Los Lexus LBX en los que he subido eran unidades de pre-producción, pero si la versión definitiva mantiene los mismos materiales de recubrimiento que he visto y se corrigen algunos pequeños defectos de ajuste, será uno de los mejores SUV de su segmento en lo que respecta a calidad.
Dependiendo del nivel de equipamiento, puede haber cuero natural, cuero artificial o tela en los asientos, las puertas y algunas partes del salpicadero. Hay también plásticos, de tacto gomoso en las partes superiores y rígidos en las inferiores. Quizás, lo que rebaja un poco la nota son los botones que hay en la zona inferior de la pantalla central para el manejo del climatizador.
La pantalla en la que se ve la instrumentación es de 12,3 pulgadas. Tiene gráficos modernos, transiciones fluidas y un ligero grado de personalización. Muestra información abundante, correctamente distribuida para que su lectura sea sencilla y rápida.
Apenas he podido enredar con el sistema multimedia Lexus Link Connect con pantalla de 9,8 pulgadas, pero utiliza una versión de software prácticamente idéntica a la del Lexus NX y en ese modelo nos gustó. No es perfecto, pero en términos generales resulta sencillo de manejar y funciona con fluidez (más información en las impresiones del interior del Lexus NX).
Los asientos delanteros cuentan con los ajustes habituales en desplazamiento longitudinal, inclinación del respaldo y altura. Estos pueden realizarse de manera manual con palancas y tiradores o mediante botones y motores eléctricos (en este último caso además cuentan con dos posiciones de memoria). Lexus los ha colocado 1,5 cm más abajo que en un Toyota Yaris Cross, por lo que la postura se acerca más a la de un turismo que a la de un SUV tradicional. El volante, cubierto con una piel de muy buen tacto, es regulable en altura y profundidad. Según el nivel de equipamiento, puede llevar unas levas tras él para "jugar" con la transmisión.
El habitáculo no sobresale por el espacio, aunque es suficiente para que cuatro adultos de 1,80 metros de estatura viajen sin agobios. Delante no hay ningún tipo de problema, pero detrás he medidos dos centímetros menos de espacio para las piernas que en un Toyota Yaris Cross, tres menos de altura al techo y tres más de anchura entre puertas. Para quien valore mucho el espacio en esta fila, verá que el Audi Q2 es mejor alternativa.
Como en el Yaris Cross (y en el Audi Q2) no hay salidas centrales de aire para los pasajeros de la segunda fila, pero a diferencia de en el Toyota, sus ocupantes si cuentan con tomas USB, un plafón de iluminación y unos apoyacodos cómodos en las puertas.
El volumen del maletero depende del sistema de tracción. Son 332 litros en las de tracción delantera y 284 en las de tracción a las cuatro ruedas. La diferencia es evidente a la vista y a la cinta métrica: 12 centímetros menos de altura hasta la bandeja y 4 menos de profundidad. En ambos casos es posible abatir los respaldos posteriores (divididos en dos partes asimétricas), pero mientras que en los LBX de tracción delantera queda un escalón entre el piso y los respaldos, en los de tracción total estos forman una superficie continua.