Ford S-MAX (2015) | Impresiones del interior

El espacio disponible para los cinco ocupantes de las primeras dos filas de asientos es grande. Según nuestras mediciones se encuentra entre los modelos más espaciosos de entre los monovolúmenes de su tamaño (en esas dos filas). El techo solar (opcional) resta unos valiosos centímetros de altura libre al techo. Esta reducción se nota, sobre todo, en la segunda fila de asientos. Por lo tanto es mejor no elegir dicha opción si ahí van a viajar personas adultas de mucha estatura.

El S-MAX viene de serie con siete asientos. Existe la posibilidad de encargarlo sin la tercera fila, lo que supone un descuento de 750 euros. En la versión de siete plazas, el maletero que queda tiene 700 litros de capacidad si el interior está configurado para cinco plazas; es menos que el modelo al que sustituye pero grande en términos generales. En el hay dos plafones de iluminación, argollas metálicas para sujetar redes u otros objetos y una toma de 12 voltios situada en la pared izquierda. En la zona del maletero más próxima al portón hay un cajón de unos 15 centímetros de profundidad (imagen) que viene bien para guardar objetos medianos.

Al menos en los S-MAX de siete plazas, la rueda de repuesto (opcional y de medidas de emergencia) va ubicada bajo la carrocería (en el exterior) y algunas de las herramientas necesarias para su sustitución van en un compartimento situado bajo el piso bajo los pies de los ocupantes de la segunda fila (imagen). No hemos visto ningún S-MAX de cinco plazas, con lo cual no sabemos en qué medida cambia la distribución del maletero y tampoco sabemos cómo afecta a su capacidad.

El sistema «Easy Access» bascula hacia delante las plazas de los extremos de la segunda fila (imagen) para acceder a los de la tercera. El acceso resultante es amplio, lo cual no quiere decir que sea cómodo ni accesible para personas que no estén ágiles. Los ocupantes de estas dos plazas tienen a su disposición unas salidas de ventilación en el techo, un plafón de luz (imagen), reposabrazos y dos huecos portabebidas (imagen).

Foto de - ford s-max 2015

En el caso de que se vayan a usar las siete plazas, es necesario adelantar la segunda fila (es posible hacerlo hasta en 16 centímetros) para dejar sitio a las piernas de los ocupantes de la última fila.

En la última fila de asientos hay sitio de sobra para los hombros y también es suficiente la altura libre al techo. Lo menos favorable es el espacio para las rodillas (que se soluciona adelantando los asientos anteriores) y que las banquetas van muy cerca del piso, lo que obliga a llevar las rodillas muy flexionadas y elevadas con respecto al cuerpo. La impresión que me ha quedado es que esas dos plazas adicionales no son adecuadas para viajes largos, pero sí para desplazamientos cortos.

La segunda fila tiene tres asientos individuales de idéntico tamaño. Como cada uno de ellos se pueden desplazar longitudinalmente, es posible colocarlos a distinto nivel para evitar que los hombros de sus ocupantes choquen. También es posible reclinar de forma independiente cada uno de los respaldos (ejemplos de algunas de sus configuraciones). Hay anclajes Isofix y TopTether en las tres plazas. Las puertas pueden tener cortinillas, si bien éstas no cubren por completo la superficie del cristal (imagen).

Si está instalada la opción de climatizador de tres zonas, los ocupantes de estas plazas tienen acceso a unos mandos situados en la prolongación de la consola (imagen) desde los que se pueden regular la velocidad del ventilador, la distribución del aire y su temperatura. Para que funcione la ventilación en las plazas traseras, es necesario activar esta función desde la pantalla ubicada en el centro del salpicadero. 

Foto de - ford s-max 2015

Con siete plazas, el maletero tiene solo 27 centímetros de profundidad. Nosotros hemos sido capaces de guardar ahí una silla infantil plegada (imagen); un Renault Espace tiene un maletero más capaz, con 37 centímetros de profundidad (con siete plazas). Cuando se abate la tercera fila de asientos, el espacio de carga tiene un fondo de entre 100 y 116 cm (esos 16 centímetros de diferencia se deben al desplazamiento longitudinal que tiene la segunda fila). Si se abate la segunda y tercera fila, la superficie de carga resultante está entre 164 cm y 200 cm (esta última medición está tomada hasta la parte posterior de los respaldos de la primera fila, estando estos completamente adelantados).

Al plegar los cinco asientos de las dos últimas filas de asientos, la superficie que queda es plana (imagen). Esta operación se puede realizar a mano y, si la opción está instalada, mediante unos botones ubicados en el maletero (imagen) que accionan un motor eléctrico. Para recuperar la posición de servicio hay que hacerlo siempre a mano. Los asientos no se pueden sacar del interior.

Hay dos puntos que no me han gustado del maltero. Uno, que cuando se usan cinco plazas, la bandeja no cubre por completo el maletero, con lo que parte de la carga queda a la vista. Dos, que el borde del piso del maletero no presenta ningún escalón, y por lo tanto, es frecuente que la carga que se desplaza durante la marcha caiga al abrir el portón. En en un Renault Espace, el borde del maletero presenta un escalón que sirve de obstáculo para los objetos (imagen de esta parte del maletero del Ford S-MAX e imagen del Renault Espace). 

El salpicadero y el puesto de conducción recuerdan mucho a los del Mondeo 2015, aunque en el S-MAX se va sentado un poco más alto y con las piernas menos estiradas.

La visibilidad hacia todos los ángulos es razonablemente buena. La cámara posterior de aparcamiento supone una buena ayuda. Ofrece una imagen general (imagen) y otra en la que se ve exclusivamente la zona más próxima al paragolpes (imagen) y que viene muy bien para apurar al máximo el espacio disponible. También puede llevar una cámara en la parte frontal con función de intersecciones; es decir, deja ver lo que hay a ambos lados del paragolpes delantero.

Foto de - ford s-max 2015

En el salpicadero, todos los mandos y botones quedan muy cerca de la mano, son poco numerosos y están ordenados de manera lógica, aunque algunos son pequeños. El sistema multimedia tiene una pantalla táctil de ocho pulgadas situada en la parte superior de la consola (imagen). Es el mismo sistema que ya utilizan modelos como el Focus, el C-MAX y el Mondeo (aquí hay más información y un vídeo sobre su funcionamiento).

El cuadro de instrumentos es distinto en función del nivel de equipamiento elegido. Las versiones Trend tienen uno convencional de agujas, mientras que las Titanium tienen una pantalla de 10 pulgadas (imagen) dividida en tres secciones: la de la izquierda muestra el número de revoluciones del motor y los datos del ordenador de viaje; la central la fuente de sonido, las indicaciones del navegador y del teléfono y la de la derecha muestra la velocidad del vehículo y el funcionamiento de los asistentes a la conducción.

Los asientos de serie son cómodos y no sujetan muy bien el cuerpo pues dejan los hombros algo sueltos. Hay unos opcionales denominados Multicontorno (imagen) que permiten modificar el apoyo lateral de espalda y piernas, tienen masaje y ventilación (son similares a los del Ford Mondeo y Galaxy 2015).

En el habitáculo hay muchos huecos para vaciar los bolsillos y la mayoría de ellos, además, tienen una base de goma que impide que se muevan los objetos depositados. La guantera no es especialmente grande, pero está tapizada, ventilada y cuenta con un plafón de iluminación. 

Los materiales con los que está recubierto el habitáculo transmiten una buena sensación de calidad, y los ajustes son aceptables. No se trata de un coche de lujo, pero que sí deja buena impresión.

Ford S-MAX (2015) | Impresiones de conducción

El Ford S-MAX es un coche largo (4,80 metros), pero sobre todo muy ancho (1,92 metros sin espejos retrovisores). Estas dimensiones dificultan su manejo en determinados lugares; hay muchas plazas de aparcamiento en batería que le quedan algo justas y la circulación por calles muy estrechas no siempre es fácil.

Esta falta de manejabilidad es común en la mayor parte de sus posibles alternativas: un Renault Espace es ligeramente más estrecho, pero más largo; un SEAT Alhambra es casi igual de ancho y también más largo. El Renault Espace con la opción de dirección en las cuatro ruedas es, quizá, la única alternativa que se maneja claramente mejor a baja velocidad (no así en maniobras de aparcamiento, pues a tan baja velocidad y en parado, las ruedas traseras no tuercen para ayudar el giro).

A pesar de que el S-MAX es un vehículo de grandes dimensiones y con un peso elevado (mide 4,80 m de longitud y la versión más ligera pesa 1645 kg), su conducción por carretera es más parecida a la de un buen turismo que a la de un monovolumen por la agilidad con la que reacciona y, en general, por el tacto que ofrece. Esto es posible, entre otros motivos, gracias a una suspensión que controla muy bien los balanceos de la carrocería y a una dirección (ya sea la de serie o la opcional con desmultiplicación variable) que ofrece un buen retorno de información al conductor y permite guiar el vehículo con precisión.

La suspensión puede ser de tres tipos: la de serie, la deportiva y la de dureza variable (CCD) que permite elegir entre tres ajustes de dureza. Nuestra unidad de pruebas tenía la de dureza variable, y en la mayor parte de las circunstancias, el ajuste intermedio parecía el más satisfactorio. El modo más duro, sin ser incómodo, no me parece que aporte mucho en una conducción normal. Sí puede tener sentido utilizarlo cuando se viaja a plena carga, pues ayuda a que la carrocería tenga movimientos de menor amplitud.

Foto de - ford s-max 2015

La buena respuesta dinámica que tiene el Ford S-MAX 2015 también se aprecia en la capacidad de frenada. Nuestra unidad de pruebas, con neumáticos Continental SportContact 5 235/50 R18, ha necesitado 52 metros para detenerse desde 120 km/h, lo que es un dato muy bueno para un vehículo de este tipo.

Además de por lo bien que responde a las órdenes del volante, el S-MAX también está muy logrado por el el bajo nivel de ruido que llega al habitáculo. El del motor Diesel de 179 CV (motor que dejó de estar en venta en septiembre de 2018; Cambios en la información) llega muy atenuado cuando se circula a baja velocidad; de hecho, a unos 120 km/h parece que no existe, y el escaso ruido presente en el interior, viene en su mayor parte del contacto del aire con la carrocería. Curiosamente, este ruido aerodinámico no aumenta mucho aunque la velocidad sea muy superior: quien se fíe del su oído para hacerse una idea de la velocidad a la que circula, quizá se encuentre que va mucho más deprisa de lo pronosticado.

El Ford S-MAX Diesel de 179 CV mantiene muy bien la velocidad en vías llanas o con pocas pendientes (esta impresión se puede ver favorecida por el poco ruido que hace). Lo que no hace es acelerar mucho. Según nuestras mediciones necesita 8,7 segundos para pasar de 80 a 120 km/h, que no se trata de un valor escaso para circular con cierta agilidad, pero tampoco sobresaliente dada la potencia disponible.

No sabemos qué resultado darán el resto de motores de la gama: los hay más y menos potentes. Yo no adquiriría el de 179 CV sin probar antes el de 150 CV (en el anterior Ford S-MAX, el motor Diesel de 140 CV y cambio manual daba un empuje bastante bueno —no mucho menor que el de mayor potencia disponible en ese momento—, si bien eso no tiene por qué ocurrir en el nuevo).

Foto de - ford s-max 2015

No sabemos qué influencia tiene el cambio en la aceleración, pero sí sabemos que hace que la respuesta del motor parezca más homogénea en todo el rango de revoluciones. Así, en el Ford S-MAX TDCi de 179 CV con cambio manual, se nota que la potencia se concentra entre 1900 y 4000 rpm, siendo la salida desde parado ligeramente perezosa. Con el cambio automático la percepción es distinta: el empuje es aceptable desde bajo régimen y no se nota ese cambio intenso de aceleración en torno a las 2000 rpm que sí se aprecia con el cambio manual. Es decir, el cambio automático «aplana» o hace más regular la curva de entrega de potencia del motor.

El consumo de carburante del S-MAX Diesel de 179 CV y cambio automático es moderado a velocidad sostenida: en nuestro recorrido habitual de consumo (que es por una autovía con poco tráfico y muchos desniveles, a una velocidad media de 120 km/h), el gasto fue de 7,0 l/00 km. En ciudad, o cuando se acelera con intensidad de forma frecuente o hay cambios de ritmo, el consumo se puede acercar a 10 l/100 km. Un Renault Espace dCi de 160 CV (también con cambio automático) tiene un consumo inferior a velocidad sostenida (en ese mismo recorrido por autovía gastó unos 6,7 l/100 km), y también gasta menos cuando las condiciones de circulación son más exigentes, aunque también hay que tener en cuenta que es menor potente.

La caja de cambios automática (de doble embrague y seis velocidades, cuya denominación comercial es PowerShift; en septiembre de 2018 fue reemplazada por una de ocho relaciones) tiene dos modos de funcionamiento: normal (D) y deportivo (S). La principal diferencia entre ambos se halla en el número de revoluciones que alcanza el motor antes de subir una marcha, que es siempre superior en el modo S. También se pueden realizar los cambios manualmente mediante unas levas situadas por detrás del aro del volante, aunque su utilidad es muy limitada porque no permite mantener una relación fija. Es decir, si el conductor pisa el pedal del acelerador a fondo el cambio reduce una o varias marchas.

El sistema Start&Stop forma parte del equipamiento de serie de toda la gama y funciona con mucha rapidez, aunque es claramente más suave en combinación con el motor de gasolina (con el Diesel se percibe una pequeña sacudida cada vez que actúa).

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