En la película Bullitt, filmada en 1968, Steve McQueen, representando al teniente Frank Bullitt, realizaba una persecución con un Ford Mustang Fastback a gran velocidad por las calles de San Francisco tras un Dodge Charger; estas escenas han quedado como un clásico del género de las persecuciones en automóvil.

Para esa película se utilizaron dos Mustang Fastback, que fueron modificados por el piloto Max Balchowski, que puso muelles más duros, amortiguadores Koni e incrementó la potencia del motor. Después del rodaje, el coche principal estaba destrozado, y se envió al desguace. El coche de reserva se vendió a un empleado de la Warner, que lo revendió en 1970 por 6000 dólares. En 1974 volvió a venderse, y McQueen intentó comprarlo, pero llegó tarde, aunque acordó con su propietario que, si lo vendía, le llamaría. Pero McQueen murió en 1980 sin recibir esa llamada. Su actual dueño lo mantiene inmovilizado en un establo, pero no ha querido venderlo ni cederlo para participar en películas ni publicidad.

También en 1968, al acabar la película, en la fábrica de Ford se hizo una réplica perfecta del Mustang de Bullitt. Su primer poseedor lo mantuvo hasta 1986, y luego fue comprado por un fotógrafo de TV. En un terremoto en 1994 sufrió algunos daños, pero se reconstruyó, y se usó en 1997 en un anuncio del Ford Puma que recordaba la película, en la que Steve McQueen conducía el Mustang y parecía conducir también el Puma.