El consumo de este Mondeo es muy bajo. Hasta ahora, los motores de cuatro cilindros de más de 2,0 l de cilindrada gastaban claramente más que los de cilindrada inferior; el único de los 2,2 l con un consumo cercano a los motores 1,9 ó 2,0 de BMW, Fiat, Peugeot Citroën o el grupo Volkswagen era el del Honda Accord.
Con este motor, el Mondeo tiene un consumo muy próximo al de berlinas de menor cilindrada y potencia. Por ejemplo, no cabe esperar que un Volkswagen Passat TDI de 140 CV gaste significativamente menos que este Mondeo.
En carreteras de doble sentido, con una conducción suave y rápida, un consumo medio normal es 7,5 l/100 km; es posible bajar de 7,0 y no ir más despacio de lo recomendable. En una carretera de sentido único, más rápida y con menos cambios de velocidad, no pasa de 9,0 l/100 km aunque el ritmo de viaje sea muy ligero. A 140 km/h de media, si la conducción es suave y el tráfico fluido, es posible gastar menos de 8,0 l/100 km.
El consumo máximo que hemos medido ha sido 10,7 l/100 km, en una carretera lenta a ritmo muy rápido. Sería muy difícil gastar más de 11 l/100 km con este coche en un recorrido suficientemente largo para que sea representativo.
El ordenador de consumo tiene un error por defecto de un cinco por ciento, aproximadamente, pero sólo es fácil comprobarlo en rellenados de unos 40 l. Si se echa menos combustible de una vez, el margen de error del rellenado puede confundir más que el ordenador.
Las prestaciones del Mondeo son todo lo que cabe esperar de un coche con este peso y potencia, y un poco más. En la tabla de prestaciones se puede ver que acelera prácticamente lo mismo que coches más potentes, como el Opel Vectra V6 CDTi o el Toyota Avensis 2.2 D-4D (ambos de 177 CV).
Resultará particularmente agradable de conducir a quien prefiera ir en marchas largas. Por la respuesta del motor y el escalonamiento del cambio, es posible circular por carretera desde 80 km/h y hasta la velocidad máxima sin bajar de cuarta velocidad.
Hemos medido la aceleración de 80 a 120 km/h empezando en tercera y, de esa manera, es más lento que si se hace esa aceleración en cuarta. El viejo criterio para distinguir las carreteras lentas de las medias y de las rápidas es ya inservible debido a coches como éste. Es posible circular por una carretera lenta sin bajar de cuarta velocidad y con una buena reserva de aceleración. Se podría decir que, de las seis marchas que tiene el Mondeo, las tres primeras son para ciudad y las tres últimas son para carretera.
Aunque la respuesta del motor a bajo régimen en buena, ocurre como en otros Diesel: por debajo de un cierto régimen el motor da muy poca fuerza. En este caso, no es conveniente ir en sexta por debajo de unos 100 km/h, ni en quinta por debajo de unos 80 km/h. Para que el coche en esas condiciones dé una aceleración mínima hay que acelerar a fondo, y hacerlo en una marcha larga a baja velocidad tampoco es conveniente para el motor (como costumbre, esporádicamente no es un problema).
En ciudad responde satisfactoriamente y no requiere acelerar mucho para comenzar la marcha normalmente. No es tan agradable de usar como un coche de gasolina atmosférico, pero sí lo es más que otros turbodiésel.
El ruido es más o menos normal en un Diesel, se nota mucho al acelerar y en frío, y se nota poco cuando el coche va a una velocidad constante y moderada. La diferencia entre cómo suena el coche cuando está frío o caliente es muy grande, más de lo normal en coches de motor Diesel.
De las cualidades relacionadas con el motor, la única negativa es la aspereza; en el volante y en el acelerador se pueden sentir vibraciones de distinta frecuencia. Es algo que desentona mucho en un coche que, por lo demás, es muy agradable para el conductor y los pasajeros.