Lo primero que me llamó la atención (y mucho) nada más sentarme en el interior del Bayon de 84 caballos con el equipamiento Klass fueron los asientos (imagen). Son amplios, cómodos, tienen unos soportes laterales que sujetan muy bien el cuerpo y los reposacabezas quedan cerca. Salvo por la tapicería, que parece sencilla, podrían ser perfectamente los asientos de un vehículo deportivo de mayor categoría.
Lo segundo fue que la distribución de los distintos mandos es limpia y ordenada. Es un vehículo al que cuesta poco tomar la medida. Los botones están donde uno lo espera y el equipo de sonido y el multimedia se manejan con facilidad. El salpicadero está hecho para mantenerse limpio en apariencia, pues no hay plásticos brillantes sobre los que se note cada mota de polvo o pantallas en las que se vea cada resto de grasa de los dedos.
En las versiones más básicas, Essence, la instrumentación es tradicional y el sistema multimedia se controla desde un pequeño display (no táctil) situado en el centro del salpicadero (no disponemos de imágenes de esta configuración). En los niveles de equipamiento siguientes, Maxx y Tecno hay dos pantallas: una para la instrumentación de 10,25 pulgadas (imagen) y otra en el centro del salpicadero, de 8 pulgadas (imagen). Esta está rodeada de unos cuantos botones tradicionales de buen tamaño que se encuentran fácilmente mientras se está conduciendo. En la versión tope de gama, Style, la pantalla del sistema multimedia es de 10,25 pulgadas (imagen) y desaparecen los botones tradicionales por unos táctiles de menor tamaño.
Salvo en la versión más básica (sin pantalla central), el sistema multimedia es compatible con Apple CarPlay y Android Auto. Como otros modelos de Hyundai, el Bayon tiene Bluelink, que sirve para disponer de algunas de las funciones del teléfono en el sistema multimedia del vehículo y controlar algunos aspectos del vehículo a distancia. Como novedad en el Bayon, el Bluelink permite visualizar en la pantalla del vehículo el calendario del teléfono, ya sea de Google o de Apple. Hay dos tomas de corriente USB en las plazas delanteras (imagen) y, según el nivel de equipamiento, una plataforma de carga inalámbrica para teléfonos.
El interior es amplio (mediciones propias). Lo mejor de todo es que hay mucho espacio para las piernas en las plazas posteriores, aunque no más que en otros coches de su categoría, como el Volkswagen T-Cross. La distancia entre puertas está más cerca de la que tienen los más anchos que de los más estrechos (como el Mazda CX-3 o el Ford Puma). La zona de los pies del pasajero central no es completamente plana, sino que hay un pequeño abultamiento (imagen).
El interior es luminoso porque las ventanillas son grandes y, por lo tanto, dejan pasar mucha la luz al interior. También permiten que los ocupantes vean bien el exterior, algo que no ocurre en la misma medida en las plazas traseras de, por ejemplo, un Mazda CX-3. El interior está bien iluminado por la noche por dos plafones: hay uno grande justo por encima de las plazas delanteras (imagen) y otro en la segunda fila.
En definitiva, en las plazas posteriores se viaja bien, aunque se iría mejor si hubiera un reposabrazos central. Como en muchos coches de esta categoría, no hay tomas de corriente para cargar dispositivos portátiles ni salidas de ventilación centrales (imagen).
El maletero tiene 411 litros de capacidad (imagen). Sólo lo supera en tamaño el de un SsanYong Tivoli, que tiene 427. Cerca quedan el Citroën C3 Aircross con 410 o el Škoda Kamiq con 400 litros. A ambos lados de la parte superior del maletero del Bayon hay pequeños ganchos (imagen e imagen) y, en una pared lateral, una tira de velcro para sujetar objetos. Debajo del piso hay sitio para una rueda de repuesto de emergencia, aunque en nuestra unidad sólo tenía un kit de reparación de pinchazos y quedaba mucho sitio libre para guardar otros objetos (imagen). La bandeja del maletero se puede colocar paralela al respaldo de los asientos traseros (imagen) para facilitar la carga de objetos que sean altos.