelta para compensar los desniveles en la medida de lo posible (ida y vuelta desde el km 11 hasta el km 111), el consumo ha sido de 6,2 litros cada 100 km, a una velocidad de crucero de 130 km/h y un promedio de 109 km/h según el ordenador.

En este recorrido esta autovía no es plana casi en ningún momento. Tiene subidas y bajadas constantes, circunstancia que penaliza el consumo. No había apenas tráfico y la temperatura exterior era de entre 4 y 6 grados centígrados. El error del ordenador en la medición de consumo es prácticamente nulo.

Ford Fiesta (2008) | Información técnica

El Ford Fiesta comparte plataforma con el Mazda2. Pesa menos que el modelo anterior, igual que el Mazda2 —también pesa menos que su predecesor—. Por ejemplo, si se comparan las versiones del Fiesta con motor Diesel 1.4 TDCi de 68 CV, hay una reducción de peso de unos 50 kg con respecto al modelo que remplazó cuando llegó al mercado en septiembre de 2008. Quizá porque su peso no es elevado, el consumo de combustible tampoco lo es.

Ford ha tomado dos medidas para que el nuevo Fiesta no sea más pesado que el anterior. Por un lado, el nuevo modelo es solamente un poco más grande. Por otro, un 55% de la estructura está hecha con aceros que tienen una buena relación entre peso y resistencia: acero de alta resistencia, acero al boro y acero de doble fase.

Este tipo de acero se utiliza especialmente en el montante del parabrisas y en el marco que hay entre las puertas laterales.

El Fiesta está disponible con cinco motores de gasolina: un 1.25 de 68 ó 82 CV —a pesar de su denominación tiene 1.297 cm³—, un 1.4 de 97 CV y un 1.6 de 120 ó 133 CV. El de 120 CV lo estrenó el Focus (modelo 2005) con una potencia de 114 CV (prueba)

El Fiesta de 120 CV tiene un consumo combinado de 5,8 l/100 km, medio litro menos que el modelo anterior con el motor 1.6 de 100 CV. También gasta menos que el Peugeot 207 con el motor 1.6 VTi de 120 CV y el Renault Clio con el motor 1.6 de 110 CV. El Fiesta con el motor de gasolina de 97 CV tiene un consumo de 5,8 l/100 km, más que algunos modelos de similares características como el Mitsubishi Colt o el Škoda Fabia, con motores de gasolina de 95 y 105 CV, respectivamente.

Los dos Diesel —1.4 TDCi de 68 CV y 1.6 TDCi de 95 CV— son similares a los que llevaba el modelo precedente, pero con modificaciones en la electrónica. También tienen un consumo medio homologado bajo (listado de versiones).
Foto de - ford fiesta 2008



El esquema de la suspensión (imagen) continúa siendo el mismo que en el modelo anterior: independiente de tipo McPherson en el eje delantero y barra de torsión en el eje trasero. Es básicamente la misma suspensión que la del Fiesta anterior, pero con algunas modificaciones para aumentar su rigidez.

La dirección pasa a tener un sistema de asistencia eléctrica («E-PAS») en lugar del tradicional hidráulico de Ford. La principal ventaja que aporta esta dirección es que reduce el consumo, ya que el sistema eléctrico sólo necesita energía cuando se gira el volante. La nueva dirección es más directa que la anterior: a igualdad de ángulo de giro de las ruedas es necesario girar menos el volante.

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