Ford Puma Gen-E (2024) - Ahora eléctrico y, ¿mejor que los de combustión? | Impresiones de conducción
Al volante, el Puma Gen-E se parece mucho a las versiones con motor de combustión de este modelo, lo cual es una muy buena noticia. Como en aquellos, Ford ha conseguido una puesta a punto con la que la mayoría se sentirá a gusto, pero que apreciarán especialmente aquellas personas que valoren mucho el tacto de conducción o las reacciones ágiles (que no difíciles de controlar). No se trata de un deportivo, ni mucho menos, pero por cómo se mueve entre las curvas y lo preciso y ágil que se siente, recuerda mucho más a un turismo (uno bueno, además) que a un SUV.
La suspensión tiene un ajuste firme, como en la mayoría de modelos de Ford, pero el confort de marcha es razonablemente bueno y, por norma general, se viaja en un ambiente agradable. Hay SUV de tamaño similar mucho más cómodos (un Kia EV3, por ejemplo) y otros que, en determinadas circunstancias, pueden ser hasta más ágiles (un Alfa Romeo Junior), pero no me viene a la cabeza ninguno que tenga una puesta a punto tan equilibrada y, sobre todo, un tacto de conducción tan agradable. Y sería aún mejor si la dirección aportase algo más de información, pues se siente bastante «desconectada» de las ruedas (esto no es un problema en ciudad, pero al circular por carreteras de curvas se echa en falta más información).
En el ámbito urbano me ha parecido un coche mucho más recomendable que cualquier otra versión del Puma con motor de combustión. Hay cualidades que mantiene intactas, como por ejemplo las reducidas dimensiones de la carrocería o la ayuda que supone contar con sensores de proximidad y cámaras (una o cuatro, en función del acabado), pero añade otras que, en estas situaciones, hacen la conducción más placentera: apenas se siente ruido derivado del funcionamiento del motor y la entrega de potencia llega mucho más rápido y con más intensidad (al menos hasta velocidades medias).
El único motor disponible para el Puma Gen-E es uno de 168 CV que mueve bien el coche, pero que no proporciona unas prestaciones acordes con la potencia declarada, sobre todo a velocidades medias y altas. En la medición de 40 a 80 km/h ha necesitado 3,2 segundos, que es un buen dato (un Puma de gasolina con 155 CV empleó 3,7 s, por ejemplo), pero en el tramo de 80 a 120 km/h hemos medido 7,1 s. No es un mal dato en términos generales, pero es prácticamente lo mismo que medimos en el Puma 1.0 EcoBoost de 125 CV (una décima menos para ser exactos) y bastante más que en el Puma 1.0 EcoBoost de 155 CV (ocho décimas más).
Tampoco queda bien posicionado en este sentido frente a alternativas de características similares, que por norma general aceleran más con motores de menor potencia: Jeep Avenger y Peugeot E-2008, ambos con 156 CV, necesitaron 5,6 s para acelerar de 80 a 120 km/h; el E-2008 de 2020 (es decir, antes de la actualización de 2023), con 136 CV, aceleró prácticamente lo mismo que el Puma Gen-E en el mismo tramo de velocidad, a pesar de los 32 CV de diferencia entre ambos (7,2 s para pasar de 80 a 120 km/h). Mediciones propias.
La potencia de carga del Puma Gen-E es de 100 kW en corriente continua, un dato no especialmente elevado pero que es más o menos el mismo que ofrecen la mayoría de sus alternativas. Y como la batería no tiene mucha capacidad (43 kWh útiles), los tiempos de espera no resultan especialmente grandes (hemos medido 25 minutos para pasar del 10 al 80 %, dos más de los prometidos por Ford). Sobre estos asuntos hablamos con mucho más detalle en el apartado Consumo y recarga.
Para la frenada regenerativa del Puma Gen-E, Ford ha programado tres posiciones: D (que, aunque muy pequeña, proporciona algo de retención), L (más intensa, se activa mediante un botón que hay en el selector del cambio) y One-pedal (modo pedal único). Este último resulta muy útil para ciudad y alrededores, pero me ha costado más tiempo que en otros coches adaptarme a su funcionamiento porque resulta algo brusco y obliga a modular los movimientos con el pie con mucha delicadeza. Además, para activarlo se ha de navegar entre varios menús del sistema multimedia, que no es lo más práctico cuando el coche está en marcha.
El tacto general del freno es bueno, muy parecido al de otras versiones del Puma. En determinadas circunstancias sí que se percibe alguna inconsistencia en el recorrido del pedal (fruto del paso de la frenada regenerativa a la convencional de fricción), pero no llega a ser incómoda.