Para arrancar el Jaguar XK hay que mantener el pulsado el botón de arranque un instante mientras se pisa el pedal de freno (si no se hace esto último sólo de activa el contacto). El motor se acelera hasta 2.000 rpm para bajar progresivamente al régimen de giro de ralentí (unas 700 rpm).
El sonido es ronco al ralentí, borboteante y, para mi gusto, muy bonito. Una vez que el coche está en movimiento, el ruido del motor está muy bien aislado y sólo se deja notar al acelerar con intensidad..
Del motor impresiona más el sonido que la aceleración que puede dar; según nuestras mediciones, el paso de 80 a 120 km/h es peor que la de coches como un Audi TT 3.2 quattro (250 CV) o un Porsche Cayman (245 CV).
Las recuperaciones, tal y como las medimos en km77.com, son pobres, algo achacable parcialmente a los desarrollos largos que tiene el cambio de seis marchas. Estas mediciones de 80 a 120 km/h no reflejan el empuje que tiene el motor a velocidades más elevadas, que si es notable.
El consumo es, en términos absolutos, bajo en carretera a velocidad normal y alto en ciudad. Por autovía, a 140 km/h de media, se pueden obtener consumo próximos a 9,5 l/100 km; si sólo se hace ciudad, la media puede superar 20 l/100 km.
No hay opción de comprar un XK con cambio manual, únicamente tiene uno automático de seis velocidades y de funcionamiento más que correcto. Tiene un modo de funcionamiento completamente automático, otro deportivo y uno manual.
La diferencia entre el automático normal y el deportivo es que, en este último, el cambio tarda más en engranar una marcha superior durante la aceleración (excepto si se pisa el pedal a fondo, entonces el cambio se produce al mismo régimen: cerca de 6.500 rpm). Además, el cambio interpreta con acierto el tipo de conducción, llegando a reducir marchas si frenamos con intensidad o levantamos bruscamente el pie del acelerador. La principal pega que le he encontrado es que hay mucho resbalamiento del convertidor de par (se percibe con claridad al iniciar la marcha) y no es tan rápido como otros (el de BMW, por ejemplo):
Para mí, el XK es un deportivo confortable. Casi diría que es más cómodo que deportivo. Según el criterio que usamos en km77.com, un coche es deportivo si responde a las acciones del conductor con rapidez. Y este modelo de Jaguar no lo es tanto si lo comparamos con coches como un Audi R8 o un Porsche 911.
A cambio, el tacto de los mandos (volante y pedales) y, sobre todo, el buen hacer de la suspensión adaptativa («CATS») permiten que el paso de los kilómetros se note menos que en otros. En este aspecto, el del confort, el Jaguar XK es uno de los mejores y una alternativa muy recomendable.
La suspensión adaptativa modifica la respuesta que cada amortiguador. En algunas curvas se percibe como, durante la fase de entrada en la curva, el coche comienza el apoyo con suavidad para, una vez que lo está completamente (apoyado), volverse más firme impidiendo que la carrocería se balancee.
A pesar de la tracción trasera y la potencia del motor, no tiene reacciones bruscas si se conduce con suavidad aunque el ritmo sea alto. Con el suelo seco, no lo hemos conducido en mojado, se puede acelerar con decisión a la salida de las curvas sin temor a que el coche deslice bruscamente de atrás. Si sucede el control de estabilidad interviene de forma suave y eficaz.