Por estabilidad y confort, la impresión general que me produce está a la altura de lo que se cabe esperar de un coche así: es cómodo, suave, inspira seguridad y responde muy bien a la dirección.
Tiene de serie muelles neumáticos, sin ajuste de dureza ni de altura, y unos amortiguadores que sí tienen ajuste continuo de dureza. Es siempre un coche muy cómodo, salvo cuando —en algunas ocasiones— filtra mal pequeñas irregularidades de la carretera. Puede ocurrir también que esos baches, que crean un movimiento de alta frecuencia en la suspensión, hagan que el volante retiemble. Por el contrario, las desigualdades más grandes del suelo afectan poco a la carrocería.
Me parece mejor que un Volkswagen Phaeton por carreteras rápidas, donde la estabilidad y el confort dependen mucho de la capacidad de la suspensión para absorber irregularidades sin afectar a la trayectoria. Me caben dudas sobre la diferencia entre el XJ 4.2 y un BMW Serie 7 sin estabilizadoras activas (Dynamic Drive), pero creo que las diferencias son de una magnitud que sólo es apreciable si se prueban los dos coches consecutivamente por el mismo recorrido.
Ninguno de los tres modelos citados (no he probado un Audi A8) me parece que está a la altura de un Mercedes Clase S, especialmente si lleva la suspensión variable (ABC). El Jaguar XJ aísla muy bien de los baches y, aunque esté fuertemente apoyado en una curva rápida, no se desvía si una irregularidad del suelo hace trabajar a la suspensión. El Mercedes Clase S hace eso mismo aún mejor.
La principal cualidad del XJ es una agilidad que no se encuentra en otros coches de este tamaño; el XJ es (por mucho) el más ligero de su clase, y puede que eso sea definitivo para sus buenas reacciones en carreteras lentas. La facilidad del XJ para entrar en las curvas sólo la tienen coches más pequeños.
He conducido el XJ a un ritmo más o menos rápido por carreteras lentas con y sin control de estabilidad, y no me parece que tenga mucho sentido desconectarlo. No es que vaya mal sin él pero, como va igualmente bien con él, me parece que es mejor dejarlo puesto por si eventualmente tiene que funcionar en una situación límite. La única ganancia evidente de quitarlo es que se puede salir más rápido de las curvas más lentas, pero no creo que sea el coche más adecuado para este tipo de conducción.
La unidad de pruebas no tenía la suspensión deportiva opcional (860 €), pero sí los neumáticos de 18”. No creo que la suspensión Sport le dé mucho a un coche que ya va muy bien por carreteras lentas y, en las rápidas, no tienen movimientos de carrocería demasiado amplios (balanceo y cabeceo).
Aunque el XJ me sigue gustando por estabilidad y confort, la impresión que tenía de él después de la presentación internacional era aún mejor. Además de por un fallo de apreciación por mi parte, la diferencia puede estar en que el 4.2 que llevé en la presentación tenía neumáticos Pirelli PZero de medida 255/40 19, y esta unidad de pruebas tenía unos Pirelli P 6000 Powergy 235/50 18. Es imposible saberlo con certeza sin hacer las pruebas comparativas adecuadas, pero supongo que la diferencia no la hace tanto la medida sino el tipo de neumático.
Los frenos pueden generar mucha potencia, pero su resistencia al calentamiento es mediana. Como ocurre con otras berlinas de este tipo, parece que el XJ está hecho para una sola frenada fuerte, no para varias continuadas. Esperaba que, por ser mucho más ligero, tuviera unos frenos más resistentes. Además, el tacto del pedal es malo, con un gran recorrido inicial casi inútil.