Jaguar E-PACE (2018) | Impresiones del interior

Tanto la unidad a la que nos subimos brevemente durante una presentación estática como la que hemos probado detenidamente durante una semana tenía instalado el techo panorámico de cristal, un elemento que suele restar unos 3 o 4 centímetros de altura libre al techo. Incluso con dicho elemento instalado, en el E-PACE hay espacio suficiente para que un ocupante de algo más de metro noventa de estatura viaje cómodamente en las plazas delanteras; detrás lo tendrá que hacer con la espalda algo separada del respaldo para que la cabeza no le roce con el techo. Listado de mediciones del interior.

En las plazas traseras hay más espacio para las piernas que en un Land Rover Range Evoque y un Mercedes-Benz GLA, pero menos que en un Audi Q3 y un BMW X1, dos modelos que además ofrecen un sistema para desplazar longitudinalmente la banqueta (se reduce el espacio para las piernas pero aumenta el que hay para carga en el maletero). Como la mayoría de modelos con los que compite, el E-PACE no es un coche recomendable para llevar habitualmente a tres adultos en las plazas traseras (falta anchura), sin embargo es uno de los mejores para acomodar un niño entre dos sillas infantiles porque los anclajes Isofix están muy separados entre sí y por lo tanto, dejan un hueco más amplio de lo normal.

Foto de - jaguar e-pace 2018

La postura al volante del E-PACE no es como la de un turismo. Los asientos van colocados más altos, incluso en su posición más baja y, por lo tanto, las piernas van un poco más flexionadas. El acceso al habitáculo es muy cómodo, ya que no es necesario agacharse para sentarse. Eso sí, aquellas personas que prefieran conducir con las piernas más estiradas se sentirán más a gusto en un BMW X1, por ejemplo. La visibilidad es buena hacia delante y hacia los laterales y entre regular y mala hacia los tres cuartos traseros, donde los pilares gruesos y la luneta pequeña impiden ver con claridad lo que hay por detrás del vehículo. Afortunadamente, la cámara trasera forma parte del equipamiento de serie y facilita mucho las maniobras marcha atrás.

Un detalle descuidado que cada vez es más habitual (no solo en Jaguar, sino también en otras marcas) es la ausencia de regulación en altura de los cinturones de seguridad delanteros. A mi, que mido 183 cm de altura y que habitualmente conduzco con el asiento en su posición más baja, me quedaban bien situados, pero en función de la estatura y de la postura adoptada al volante, es posible que no sea así en todos los casos y que la parte superior del mismo apenas apoye sobre el hombro. Conviene probarlo antes de tomar una decisión de compra.

El maletero tiene 470 litros de capacidad, incluidos los 93 que hay bajo el piso del mismo si no se pide rueda de repuesto. Sin ese volumen opcional tiene 377 litros, menos que un X1 (505 litros), un Q3 (460 l) y un GLA (421 l). Sus formas, por homogéneas, facilitan el aprovechamiento del espacio disponible y además cuenta con varios elementos de serie que permiten mantener sujetos algunos bultos: hay cuatro ganchos metálicos en el piso, dos perchas en las paredes laterales y una cinta elástica en la pared derecha (imagen e imagen). La iluminación es muy buena, con dos plafones de ledes en el espacio principal de carga y otros dos del mismo tipo en la cara interna del portón.

Opcionalmente se puede pedir una red de separación de carga entre el maletero y el habitáculo, unos raíles para el piso donde se pueden acoplar varios accesorios de sujeción y un portón con apertura y cierre eléctricos con función gestual (basta con pasar el pie por debajo del paragolpes para que se abra o cierre). El borde de carga está a 75 cm del suelo, la misma distancia que en el Evoque y un poco más que en el Q3 (71 cm) y el X1 (70 cm).

Foto de - jaguar e-pace 2018

La mayoría de los huecos destinados a dejar objetos están cubiertos de goma o fieltro. La goma que hay en algunos de ellos tiene un dibujo que simula, en tonos grises, la piel de un felino salvaje. El hueco que hay bajo el apoyabrazos central es amplio, suficiente para dejar ahí una tableta de tamaño mediano o una libreta (imagen). En este espacio están dos de las cinco conexiones USB que puede tener el coche; las tres restantes están en la parte trasera de la consola (imagen), a disposición de los pasajeros de la segunda fila de asientos y se ofrecen como opción reemplazando a una toma de 12 V (imagen). También hay tomas de 12 V bajo los mandos del climatizador, en el cajón de la consola y en el maletero.

El conductor recibe la información mediante dos pantallas, una de 12,3 pulgadas para la instrumentación (imagen) y otra, táctil y de 10 pulgadas, para el sistema multimedia (imagen). La primera de ellas es opcional, no permite personalizar mucho los datos mostrados y en general, no tiene un aspecto tan sofisticado como la que Audi emplea en los Q3 y Q5. Su desempeño es correcto, sin más, y por ello no la consideramos una opción interesante teniendo en cuenta que la de serie —con indicadores de agujas— presenta la información de forma clara y sencilla. La segunda pantalla sí es de serie en todos los E-PACE y sirve para manejar todas las opciones del sistema multimedia (navegador, menús de configuración o datos del ordenador de viaje). Al igual que la de la instrumentación, tiene una buena resolución y se ve muy bien incluso cuando la luz incide directamente sobre ella, pero no funciona con demasiada fluidez y sus menús no son tan intuitivos como, por ejemplo, los de BMW o Volvo. Opcionalmente puede tener Android Auto y CarPlay, un sintonizador de televisión o una función que permite visualizar dos contenidos distintos en función del ángulo de visión (por ejemplo, el conductor puede ver las indicaciones del navegador y el pasajero, la televisión).

Jaguar E-PACE (2018) | Impresiones de conducción

El único E-PACE que hemos probado es de motor Diesel de 179 caballos (aunque su denominación comercial es D180), caja de cambios automática y tracción a las cuatro ruedas. Tanto la suspensión como las llantas —unas de 19 pulgadas con neumáticos en medidas 235/55— son las de serie.

Con esta combinación de elementos, el E-PACE es un coche confortable y relativamete ágil, aunque en ninguna de estas dos facetas sobresale de manera excepcional frente a sus alternativas más directas. Un BMW X1 es más preciso y directo, mientras que un Mercedes-Benz GLA (el año-modelo 2017; aún no hemos probado el nuevo) y un Audi Q3 son notablemente más cómodos. Por cómo circula, cómo reacciona y cómo se siente al volante, el E-PACE nos ha recordado mucho al Volvo XC40.

Foto de - jaguar e-pace 2018

La suspensión, especialmente la del eje posterior, es firme y no consigue absorber demasiado bien aquellos baches que implican un movimiento corto y rápido de las ruedas —los provocados por bandas reductoras de velocidad o juntas de dilatación mal enrasadas, por ejemplo—. Además, los elementos elásticos que la conectan al resto del chasis tampoco filtran perfectamente las pequeñas irregularidades, por lo que la calidad de rodadura es un poco menor que la de algunos de sus rivales (el Audi Q3, por ejemplo). No obstante hay que tener en cuenta que se trata de diferencias muy pequeñas, casi de matiz y únicamente perceptibles por aquellas personas que presten especial atención a este tipo de detalles.

En cualquier caso, con el E-PACE resulta muy sencillo circular a un ritmo alto por todo tipo de vías debido a la elevada la sensación de seguridad y control que transmite. A ello contribuyen las ayudas electrónicas (control de tracción y estabilidad), pero también los asistentes a la conducción, que funcionan mejor que los de la mayoría de sus rivales. En esta ocasión no hemos podido realizar nuestras habituales maniobras de eslalon y esquiva en circuito para analizar sus reacciones. 

El motor Diesel de la versión D180, que pertenece a la familia «Ingenium» de Jaguar-Land Rover, tiene un funcionamiento refinado, una entrega de potencia muy homogénea y una rápida respuesta al acelerador. Por contra, su rendimiento no es bueno. Según nuestras mediciones gasta más y tiene peores prestaciones que todas las alternativas de características similares que hemos probado (tabla de mediciones propias). 

Foto de - jaguar e-pace 2018

Al volante no se siente un coche lento, pero los 7,8 segundos que necesita para acelerar entre 80 y 120 km/h le posicionan bien por debajo de sus rivales: un BMW X1 xDrive20d de 190 CV necesitó 6,1 segundos, un DS 7 Crossback BlueHDi 180, 6,9 s, un Kia Sportage Mild Hybrid 185 CV 6,9 s y un Mazda CX-5 SKYACTIV-D 150, que además es mucho menos potente, empleó 7,5 s. Tampoco el consumo de combustible es contenido, si bien es cierto que resulta poco sensible a los cambios de ritmo. En nuestro recorrido habitual, que transcurre por una autovía con contínuos desniveles y a una velocidad media real de 120 km/h, gastó 7,7 l/100 km. Es un dato superior al obtenido con todos los modelos citados anteriormemte: 6,1 l/100 km con el BMW X1, 6,2 l/100 km con el DS 7 Crossback, 6,7 l/100 km con el Mazda CX-5 y 7,2 l/100 km con el Kia Sportage.

Uno de los posibles motivos por los que el E-PACE es más lento y consume más que sus alternativas es el peso. La versión que hemos probado —D180 AWD Aut. con el nivel de equipamiento SE— tiene una masa de 1843 kg, un dato superior al de modelos como el Audi Q3, el BMW X1 o el Mercedes-Benz GLA equivalentes (ficha comparativa).

Adquirir un E-PACE con cambio automático supone un desembolso adicional de unos 2500 euros respecto a la versión equivalente de cambio manual, pero bajo nuestro punto de vista resulta una inversión a tener en cuenta por el buen funcionamiento general y por la comodidad que supone no tener que pisar el pedal de embrague. Tiene dos programas automáticos de funcionamiento (normal y deportivo) y un tercero que permite elegir marchas a voluntad. Esta última posibilidad viene muy bien para anticiparse a algunas circunstancias (por ejemplo, antes de realizar un adelantamiento o al salir de una curva), pero no para utilizarla de manera frecuente porque son muchas marchas las que hay que gestionar (nueve) y, en ocasiones, se puede llegar a acumular el trabajo.

Foto de - jaguar e-pace 2018

Los ángulos característicos del E-PACE no son lo suficientemente buenos como para superar grandes obstáculos fuera de carretera, pero la altura libre al suelo (20,4 cm), la tracción total y las ayudas electrónicas sí que le permiten circular con ciertas garantías por caminos o superficies deslizantes.

Hay dos tipos de tracción total: uno básico, Standard Driveline (de serie con las versiones Diesel de 150 y 179 CV y con la de gasolina de 249 CV), que reparte el par motor de forma automática entre el eje delantero y trasero y que, según Jaguar, «cuando se circula sobre superficies resbaladizas, el sistema puede enviar casi toda la potencia del motor al tren trasero si el delantero pierde tracción»; otro más avanzado, Active Driveline (de serie en las versiones más potentes), tiene un diferencial trasero con dos embragues bañados en aceite. Es el mismo sistema que Land Rover emplea en el Range Rover Evoque, y su funcionamiento está explicado en este texto técnico

Además de estos dos sistemas de tracción, los E-PACE con transmisión automática pueden tener el sistema All Surface Progress Control (ASPC), un control adicional para avanzar por terrenos con baja adherencia y para mantener una velocidad constante en subidas o bajadas pronunciadas sin necesidad de intervenir en los pedales. También tiene una función específica para arrancar en superficies resbaladizas denominada Low Friction Launch.

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